En el último pleno ordinario de 2016 (del Ayuntamiento de El Puerto) defendí la moción de Levantemos donde se instaba a regular y fiscalizar las subvenciones que los grupos políticos reciben por formar parte de la corporación municipal. En un primer momento me hicieron saber que seguramente estaban de acuerdo y que no era necesario entrar en debate. Me negué, puesto que advertí que seguramente ante mi intervención y argumentos me pondría a más de uno en contra y quizás cambiaban la dirección del voto. Casi, pero finalmente no fue así y la moción fue aprobada prácticamente por unanimidad.
Comencé dejando claro que el objetivo de la moción era doble: en primer lugar, regular y fiscalizar las subvenciones a las agrupaciones políticas; y en segundo lugar, hacer un ejercicio de transparencia, hacer visibles estas subvenciones ante la ciudadanía. En resumen, estas subvenciones se encuentran en una especie de vacío legal, ya que no se rigen por la Ley General de Subvenciones, y su mención en la Ley 7291/2007 de Financiación de Partidos así como la Ley Orgánica 5/1985 de régimen electoral general, ofrece una regulación muy vaga, apuntando a que debe ser el pleno local el que las regule.
Consideramos que no podemos permitir que sea un fondo donde enviar dinero público sin control, donde los partidos políticos obtengan financiación procedente de todos los ciudadanos para gastos de los que ni nos enteramos. En este sentido, todo fue aceptado. El problema vino cuando seguí con mis argumentaciones. Critiqué toda subvención o financiación estatal a los partidos políticos, ya que -y esto es exclusivamente a título personal- las considero origen de corrupción y desafección política.
Pero una vez tocada la fibra, vinieron los ataques e insultos, porque mi querida concejala, Silvia Gómez, de Ciudadanos, o de Independientes Portuenses, me acusó de tener una “empanada mental” porque yo mezclaba temas. Afirmaba que las subvenciones a los grupos municipales no tenían nada que ver con la financiación de los partidos políticos. Y que este dinero era exclusivo para el funcionamiento del grupo municipal y que en su caso, de Ciudadanos, ese dinero nunca se traspasaba al partido político.
He aquí el quid de la cuestión. Es curioso como la Sra. Gómez dice que desde Ciudadanos El Puerto no se financia al partido político. Digo curioso porque la ‘Carta Ética y de Financiación’ que Ciudadanos exige firmar a todos sus candidatos locales antes de las elecciones obliga a efectuar dicha financiación. Mientras un pleno no regule en su contra esta financiación al Partido desde el grupo municipal es legal, aunque me alegra saber que C´s El Puerto se salta la disciplina de partido, y que también durante todos los años de IP tampoco se traspasó dinero al partido. Aunque, ciertamente, esto es imposible comprobar dado que hasta hoy no se ha tenido que justificar estas subvenciones.
Pero de repente me llamaban empanado por decir con total contundencia que claro que no mezclo temas, que claro que las subvenciones a los grupos municipales han servido a lo largo y ancho de España para financiar sus partidos. Esto, como diría Manolito Gafotas, lo saben hasta los Chinos de Rusia. ¿A qué se debe este silencio? pues supongo que por ignorancia pensaran que es ilegal, y lo recalco, hasta que el pleno municipal no regule dicha financiación como ilegal, sí es legal traspasar el dinero al partido. Pero que me afirmen que dichas subvenciones no las usan los partidos y que estoy mezclando temas que pueden confundir a la gente me parece aberrante e insultante. Cientos de noticias periodísticas, artículos académicos, sentencias judiciales… reafirman lo que estoy diciendo, y están al alcance de cualquier persona: las subvenciones a los grupos municipales se usan para financiar a los partidos. Pero por lo visto es una práctica de la que no gusta hablar en el pleno de El Puerto.
El papel del PP merece una atención especial. Sus representantes usaron el contraargumento de que la financiación estatal a los partidos es necesaria porque si dependen exclusivamente de la privada se generan lobbies. ¡El PP preocupado por los lobbies! En fin, me hubiese gustado responderles pero no quedaba tiempo. Claro que la financiación privada puede generar lobbies, ¿para quién ha gobernado si no su partido los últimos años? ¿De dónde sacaron los fondos para construir su sede central en Madrid? Es obvio que es totalmente necesario regular la financiación privada de los partidos, pero eso no significa que no sea necesario regular también la financiación pública o incluso que desaparezca.
El problema no es que el estado financie las campañas electorales de todos los partidos equitativamente y facilite el funcionamiento de los grupos políticos, la cuestión es que muchos ciudadanos no deseamos financiar con nuestros impuestos a los partidos políticos. Por lo pronto, ayer dimos un primer paso para regular las subvenciones que se reciben a nivel local. DIARIO Bahía de Cádiz
ARTÍCULO DE: Javier Botella (concejal de Levantemos en el Ayuntamiento de El Puerto)
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