“No maquines mal alguno contra el amigo que ha puesto en ti su confianza”. La Biblia.
Estos días de grandes incertidumbres, de noticias contradictorias, de fuegos cruzados entre los distintos políticos y de intentos fraudulentos de conseguir el favor de la ciudadanía ante unas más que posibles nuevas elecciones, que podrían tener lugar el mismo 26 de Junio si, como parece, no se llega a producir el milagro que tanto está ansiando el líder del PSOE, señor Pedro Sánchez, incansable defensor de su liderazgo, que está viendo que, a medida que su investidura se va poniendo más en peligro, sus posibilidades de mantenerse en el machito, dentro de su propio partido, van tornándose más difíciles e improbables, teniendo en cuenta que, los barones que se han mantenido callados, alejados de las primeras filas, es muy posible que saquen a relucir sus afiladas garras en un nuevo congreso del PSOE que, con toda probabilidad, tendría lugar antes de los próximos comicios si éstos llegaran a convocarse.
Es sospechoso, como ya hemos mencionado en otros comentarios, que en estos últimos días se hayan ido produciendo graves revelaciones que han puesto en cuestión a figuras importantes del PP; pero, al mismo tiempo, ocurre algo que se va propagando por los mentideros políticos que, de ser cierto, de resultar que pueda existir dentro del partido de Fraga una seudo conspiración preparada para defenestrar a Rajoy por la puerta trasera y librarse de algunos ministros y personas importantes del partido, para preparar una especie de coup de état en la cúpula de la formación que, de ser cierto y esta supuesta “rebelión” tuviera por objeto introducir determinadas ideas “liberales” o inclinar a la formación a una mayor laicidad en sus planteamientos o a prescindir de determinadas líneas rojas con las que algunos de los miembros del actual gobierno, presidido por Rajoy, no están del todo de acuerdo aunque, para la mayoría de los que han seguido votando al partido, sería imperdonable que algo similar tuviera lugar y se tomaría como una grave deslealtad y una traición a los principios fundamentales que forman los pilares básicos del partido..
Algunos pensamos que la figura de don Mariano puede ser puesta en cuestión, a la vista de cómo ha llevado el tema del separatismo catalán; de modo que, se quiera admitir o no, los líderes catalanistas han conseguido importantes avances, tanto en la consecución de simpatizantes y afiliados, como en su desafío continuado y mantenido durante los últimos años al Estado español sin que, por desgracia, se haya actuado con la necesaria contundencia para evitar que esta corriente secesionista, que se retroalimenta con el tiempo, llegara a ser una amenaza para la unidad de la patria. Tampoco Rajoy ha hecho nada significativo para evitar las matanzas de fetos permitida por la Ley del Aborto y poco o nada, sino dar manga ancha, en las concesiones que la legislación viene haciendo para evitar que el estamento gay y lesbiano se sobrepase en sus reclamaciones y en la exigencia de derechos que pudieran afectar gravemente a las futuras generaciones del país. Sin embargo, nada sería, en estos momentos, más letal para el PP y sus posibilidades futuras para gobernar o ser líder de la oposición, que una rebelión interna encabezada, precisamente, por aquellos que han sido, a la vista está, los principales responsables de esta corriente aperturista, rupturista o reformista que algunos pretenden imponer, sin importarles alejarse de los postulados básicos que vienen rigiendo el partido desde su fundación como Alianza Popular.
Es preciso que el partido Popular se plantee un cambio de la cúpula, se renueven sus directivos y se promueva la elección de un nuevo candidato, que sustituya a don Mariano que, con todos sus aciertos, que han sido muchos, y sus defectos, creemos que ha agotado sus tiempos y que, el desgaste de estos cuatro años de lucha constante para salvar a España, han hecho mella en su liderazgo y es preciso que se plantee buscar un relevo, para lo cual sería muy oportuno el celebrar el magno Congreso que, una gran parte de los miembros del PP y simpatizantes viene reclamando desde que los resultados de las últimas elecciones autonómicas y municipales dejaron evidenciado el disgusto de muchos de sus votantes que decidieron dar su voto a otros partidos. Pero no creemos que ciertas intrigas que parece que existen dentro del partido, en las que se incluye a la señora vicepresidenta, Sáez de Santamaría y puede que al irascible señor Montoro y a otros que pueden actuar en la clandestinidad, sean el método más apropiado para una conjura interna que pretenda desbancar al líder, mediante procedimientos poco democráticos que pusieran en peligro la supervivencia del mismo partido.
Si deben convocarse nuevas elecciones para Junio, hay tiempo de convocar un congreso del partido donde todos estos temas sean discutidos, se busquen alternativas y, si es posible, se consensúen candidaturas en las que se incluyan personas capacitadas, sin antecedentes que pudieran ser esgrimidos por los adversarios, de honestidad probada y dispuestas a llevar a cabo una regeneración del partido, que lo llevase de nuevo a aquellos proyectos que inspiraron su creación, cuando el señor Fraga Iribarne decidió impulsarlo, como contrapeso a una izquierda empeñada en volver a los tiempos previos a la II República, que todos y especialmente los más viejos, debiéramos de recordar para evitar que nunca pudieran repetirse.
Somos muchos los antiguos miembros del PP y los que todavía militan en él, que no comulgamos con el sistema adoptado por la cúpula del partido de permanecer en el inmovilismo, evitar presentar batalla, mantener al electorado desinformado de cuales son las medidas que se está dispuesto a poner en marcha o de cómo tienen previsto parar a este nacionalismo que, a pesar de las constantes y firmes palabras del señor presidente del Gobierno de que nunca el separatismo va a conseguir sus objetivos; lo único que vemos es que, cada día, son más las demostraciones de los políticos catalanes en el sentido de ir avanzando, sin que nadie los pare, en su proyecto de construcción de un estado catalán en el que, aunque se quejan de falta de financiación por parte del Estado, se están invirtiendo una gran parte de los millones de euros que recibe Cataluña del resto del Estado.
Tenemos la impresión de que la señora vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, se relaciona con determinados estamentos informativos, se habla de sus buenas relaciones con PRISA, la propietaria de El País, que, por su parte, pidió el sábado “la retirada inmediata de Rajoy”; se comenta su participación en la eliminación de uno de sus mayores enemigos que tenía en el gobierno, el señor Soria, afectado por los papeles de Panamá y el apoyo de su amigo Montoro, que no tuvo inconveniente de “remachar” a Soria, calificándolo como “indigno de ser ministro” antes de que se hayan formulado cargo alguno contra él. No, no nos gusta esta joven que se le ha subido a las barbas a Rajoy y parece dispuesta a todo, incluso a destrozar el PP, con tal de sustituirle en el liderazgo de lo que quede del partido para las elecciones de Junio. Se sospecha de su pasividad y escasa presencia informativa, cuando, por el contrario la señora Cospedal, su principal adversaria desde la secretaría del PP, está luchando a brazo partido, al lado de Rajoy, para intentar sacar adelante lo salvable del PP.
Puede que esta señora se crea que tiene posibilidades de que le votemos los veteranos que apoyamos al PP, pero me temo que mucho se equivoca si piensa que, una persona como ella, una de esas mujeres de ambición desmedida, que ha demostrado su poca capacidad para ayudar a sacar al PP adelante y que ahora, cuando más sería precisa su ayuda y apoyo, se muestra distante, escondida en la trastienda esperando el momento de actuar como Bruto, apuñalando por la espalda a aquel que la encumbró en la política. Ya no nos valen este tipo de políticos si lo que, de verdad esperamos, es una verdadera regeneración, desde los pies a la cabeza de la formación popular.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos como, si Dios no lo remedia, se van esfumando, poco a poco, todas las esperanzas que nos podían quedar de que el PP, aquel al que confiamos nuestros votos en tiempos de Fraga y Aznar y se está debatiendo una vez más en busca de sus esencias, amenazado desde fuera y desde dentro por quienes por egoísmo personal o por resentimiento están dispuestos a acabar con él, pueda resurgir de este mal trago por el que está pasando. Lo malo es que no hay alternativa válida en todo el resto del abanico político actual de nuestro país. DIARIO Bahía de Cádiz