¿Qué es un líder? Recientemente, una importante revista de negocios, que está enfocada a directoras y directores de grandes empresas, me ha sugerido formar parte de su repertorio, no como contenido, sino como continente, es decir, articulista. Labor que tan humildemente ejerzo aquí, bajo la sombra y tutelaje de los grandes, tal y como hago con la lectura semanal de ‘Alikindoi‘, por si se me pega algo de la profesionalidad y la riqueza verbal de su autor y su gente. Se trata de la publicación trimestral, promovida por una Business School, incluida en el Top10 según algunos estudios, con la que ya he colaborado en alguna ocasión, y de la que soy discípulo, de varios de sus autores.
Así, la temática que me solicitan deberá estar enfocada a los ‘líderes’. Experiencias, anécdotas y reflexiones sobre las empresas con las que he trabajado, trabajo o me gustaría trabajar, y en las que he sabido reconocer la presencia de una de esas personas que son consideradas un ‘líder’. Percepción algo compleja, y para la que ruego encarecidamente que los lectores de DIARIO Bahía de Cádiz me ayuden, en la resolución de la ecuación. Es más, les pido que me manden sus propias hipótesis, técnicas o métodos, para que el límite tienda infinito o, lo que es lo mismo, para enunciar una nueva definición que perdure en el tiempo.
Como cualquier fórmula matemática, lo primero que debemos hacer es simplificar todos aquellos elementos que pueden obviarse, o son desechables, para el cálculo de nuestra entalpía. Por ello, es de recibo pensar que un ‘líder’ no es un jefe, dueño o sindicalista, por el simple hecho de estar al frente de una organización o cualquier otra entidad, ya que, debemos separar nuestra definición de características como ‘charlatán’, ‘ególatra’ y ‘bravucón’, aspectos que se repiten en muchos de esos barrios.
Así, tampoco podemos considerar que un ‘líder’, ‘lideresa’, viste de rojo, fuma puros, se pasea en Ferrari y sabe darle patadas a un balón, o lleva un látigo atado a su cintura tal que Indiana Jones, a pesar de lo que muchos puedan opinar. A este respecto, no digo que no lo hagan, ojo, pero desde luego NO se les reconoce por eso, ni por estar al frente de una organización, intentando destacar de manera enfermiza o mirando a sus compañeros con recelo. Del talento prefiero no hablar, que ya lo hice en su momento, sólo me permito señalar este hashtag: #SíHayTalento.
Ahora, que hemos eliminado los elementos repetitivos, folclóricos y sin valor, vamos a redefinir el significado de ‘líder’, al menos para mí, repito, que siempre habrá otras opiniones perfectamente discutibles y bienaventuradas. De este modo, y según creo, un ‘líder’ debe ser un personaje cercano, que no sólo te enseña, sino que aprende de ti. Quizás, su línea de flotabilidad estará algo más elevada que la de los demás, no por jerarquía, sino por insistencia. Insistencia en acompañar, ayudar, sugerir y, sobre todo, escuchar atentamente cuál es el problema, para pasar inmediatamente a buscar soluciones, no culpables.
El ‘líder’ se caracteriza por tener muy desarrollado el sentido de la empatía, el altruismo y, sin ser necesariamente creyente, la ayuda al prójimo, lo que no significa que todos los prójimos cuenten con la ayuda de los creyentes. Una quimera. En cuanto a una lideresa, esa, sin duda, fue mi abuela, capaz de sacar adelante a una manada numerosa, y menuda manada. Igual que muchas otras, lo sé, pero predicando su verdad y sudando, sudando mucho, cómo pocos han sudado, imagino que por eso le han puesto su nombre un puente.
Un ‘líder’ dirige, coordina, pero también se mancha las manos a diario, bien para hacerte partícipe de su sabiduría o para que aprendas a sacar tus propias conclusiones. Un líder, lideresa, no tiene un mal día, y si lo tiene, vas a tener que preguntarle, para escrudiñar a qué se deben sus ojeras, porque será constante, errático y curioso, y compartirá, las inquietudes con su grupo, equipo o amigos, para que, entre todos, se pueda construir un ápice común.
Mi conclusión, con permiso de ustedes. Tres líneas. A un líder se le sigue sin saber por qué, se le siente a pesar de su locura y se le escucha aunque no se le comprenda. Un líder no entiende de izquierda o derecha, pero es experto en arriba o abajo. Abajo, porque no te dejará caer, arriba, porque es el lugar al que te alzará, si le das la mano.
En fin, termino aquí, pero no sin antes sugerir un entretenimiento durante el tiempo espera, en el que me llegan las sugerencias de los lectores, para ayudarme a escribir ese artículo ‘business’, que intentaré que sea innovador y, por supuesto, cargado de reseñas de mi particular punto de vista. Mientras tanto, os recomiendo una canción, que en esta ocasión no esconderé entre las líneas de esta columna. Si de líderes hablamos, la música tiene un lugar privilegiado, porque sin música no se entiende la vida, el esfuerzo o las emociones, descripciones propias de Freddie Mercury, por eso, el ‘Show debe continuar’. DIARIO Bahía de Cádiz