La semana pasada, nuestro muy ilustre concejal de Fiestas -aunque podía extenderse su concejalía a otros menesteres, como los ritos, romerías y demás manifestaciones de cultura religiosa-, Vicente Sánchez, hablaba de exornar, exornos por aquí, exornos por allá.., altares, altarcillos cuando se refería a las próximas fiestas del corpus,… convertir el corpus en lo que fue, decía, la fiesta grande de comienzo del verano. Desfiles, concejales del PP entre maceros, toda la créme de la créme protocolariamente en los bancos de la catedral… la versión de suspiros de Egpaña, de Estrellita Castro…, y es que en verdad lo que quiere mi amada Teofila es ponerse la mantilla y competir con su amiga Cospedal. A mí se me venían y se me iban las notas de aquella canción que en su letra recordaba que:
Isabel y Fernando el espíritu impera
moriremos besando la sagrada bandera
Nuestra España gloriosa
nuevamente ha de ser
la Nación poderosa
que jamás dejó de vencer.
Las calles de Cádiz cubiertas de siete mil euros, sí, siete mil euros de tomillo y romero primero, más tarde de tomillo, romero y cáscaras de pipas, lleno de exornos de cartón piedra, como si fuéramos un wester de Almería pero en el occidente de Andalucía. En pocos sitios se le rinde homenaje al cogollo, bueno no se si en Holanda, que en Holanda son muy modernos y hasta en los cafés los venden, pero en Cádiz, según dice la página del Ayuntamiento, casi desde lo fenicios, sacamos al cogollo de procesión cada jueves santo, bueno ahora el domingo, por eso de asegurar más asistencia, supongo. No se me emocionen los Luismas ni los Barajas, que lo del cogollo es algo puramente metafórico, según los mentideros de la época, obedece al estado de trance místico en el que el orfebre entró mientras trabajaba la esencia misma de la obra entre efluvios y aromas
Mientras tanto… unos socorristas manejan el bote de salvamento a remo, para que luego digan que aquí somos unos flojos. La concejal de Playas, que tenemos una concejal de Playas, ni mú. Y es que todavía no tengo muy claro para que sirven los concejales del equipo de Gobierno -los otros muchas veces tampoco-. Me parece que esta se llama Dolores Palomino, pero que no dice nada de nada, debe estar en la cosa de mercados. Y es que, cada vez que en Ayuntamiento hay un marrón, y hay muchos, la portavoz única, genuina e irrepetible de la teocracia, es Teofila, que pese a tener un amplio equipo de redactores de notas oficiales, repite una y otra vez que los problemas en los servicios, a los que está obligada a prestar a la ciudadanía, son problemas entre la empresa concesionaria y los trabajadores. Claro está, que como ocurriera ya con la limpieza de de colegios, con la recogida de basuras, con los servicios en las piscinas y centros de deporte… este sólo es el primer punto del guión, luego ya vendrá decir que los trabajadores sabotean, que si ganan mucho y trabajan poco, incluso algún arresto domiciliario caerá, si no al tiempo.
Y si alguna vez, el teocrático Ayuntamiento, ha dejado su balcón a alguien en vez de mandar a los policías municipales para identificar a quienes se concentran en San Juan de Dios, no eran tanto por los intereses de los empleados ni de la ciudad, era por los dividendos del mismísimo Pascual, para qué engañarse.