Ha salido publicado en algún medio de comunicación que las maratonianas jornadas de trabajo que realiza nuestro alcalde (de El Puerto de Santa María), las va soportando a base de una dieta sustentada en la ingesta de chocolate y barritas energéticas. El grave problema de no seguir una dieta equilibrada, preferentemente mediterránea, es que el organismo comienza a dar síntomas de debilidad y el Sr. De la Encina está dando muestras más que evidentes de “anemia política”.
En nuestra opinión, los partidos que conforman el Gobierno tripartito se vieron sorprendidos por unos resultados individuales que no esperaban y basándose en una aritmética electoral favorable, configuraron un Programa de Gobierno, a prisa y corriendo, que creemos a priori conceptual y objetivamente erróneo porque fue concebido sin tener en cuenta que la mayoría de las promesas en él contenidas, o no se pueden cumplir y se hicieron de cara a la galería sin ningún sustrato técnico, legal o económico que las avale, o simplemente, son propuestas temerarias porque su cumplimiento supondría arruinar directamente las arcas públicas.
Además de este punto de partida incierto, tanto PSOE como IU, cuando estaban en la oposición realizaron una serie de promesas, “malditas hemerotecas”, que los tiene sumidos en un mar de contradicciones y lo peor de todo, es que no tienen alternativas para resolverlas cuando se han dando cuenta, ante la cruda realidad, de la dificultad que entraña ejercer labores de Gobierno con cierto tinte de rigor.
Es cierto lo que dice nuestro alcalde cuando ha manifestado que no posee una “varita mágica”. Efectivamente nadie la tiene, pero sí que tiene una herramienta que la suple, los “lapsus” con los que pretenden justificar todo lo que no se puede defender con argumentos y si no, se recurre a las tan socorridas consultas populares con la que intentan eludir su responsabilidad para traspasársela a los portuenses.
Nuestro alcalde se encuentra en una encrucijada que cada vez es más notoria y que a nuestro juicio empieza a pasarle factura en forma de debilidad política porque como un acróbata, se ve obligado a realizar complicados ejercicios de equilibrio sobre una cuerda floja, sin red de protección, en cuyos extremos se encuentran dos partidos, IU y Levantemos, apoyados por una masa social que les reclama poner en marcha la “nueva política” obligándole a cumplir, si o si, las promesas del Pacto de Gobierno.
El Sr. De la Encina es consciente de su debilidad política porque sabe que Levantemos, si le da la “levantera”, puede dejarlo en un Gobierno en minoría que haría impracticable la dirección de Nuestra Ciudad.
Nos vamos a concluir esta opinión haciendo uso del recurso “Luces y sombras” aunque después de cuatro meses han conseguido que un semáforo vuelva a estar operativo, pero si vamos a recomendar a Nuestro Alcalde que deje las barritas energéticas y que siga una adecuada dieta alimenticia y que haga caso a nuestro sabio refranero cuando sentencia “El buen alimento hace el buen entendimiento”. DIARIO Bahía de Cádiz
ARTÍCULO DE: Ignacio Colón Torrent (Portavoz de Queremos Puerto)