Esto les parecerá a ustedes de lo más banal, normal y corriente. Ciertamente lo es. Un grupo de adolescentes va a pasar quince días de vacaciones en Irlanda para perfeccionar su inglés. Muchos de nosotros lo hicimos en nuestra ya lejana juventud, divino tesoro te vas para no volver. Meses de preparativos, y el reglamentario grupo de wasap de los progenitores de los integrantes de tan audaz viaje al extranjero mundo.
Seis millones de mensajes intercambiados de los que sacamos hasta letras de carnaval. Se comentó y compartió con precisión milimétrica cada cambio de divisa, papel expedido por la comisaría provincial (tengo sospechas fundadas de que el Comisario se traslada a Galicia con tanta premura porque no ha podido soportar el estrés al que le hemos sometido), horario de avión, foto de las familias de allende los mares cantábricos, etc. etc. etc.
La organizadora del tema posee un envidiable sentido del humor y una paciencia digna del premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional y por la paz de los pueblos. Ella, en su ignorancia de la verdadera esencia de la madre española, confiaba cándidamente en que al ser todas profesionales de distintos ramos, seriamos mujeres de mundo y no una mancha de histéricas que enviaban a sus niños adorados a un futuro incierto.
Por cada 10.000 mensajes intercambiados por las madres anteriormente mencionadas, hay un mensaje de un padre. No critico nada, sólo constato una realidad de la que tengo pruebas sobradas.
Aquí, la menda que suscribe estas líneas, por encima del bien y del malle quitaba hierro al asunto y hasta deseaba que las criaturas se fueran de una puñetera vez y poder así disfrutar, junto a la otra parte contratante, de esa relajada vida pre-retoño, que a long time ago tuvimos. Reencontrarnos, you know?
Pero amigos, desengañémonos de una vez por todas, el cordón umbilical es el cordón umbilical. Invisible y traicionero nos ata para siempre al fruto de nuestro vientre, por más años que hayan pasado.
Toda la teoría y la puesta en escena de madre superconcienciada, moderna y consciente del control de las emociones para que el niño madure satisfactoriamente sin chantajes emocionales y así comenzar a cortar lazos de manera sana que le lleven a la edad adulta sin traumas evitando de esta manera la sobreprotección que no hará sino lastrar su devenir como ser humano; toda la teoría digo, se fue al mismo mismamente, mire usté.
Al verle en el sevillano aeropuerto tirando de su maletita -de medidas 55x35x20, con 8 camisetas de manga corta, 2 camisetas de manga larga, 8 calzoncillos, 8 pares de calcetines, dos sudaderas, un chubasquero ligero, tres calzonas de deporte, un pantalón largo, dos pantalones de chándal, dos pares de zapatillas de deporte, unas chanclas y un cepillo de dientes- en ese mismo momento, mientras avanzaba con sólo 14 añitos de nada (le queda un mes para los 15, pero ahora tiene 14) hacia la puerta de embarque, allí solito, sin su mamá, pues se me agarró un nudo a la garganta que va camino de convertirse en maroma para atracar cruceros en el muelle.
Esta tarde tengo hora con el fisioterapeuta para que me descontracture desde la nuca hasta el talón. El estómago ya parece que va un poco mejor y la mandíbula empieza a recuperar movilidad. Ayer no salí porque me quedé todo el día recogiendo y limpiando su habitación para que la encuentre perfecta cuando vuelva. Por la tarde me dio por repasar y clasificar fotografías, que las tenía muy atrasadas, y me he comprado una batería portátil para el teléfono móvil por si cualquier eventualidad.
Lo que no recuerdo es con quién tenía que reencontrarme. Debe ser con un señor con barba que hay por mi casa que no para de decirme que mi niño precioso sólo lleva dos días fuera.
¡Qué sabrá él!
(Dedicado a la rubia de ojos claros que ha relegado a un meritorio segundo puesto al santo Job) DIARIO Bahía de Cádiz