Motivos de preocupación no nos faltan, cuando en España parece que hemos entrado en una fase en la que, como ocurrió el 14 de julio de 1789 en Francia ( pero sin que concurran las circunstancias que fueron el detonante de aquellos tumultos) la plebe, fuertemente armada, se levantó contra la monarquía absolutista de Luis XVI, principiando por la toma de la Bastilla, símbolo de la opresión de aquel régimen; con la diferencia sustancial de que, en aquella trise ocasión, los maltrechos, hambrientos, desesperados y sin medios de subsistencia, ciudadanos franceses, no disponían de otros medios para hacer valer sus quejas ante el poder absoluto de la monarquía. Entonces se produjo el levantamiento contra un estado de extrema miseria, de falta de sanidad, de maltratos de los miserables y de un distanciamiento, imposible de ser superado, entre los ciudadanos que deseaban hacer valer sus derechos y la clase dominante gobernante que, en muchas ocasiones, ni tenía noticia de lo que estaba ocurriendo fuera de sus lujosos palacios en los que vivían con gran lujo, ignorando la desesperación del pueblo llano.
Que el incordiante Willy Toledo, junto a un grupo de 30 de los llamados “intelectuales” siempre dispuestos a hacer causa común con quienes siguen empeñados en devolver a España a los malogrados tiempos previos a la Guerra Civil; aprovechándose de la miopía de los partidos tradicionales –empeñados en destrozarse los unos a los otros – ahora pretendan, en un nuevo intento de aprovechar el clima favorable a la izquierda derivado de los resultados de las elecciones del 24M, autonómicas y municipales, para intentar sacar provecho de la marea revuelta de pactos, acuerdos, cesiones y arreglos para desbancar al PP de los lugares en los que había conseguido mayoría, haciéndose notar mediante la publicación de un manifiesto que, ni tan siquiera, les ha hecho falta inventárselo, ya que reúne todos los tópicos propios de sus siempre infumables intentos de oponerse a la democracia y barrer a favor de su progresismo radical y carente de las más mínimas posibilidades de ser aceptado en un mundo moderno y globalizado. Vean, si no el caso griego y sus consecuencias para el pueblo.
Claro que la incuria y falta de visión de los partidos tradicionales les ha hecho desentenderse, en pro de sus intereses partidistas, de lo que pensaba el pueblo español, ignorando que, lo primero que necesitaba España, después de la desastrosa etapa del gobierno de los socialistas de Rodríguez Zapatero, era tomar por los cuernos a la Administración (en todas sus facetas), darle un fuerte zarandeo, para expulsar de ella a los advenedizos que parasitaban en sus despachos; despedir sin miramientos a todos los enchufados y modernizarla para que dispusiera de los modernos medios técnicos precisos para hacerla efectiva, ágil, justa y menos gravosa para los PGE. Aprovecharse de la mayoría absoluta de que han dispuesto para cambiar leyes, como la del aborto o la de la Memoria Histórica o todas las demás que, los socialistas aprovechándose del poder, dictaron en perjuicio de la seguridad, la sostenibilidad, la productividad y nuestra proyección internacional, sólo atribuibles a la cerrazón y fanatismo político de sus dirigentes.
En todo caso, no estaría mal hacer algún comentario sobre el panfleto de Willy Toledo y sus cofrades. En un nuevo intento de constituirse en los directores del cotarro, hacen un llamamiento a la unión de las izquierdas, partiendo de la base de que lo ocurrido el 24M fue una victoria para los partidos de la izquierda, lo que no deja de ser inexacto, intencionadamente mal interpretado y poco de acuerdo con lo que fueron los verdaderos resultados de los comicios. Empecemos diciendo que quien gano las elecciones, sin mayoría, pero en número de votos, fue el PP. El PSOE del señor Pedro Sánchez sólo consiguió 500.000 votos menos que los que obtuvo, en el peor resultado de su historia en democracia, el 20N, cuando el PP ganó por mayoría. IU prácticamente desapareció como fue el caso de la UPyD de Rosa Díez. En el País Vasco el PNV no consiguió mejorar y, no obstante, los de Podemos han conseguido tener presencia en muchos ayuntamientos pactando con otros partidos, por ejemplo Bildu. Queremos dejar claro que los resultados del 24M no fueron un triunfo de la izquierda; si, efectivamente, les han permitido realizar pactos, en ocasiones incomprensibles, que les han ayudado a gobernar en las capitales más importantes, como han sido los casos de Madrid, Barcelona y Valencia, donde se han impuesto, mediante pactos, los grupos como BComú, y otros conocidos como las marcas blancas de Podemos. Ciudadanos ganaron, pero no convencieron y, mucho nos tememos, que hayan perdido parte de su encanto cuando han pactado con partidos que no les favorecen en absoluto ante sus votantes.
Resulta extraño que, en el manifiesto de Willy Toledo and company, no se percaten de que se pronuncian en contra del bipartidismo, al que achacan todos los desastres que nos han afectado a España y, no obstante, lo que proponen ahora es, precisamente, la unión de todas las izquierdas para formar un bloque con el que enfrentarse a la derecha, principalmente encarnada por el PP. ¿No sería esto un nuevo bipartidismo del bloque de izquierdas ( recordemos otro caso similar, cuando las izquierdas de la II República se unieron contra la derecha para concurrir a las elecciones como Frente Popular) contra la derecha?. Es obvio que, tan cultos señores, deberán recordar en lo que concluyó aquel frente, las divisiones que se produjeron en su seno a la hora de ejercer el poder y las tristes consecuencias que tuvieron, cuando fueron incapaces de mantener el orden ¡si es que alguna vez lo intentaron! Y los funestos resultados de su inhibición para impedir la barbarie y los crímenes que se produjeron bajo su gobierno.
Y una pregunta para los autores del panfleto: ¿ esta España de la que hablan, a la que pintan como si fuera una dictadura, en la que dicen que no hay libertad de expresión o manifestación o falta democracia etc., no se referirá a la España actual, esta en la que vivimos? Porque si insisten en descalificar el actual régimen, la legitimidad de un gobierno elegido libremente por los españoles, libremente, democráticamente, mediante urnas vigiladas y cumpliendo todos los requisitos establecidos por la Ley; entonces tendremos que llegar a la conclusión que los pretenden actuar contra la democracia son ustedes, que los que se han olvidado de que los gobiernos democráticos, desde la transición, todos han sido legitimados según las prácticas democráticas y nadie, y menos ustedes, tienen el derecho a afirmar que el señor Rajoy y su gobierno no está perfectamente legitimado en democracia para dictar las leyes que estimen convenientes. Existen los mecanismos precisos para impugnarlas y hay un TC que, en definitiva valora su legitimidad, cuando se le somete a consulta.
Resulta reiterativo, pesado y evidentemente injusto que quieran atribuirle al gobierno del PP la situación por la que ha pasado España cuando, precisamente, fueron los socialistas con el apoyo de las otras fuerzas políticas ( que se juramentaron para impedir que ninguna propuesta de los populares fuera aceptada en el Congreso) los que dejaron al país al borde de la quiebra, con la prima de riesgo por las nubes, más de 3’5 millones de parados y a punto de tener que acudir al rescate de Bruselas. Su mala memoria, señor Toledo, corre pareja con su ignorancia de temas económicos, judiciales o laborales, como cuando habla de “cadena perpetua” una evidencia de que cuando escribe o habla lo hace de oídas y no tiene la menor idea de lo que está hablando; algo que resulta muy común en estos señores que se atribuyen ser los representantes de la cultura y es evidente que, en la mayoría de casos, cuando hay suerte, lo son de una parcela de la cultura, pero tienen evidentes fallos cuando pretenden ser maestros en todo. Ya saben lo que se dice de este tipo de señores.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos joroba que unos cuantos comunistas, progresistas de tres al cuarto y amigos de Fidel Castro, pretendan venir a darnos lecciones de democracia cuando, en lo que son maestros es en comunismo y aquel término les es desconocido, confundiéndolo con el de “dictadura” que es lo que, en verdad, les “mola”. En todo caso, no confundan lo que está pasando con lo que pueda ocurrir de aquí a unos meses y recuerden, por favor, lo mal que terminó la experiencia anterior del Frente Popular. Más vale no insistir. DIARIO Bahía de Cádiz