El pasado jueves estaba nuestro puerto lleno de cruceros, daba gusto pasear por las calles llenas de turistas, entraban en tiendas y cafeterías, no es que gasten una fortuna, pero gastan algo ¿O nosotros cuando vamos a otra ciudad vamos tirando el dinero? Hasta ahí todo correcto, el mosqueo me vino cuando al entrar en nuestra preciosa plaza de la Catedral, veo en medio, jodiéndola, un autobús y banderolas promocionando el turismo en Sevilla.
¡Con dos cojones! No les basta las excursiones, inevitables, forman parte del beneficio del crucero (el del armador por supuesto), programadas desde el buque. Noooooooooo, también quieren captar a los turistas que bajan a pie para que se den la vuelta y cojan el cercanías.
Me pregunto ¿cuánto le habrán abonado al Ayuntamiento para prostituir nuestra plaza? Porque esa es la palabra, ¡prostituir! Vendérsela a la avariciosa del norte, la que se queda con todo los de los demás, las que gritan “el Rocío no empieza hasta que llega Triana”, “la que anuncia agrupaciones el sábado de nuestro Carnaval”, “los de SUS playas de Chipiona y Matalascañas”.
No aprendemos la lección de ser más orgullosos con lo nuestro, allí estaba tapando un trozo de nuestra Catedral ¿Alguien se imagina un autobús de visita a Cádiz, tapando parte de la Giralda? La respuesta es clara NO.
Qué asco del dinero aceptado a cambio de vender a nuestra tierra, y que asco de seguir siendo la putita de los vecinos de arriba. Tened claro que la calderilla que os dieron es pan para hoy y hambre para mañana. DIARIO Bahía de Cádiz