Los medios de comunicación españoles a los que accede normalmente el personal son de piñón fijo (“persona que es reticente a cualquier tipo de cambio, ya sea de opinión o de comportamiento. Su uso denota terquedad y obstinación”). Les han dado unas consignas y de ahí no se mueven. Dos temas: uno, migrantes-refugiados-inmigrantes; dos, Cataluña. Bueno, ahora algo de Tsipras pero Tsipras ya no es noticia porque está “domesticado”.
Los mensajes son unívocos, es decir, con una sola voz. Aquí no hay apenas diferencias entre la Cope y la Ser o entre TVE y Cuatro, entre Antena 3 y La Sexta. Todas en el fondo pertenecen a los mismos –los bancos- pero se reparten los papeles y unas van de progres y otras de menos progres, ya saben, el centro derecha y el centro izquierda que es como tener un tío en América o como decir “Santillana del Mar” que ni es santa ni es llana ni tiene mar.
Con los que vienen de por ahí porque los hemos echado entre nosotros y los Estados Unidos, el enfoque es el discurso débil postmoderno: mucha comprensión, mucho niño, mucho viejo, mucha mujer, muchas lágrimas, así entra mejor que haya que acoger en Europa y España a una ingente cantidad de personas que levantan un futuro incierto a medio y largo plazo. Supongo que aún quedan semáforos vacíos en España y muchos más en Europa para que estas criaturas se coloquen de vendedores de pañuelos y otras bagatelas y aún queda mucho espíritu caritativo y mucho sentimiento de culpa porque lo que son buenos empresarios que les den puestos de trabajo para vivir decentemente y con consumo, eso yo no sé dónde está.
Los jóvenes españoles emigran a Inglaterra y a Alemania donde logran puestos de trabajo que sirven para mantenerse pero nada de salir de ahí, un viaje o dos a España les descuadra el presupuesto. En Inglaterra, un trabajo para ir tirando se paga a unas 6 libras la hora mientras los cualificados pueden ganar 40. Luego están los de más arriba que ya ni les cuento. Consecuencia, disminuye el mercado de consumidores y aumentan las distancias sociales. Ahora llegan los migrantes. ¿Dónde los metemos?
Es muy bonito hablar del espíritu europeo y dividirnos en malos (Hungría, Eslovenia, Croacia…) y buenos (Alemania, España…), pero, ¿qué es eso del espíritu europeo? ¿El miedo al nazismo? ¡Pero si el nazismo lo subieron al poder los alemanes y prestigiosos apellidos que aún se pasean por ahí como gente respetable! ¡Pero si Estados Unidos se sirvió de él para sus intereses! Esta misma semana he conocido a una estudiante mexicana a la que le ha impedido la embajada española desarrollar una estancia académica porque no ofrecía suficiente solvencia económica. Entonces, como ya se ha hecho con bolivianos, ecuatorianos, etc., ¿rechazo a los de nuestra lengua y cultura y abrigo para los otros? ¿Espíritu europeo para unos y espíritu maligno para otros? ¿Habrá que decirle a los mexicanos que la guerra civil larvada en la que desde hace más años que Siria lleva sumergido el país la conviertan en guerra abierta y explícita para que te den refugio en la “madre patria”?
¿Espíritu europeo? ¡Pero si nos entendemos en el idioma del país que se quiere ir de la Unión Europea! ¡Si consideramos que la cultura grecorromana ha dado lugar a vagos y chorizos que lo que quieren es dormir la siesta! ¡Si en los planes de estudios imitamos a los estadounidenses con ese nefasto Plan Bolonia populista y a coste cero! ¡Si la Filosofía, Humanidades y las ciencias sociales cada vez son patitos más feos! ¡Si vamos a consultarle a Obama cualquier cosa! ¡Si hasta tomamos como el Oráculo de Delfos sus palabras sobre Cataluña! ¡Si Google ha sustituido al Oráculo de Delfos! ¿Qué va a decir Obama? Que quiere una España unida, claro. Y el resto de sus siervos también.
Si Cataluña se propone ser independiente lo puede ser, claro que sí. Los que hoy dicen que no tendría cabida en lo internacional después se la darían. Lo que sucede es que los catalanes se lo pasarían fatal al principio, puede que hasta les metieran al ejército y lo digo por las andanadas que lanzan de vez en cuando desde las alturas. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los independentistas? El discurso de la ilegalidad a nivel histórico no vale porque en la Historia lo importante y relevante se ha logrado yendo contra las leyes, lo que ocurre es que los medios del piñón fijo son portavoces de intereses, no son plataformas de rigor interpretativo, precisamente, no hacen periodismo sino propaganda.
Lo que habrá que decirle una y otra vez a los catalanes es que para independizarse en condiciones al menos el 90 por ciento del censo debe votar claramente independencia, de lo contrario aquello no será más que una zona de la península ibérica en tensión permanente y quién sabe si en algo peor. ¿Cómo te vas a independizar con el 45 o el 50 por ciento de la gente en contra más la abstención?
Da igual lo que se argumente, los medios de piñón fijo ya tienen la consigna aprendida y se levantan por la mañana dispuestos a seguir con su mismo discurso, aplicándose aquello de que “no dejes que la realidad te estropee un buen reportaje”. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig