La dueña de todos los tormentos y de la más absoluta alegría. La que defiende y disfruta el hogar y no puede dejar de vivir en la calle. Aquella que reivindica su papel en el mundo y la misma que anhela intensamente que la cuiden y protejan.
La que se preocupa de todo y de todos y no precisa de nadie, la que te necesita y sonríe sin decírtelo jamás. Esa que te echa terriblemente de menos y puede vivir sin ti.
A la que agobia la soledad y en ocasiones la compañía. La que busca la soledad tantas veces y no se reconoce si no es rodeada de gente. La que siente como propias tus penas, la misma que quisiera alejarse de ellas.
La primera que denuncia todas las excusas sexistas y corre a alargarse las pestañas si intuye tu mirada. La que no busca sino ser fiel a sí misma pero no es capaz de ser feliz si no lo eres tú. La que no busca la aprobación de los demás y es incapaz de disimular su satisfacción si es halagada.
La que se traiciona pero jamás te traicionaría, y te traicionará antes que traicionarse a sí misma. La emoción desatada y la reina de la emoción contenida. La que achaca a la inseguridad los celos mientras se duele de su punzada canalla e irracional.
La que casi siempre se sale orgullosa de la fila, añorando muchas veces ser como los demás. Esa que sueña recorrer sola el mundo mientras desea envejecer de su mano en una pequeña ciudad de provincias.
La dependiente mujer independiente. DIARIO Bahía de Cádiz