“Es la obligación del patriota proteger a su país de su gobierno”. Thomas Paine.
No quiero parecer altanero porque no forma parte de mi forma de ser. No obstante la ocasión de ver al presidente del gobierno en funciones, con su fatuidad narcisista habitual, darse golpes de pecho en el papel de ‘patriota’ me obliga a pronunciarme. Puedo hablar con objetividad, ya que la condición apátrida de los andalusíes de conciencia -nosotros sólo tenemos una Matria- hace que aborde la cuestión desde una absoluta distancia. Aunque no tanta como la evanescente altura del ego del aludido.
Desafío a cualquier ciudadano/a del Estado español, de habla hispana, o del mundo, a que demuestre por escrito si Rajoy reúne las condiciones suficientes, con solvencia, para aparentar con autobombo patriotismo en su nación, en concreto la española. No ando sobrado, pero con mis pocos ahorrillos de currela si alguien consigue presentar suficientes y sólidos juicios a su presunción, una vez refutados los que aporto, le invito a un sitio bonito de nuestra maltratada tierra, por ejemplo Granada, al mejor restaurante, le pago el billete de avión o tren ida y vuelta, y yo mismo ese día hago de cicerone para enseñarle la capital de los nazaríes. Aunque antes hay que rebatir una serie de previas consideraciones -sin las falaces chulerías nacionalcatólicas ni sandeces ad hominem de costumbre para evadirse-, las cuales expongo a vuestra ecuánime apreciación.
Rajoy no puede ser ‘patriota’ porque la mayoría, sino al completo, de los ministros de su gobierno electos por su libre designación, pertenecen a una corriente fundamentalista de disciplina romana (por cierto, declarada secta oficialmente en la católica Bélgica); es decir, con obediencia al jefe de un Estado extranjero. No pertenece a la UE. Tengamos muy presente que hipotéticas filtraciones de los debates secretos de su gabinete, aun deslizadas en un confesionario, por fidelidad superior a otro jerarca -así vaya de ‘vicario de Cristo en la tierra’-, constituyen un gravísimo delito recogido en el Código Penal, castigado con prisión mayor. ¿Imagináis una mayoría en el Ministerio de Presidencia formada por ingleses anglicanos o malikíes marroquís, debiendo éstos sumisión máxima al cabeza de sus respectivas confesiones, los cuales ostentan además la autoridad suprema de sus naciones? ¿La rastrera y cobarde cesión de soberanía determina ahora el amor a la patria, ‘selebros’ rojigualdos?
Rajoy de ningún modo puede erigirse en ‘patriota’ ya que antepone al bien común de los ciudadanos el pago de una deuda arbitraria a interés de usureros alemanes, y otros vampiros de similar calaña. Lo rubricó compinchado con el cabecilla anterior de la PSOE, reformando el Art. 135 de su ‘constitución’, por acatamiento al reich merkeliano. Por si fuera poco, el supernumerario Guindos, subordinado a sus órdenes, nos mintió al afirmar que los miles de millones inyectados a la Banca constituirían ‘un crédito en condiciones favorables’; cuando por el contrario se ha descubierto que se trata en su mayoría de un rescate a fondo perdido, a cargo de los presupuestos generales, para el vil lucro de entidades privadas. Por no aludir a una deuda pública ¡superior al 100% del PIB!, sin parangón desde hace más de un siglo, y aumentando sin parar,
Rajoy carece de legitimidad alguna en sus soflamas de ‘patriota’. Alardear de demócrata tampoco es de recibo. La condición mínima exigible reside en la Separación de los Tres Poderes del Estado en origen, ejercicio y funciones. No la afrenta a toda humana condición de que las más elevadas magistraturas de jueces y fiscales se elijan según propuestas o ‘cuotas’ de partidos, por afinidades ideológicas. De esto el PNV, la exCiU y, sobre todo, la PSOE, podrían ilustrarnos con precisión, dada su cualidad de copartícipes en esta infamia intolerable durante décadas. ¿El Banco Azul y sus socios manoseando, según todas las evidencias, el Poder Judicial? ¿Y queda todavía algún pardillo que se sorprenda de la corrupción?
Rajoy se encuentra con una terminal anemia de ‘patriotismo’, por mantener en el cargo de ministro del Interior a alguien, tan impresentable, que lo ha rechazado hasta el papa como posible embajador de su cortijo teocrático (donado por Mussolini). La utilización irresponsable de la sensible área de poder del primero, como parece por las grabaciones, con el objeto de conspirar con pruebas falsas -sufragado el deleznable empeño por el erario público- contra ciudadanos del Estado español, promueve que a cada vez mayor número de catalanes, vascos, gallegos, andaluces, canarios, etc, nos repugne seguir formando parte de esta antidemocrática monarquía de partidos, tardofranquista por sus métodos. Lo extraño es cómo Cartagena, de nuevo, no anhela la proclamación aún de cantón independiente. Si así defiende nuestra ‘seguridad’, ¡qué podemos esperar de la Contrainteligencia que él dirige, frente a posibles intrigas delictivas de lobbys multinacionales religiosos, económicos, o de ambos!
Rajoy está imposibilitado para postularse de ‘patriota’ por despreciar lo acordado en el referéndum sobre la OTAN, al permitir la ampliación de las bases militares norteamericanas de Rota y Morón, con transporte y dotaciones de un arsenal nuclear. Hecho que pone en peligro a millones de vecinos cerca de esos enclaves estratégicos para los yanquis, objetivo prioritario en caso de declararse una conflagración con una potencia del tipo de Rusia. Todo a beneficio de un foráneo Estado de otro continente. Además seleccionó de ministro a un traficante de armas, con cara de cilicio, sin importarle un comino que hubiera demandado su empresa al propio Estado por lucro cesante, al prohibirse internacionalmente las bombas de racimo -sí, esas, las mejores para matar y mutilar niños-, obteniendo la compañía una pingüe recompensa por cuenta del erario público.
Rajoy bajo ningún concepto está habilitado para disfrazarse de ‘patriota’. Su ministro de Exteriores se ha alineado -y alienado- con las posiciones de Netanyahu, con respecto a no acabar de una vez por todas con los mercenarios gringo-sionistas del DAESH. ¿Útiles para fumigar chiítas, montajes sangrientos parafascistas en la misma Europa, sembrar el miedo con el fin de aplastarnos con políticas neoliberales desquiciadas, y que dure el escaparate armamentista en Siria-Iraq para forrarse trusts oleo-militaristas, sin importunarles la vida de millones de víctimas (tampoco cuando las oleadas de refugiados acuden, y los cabezarrapadas hacen su agosto suspirando por un nuevo führer)? ¿Por qué quiere inducir al pánico con la patraña de que estamos ‘frente a Libia’ -otro pelotazo para algunos desaprensivos-, cuando ese Estado empujado al caos se halla a la altura del Adriático? ¿Más millones para la ’seguridad’ a costa de la libertad de todos, y a triunfar por las Seychelles y las Caimán acumulando ceros por opacas cuevas de Alí Babá?
Rajoy es inútil que fantasee de ‘patriota’. En vez de exigir la dimisión de su exministra de Fomento por el ‘accidente’ del Alvia, que hubiera podido impedirse con la inversión en medidas pasivas de seguridad se apostó por los recortes, y encima se la premia elevándola a tercera autoridad del Estado. ¡Y eso que las mayorías de las víctimas fueron gallegos como él! Pero tranquilos, para el impenitente lector del Marca y para su consentido pupilo Núñez Feijóo, viejo compañero de asuetos con el gran ‘emprendedor’ Marcial Dorado… ’lo importante es Galicia’.
Rajoy en modo alguno convence al posar con cinismo de ‘patriota’, debido a que a pesar de estar el PP gallego presuntamente implicado en financiaciones ilegales desde Génova. en sucesivas campañas electorales según los papeles de su extesorero, no sólo no ha depurado su formación allí hasta sus últimas consecuencias. Ni siquiera ha tenido la vergüenza de dimitir, siendo ese un episodio menor entre otros espeluznantes casos de putrefacción políticos, acreditados con rigor ante la judicatura.
Rajoy personifica un ‘patriotismo’ de cartón piedra, más falso que un euro de madera, porque la principal preocupación de un gobernante se alza sobre la salvaguardia de la vida de sus conciudadanos, y él ha carecido de escrúpulos en comandita con Feijóo -junto a los serviles cobayas del reino en su conjunto- para dejar morir a millares de pacientes en listas de espera, por consideraciones económicas al negarles años una vacuna contra el tratamiento de la hepatitis-C, o desamparando a los afectados por la Talidomida, entre otros horrores.
Rajoy ni harto de whisky debería vanagloriarse de ‘patriota’. El deber del responsable de un gobierno consiste en no poner delante los intereses de los bancos sobre niños, enfermos dependientes y ancianos desahuciados, al prohibir la dación en pago de los inmuebles que les cobijan. Execrables actos inhumanos que han provocado el aumento de suicidios con una magnitud exponencial. Y amplifica lo nauseabundo encima su moralina de opereta, intragable hasta por su aduladora camarilla, así se flagelen del alba a la noche cerrada.
Rajoy en su carnaval de ’patriotismo’ ofende hasta a los sacrificados empresarios. Junto con los sociatas de las JONS ha convertido las cárceles -sufragadas por el contribuyente, con el menor ratio presos/delitos de toda la UE- en macrofactorías con mano de obra cuasi esclava, en régimen ventajista para los cercanos a su Obra, practicando una competencia desleal y miserable al impedir el libre mercado. Menos mal que van de liberalizadores del comercio… de los galeotes, se entiende.
Rajoy engreído de ‘patriota’ no consigue dar el pego ni al más tonto de la aldea, Si le doliese un mínimo su nación no dejaría que el foso norte-’sur’ en sus fronteras supere límites inadmisibles de desigualdad. Con millones de criaturas malnutridas, ateridas de frío en invierno, mientras los buitres leonados de la alta burguesía, adscritos a la Obra o colaboracionistas, multiplican sus dividendos.
Rajoy de supuesto ‘patriota’ no consigue enredar más que a inescrupulosos conmilitones desalmados. Ha conducido a los trabajadores a tales simas de precarización, desprotegiéndoles con saña, que la caída del consumo incitada por su ineptitud ha dado al traste con miles de empresas.
Rajoy ufanado de arquetipo ‘patriótico’ resucita el esperpento de su paisano Valle-Inclán, elevado a la enésima potencia del patetismo. Si la característica principal de los que se envuelven en su bandera estriba en poner los recursos disponibles en pro de su nación, no se explica el motivo de intentar premiar al exministro Soria, implicado en los Papeles de Panamá con la prebenda del acomodo en el FMI, y por qué razón amnistía a los defraudadores fiscales en ‘paraísos’ -barbaridad ejecutada también con la PSOE en el gobierno-, sin dotar a la Inspección de Hacienda de más recursos humanos, técnicos y económicos, con el beneplácito del ‘hermano’ Montoro.
Rajoy si gallardea en vano de ‘patriota’ provoca la irrisión universal. Ha tratado de amparar o solapar, hasta el final -’¡resiste, sé fuerte!’- tantos casos de podredumbre infecta en su partido, que esta impune abominación provoca al viajar a otro país que se carcajeen de la ciénaga en la que malvivimos. Y por tantas tragaderas nos toman por el hazmerreír de una parte al opuesto extremo confín del globo terráqueo.
Rajoy se haya imposibilitado para posturear de ‘patriota’: ejemplifica el desprecio a la educación y la cultura por definición. Ha gravado con un IVA y unas matrículas abusivas a artistas y estudiantes. Al herirles de muerte con esos gravámenes injustos, la inmensa mayoría de ciudadanos no pueden aspirar más que a la servidumbre y la estulticia. Por no mencionar la cara ‘concertación’ educativa clasista y sexista, sufragando creencias religiosas privadas con vanos subterfugios pedagógicos.
Rajoy al farolear de ‘patriota’ se cae del burro, a causa de no impedir que jóvenes emigren con una elevada instrucción, pagada por los contribuyentes a beneficio ilícito de otros Pueblos, a los que les sale gratis. Nefasto proceder que provoca que a los Estados del sur de Europa la cancillería estadounidense -exdiplomático Inocencio Arias dixit- nos califique de ‘idiot States’ (sic). Por si no fuese suficiente tamaña sevicia, además a los emigrados se les dificulta o impide su derecho al voto.
Rajoy se pone en ridículo al pavonearse de ‘patriota’. Un requisito indispensable de tal cosa se fundamenta sobre la Libertad de Prensa, vulnerada con más indignidad que oprobio por él mismo y sus correligionarios, al promulgar la denominada Ley-Mordaza totalitaria y ruin. El Ejecutivo legisla por decreto, relegando el Senado o Cámara Alta a grotesca comparsa de aforados.
Rajoy ni de coña está facultado para fanfarronear de ‘patriota’. Si fuera así defendería el derecho a la mera existencia de las generaciones venideras, protegiendo a la Madre Naturaleza. No derogando leyes que impedían especular con la quema intencionada de bosques, o machacando el mundo rural con la falta de ayudas eficaces, su permisividad con los transgénicos y la canallada del ‘impuesto al sol’. Hubiese salido decidido al ataque de los que contaminan las aguas, e hipotecan nuestra salud y futuro de manera quizá ya irreversible. Pero pregunten en su ciudad natal Pontevedra, por ejemplo, donde por prorrogar la licencia a la fábrica de celulosa sesenta años pone en peligro la flora y fauna de la ría, acción repulsiva que le ha acarreado ser declarado Persona Non Grata en el pleno del Ayuntamiento. ¡Proscrita su presencia por los propios vecinos de su infancia!
Ah, Mariano, Mariano… ¿comienzas a entender ahora la tristeza, el abatimiento, que debieron sentir sefardíes, moriscos, gitanos, cristianos mozárabes con un rito milenario echados a patadas por el imperio monárquico-papista al deportarles, ser masacrados o asimilarles, aunque hubieran conocido tu dudosa virtud practicada de la ‘santa desvergüenza’ escrivariana, recogida en tu Camino?
Abundar en mayor cantidad de mezquindades no merece el esfuerzo, por el momento. Prefiero reservarlas para la contrarréplica si existe algún desaprensivo a sueldo o vocacional, sobre la faz del planeta, capaz de sostener el ‘patriotismo’ del desaprensivo ricachón, registrador de la propiedad en excedencia en Santa Pola. Una cosa pasa por embucharse sus delirios de ’patriota’, y otra que insulte la inteligencia de todos tomándonos por idiotas… ¡qué brutal tomadura de pelo es ésta!
Hay que tener agallas de Megalodón (extinto ancestro gigante de los marrajos) o de vasco de Neguri, por todo lo reseñado, para intentar aducir premisas concluyentes de ‘patriotismo’ a favor del vetado Mariano. ¡Ánimo, lamezurraspas del ‘liderazgo’ incuestionable, pragmáticos peneuvistas jesuitizados…! ¿Acaso no merecen unas breves líneas un almuerzo de lujo en la ciudad de la Alhambra, con viaje y guía de balde? ¡Por lo menos que acudan a la palestra algunos sofistas ensotanados de tapadillo, solos o en manada; no tenéis corazón, qué carallo… si os tiene de dulce! Mirad que va el compromiso firmado.
¡No dejadlo, flojos, aguardo expectante! Recordad que si ni tratáis de justificaros, por votar con una pinza en la nariz y conteniendo las arcadas, el atroz sufrimiento de millones de seres humanos os puede condenar por toda la eternidad… DIARIO Bahía de Cádiz
ARTÍCULO DE: Al-Hakam Morilla Rodríguez (coordinador de Liberación Andaluza)
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