Sabemos que Shakira y Carlos Vives tienen una bicicleta que los lleva a todos lados, hasta el punto de que incluso pueden cruzar el charco e ir desde Barranquilla (Colombia) a Barcelona (España). Muy buenos pedales y ruedas han de tener sus bicicletas. Es eso o que no viven en la provincia de Cádiz.
Aquí tenemos a un grupo de personas que ni tiene fama ni mueve caderas más allá del movimiento que provoca el pedaleo sobre una bicicleta, pero que ha querido romper una lanza por las dos ruedas sin motor. La Asociación Ciclista Bahía de Cádiz ha denunciado la vía ciclista entre Chiclana, San Fernando y Cádiz, cuyo trazado es paralelo a la línea 1 del futuro tranvía metropolitano.
Entre otras circunstancias, critican (dicen que recurrirán al Defensor del Pueblo Andaluz y a organismos europeos) lo que consideran una mala ejecución del proyecto, en lo relativo al trazado, a la superficie de tramos interurbanos y a que se resta espacio al peatón en lugar de al vehículo a motor dentro de las ciudades.
La verdad es que no hay de qué sorprenderse. Únicamente basta con darse una vuelta por los carriles bici que se han ido creando durante los últimos años en la provincia. Si bien todo es mejorable, Jerez y El Puerto son dos ejemplos donde puede irse en bicicleta prácticamente de una punta a otra de la localidad. Digamos que en estos casos la infraestructura es útil. Luego habría que debatir el coste de la actuación y que hay tramos donde se ha cometido un auténtico atentado contra los peatones, pero, como digo, la perfección no existe. Lamentablemente.
Pero lejos de estos casos, también hallamos despropósitos notables. Sin ir más lejos en Chiclana, donde el carril bici oficial que existe (porque luego hay quien considera carril bici un arcén por el simple hecho de que se usa como tal porque no hay más remedio) tiene un trazado escaso (escasísimo) y con viaje, puede decirse, a ninguna parte. Y eso sin mencionar la dejadez absoluta que se tiene con infraestructuras de este tipo una vez que un día decidieron hacerse para callar bocas, justificar fondos y vender eso de la movilidad sostenible. Pueden darse un paseo y comprobar las considerables grietas en la vía. Eso sí, no lo hagan en bicicleta, porque pueden tener un percance importante en el intento.
Así pues, si quieren disfrutar de la bicicleta, mejor pidan consejo a Shakira y a Carlos Vives. En Cádiz, no se puede, porque no se quiere. Porque estamos acostumbrados a que nos vendan la bicicleta, pero pinchada o sin ruedas.
Habrá quien aún diga que tenemos magníficas autovías o carreteras secundarias por las que montar en bici. Posiblemente se olvide que ni todo el mundo quiere hacer ciclismo en carretera, ni todo el mundo es Miguel Indurain, ni todo el mundo tiene bemoles, ni todo el mundo está dispuesto a jugarse la vida.
A veces la gente simplemente quiere montar en bici, sin riesgos, y disfrutar de un medio de transporte más sano y mucho más económico que, por ejemplo, el famoso tranvía. Sí, esa millonaria inversión que, de no haber existido, bien podría haber dado para grabar una cinta bajo el nombre de Un tranvía llamado deseo. Pero éste es otro tema. DIARIO Bahía de Cádiz