Una destacada periodista de la Cadena SER afirmó esta semana pasada en unas jornadas que sobre la radio se desarrollaron en la Facultad de Comunicación de Sevilla, que no veía con malos ojos el hecho de que un arquitecto o un ingeniero ejercieran funciones propias de periodista sin haber sido preparados para ello, sólo porque se les daba bien el asunto. Lo que no aclaró es si, igualmente, le parecería bien que un periodista ejerciera de arquitecto o ingeniero. El enemigo de la profesión periodística lo tenemos dentro de la profesión misma.
He escuchado afirmaciones semejantes en boca de profesores que se supone que están preparando para ejercer a futuros periodistas y profesionales de la comunicación en general. Acuden a un argumento, sobre todo: la constitución consagra el derecho a difundir información a todos los españoles. Pero olvidan que proyectar información es una cosa y ejercer el periodismo es otra. Los medios de comunicación se están llenando de aficionados a desahogarse y a ver sus nombres en cualquier sitio, hay diarios elaborados por blogueros y la opinión de unos y de otros prima por doquier sin tener ni conocimientos ni curriculum para ejercerla con esa alegría.
Aquí todo el mundo es periodista, hay profesiones que la gente se cree que se pueden ejercer porque están al alcance de cualquiera: periodista, historiador, psicólogo, maestro… Aún tenemos en la cabeza eso de que las carreras de ciencias son las difíciles y las de letras son las fáciles, para niñas, son las carreras amariconadas. Esto viene –como mínimo- de los años cincuenta y sesenta cuando dos potentados casaban a sus hijos y uno aportaba al varón que era ingeniero o médico o abogado y el otro a la hembra que tenía la carrera de Filosofía y Letras o de maestra pero que, por supuesto, cuando se consumara el casamiento lo dejaría todo para dedicarse a las tareas del hogar y a ponerle las zapatillas al guerrero al regreso de sus tribulaciones laborales diarias.
Aunque mis lectores ya lo saben, quiero recordarles que el mundo mediático está repleto de unos intereses –a veces bastardos- que acaso no se tiene ni idea de hasta dónde llegan porque una cosa es decir que los medios manipulan y otra estar analizándolo durante veinticinco años, como es mi caso. Y todo eso y mucho más debe estudiarse no sólo en la universidad sino en el colegio y en el instituto y lo deben saber al dedillo los periodistas bien formados, de ahí que sea imprescindible que existan y se impulsen centros especializados en los estudios sobre la comunicación en general y el periodismo en particular.
Cada año terminan sus estudios en España unos seis mil nuevos titulados en periodismo de los que el mercado absorbe un diez por ciento, aproximadamente y de manera precaria, por lo general. Pues nada, que entren además los ingenieros y los arquitectos a ejercer también y el tendero de la esquina y el que reparte el butano, aquí hay trabajo para todos. Las organizaciones profesionales de periodistas –colegios, asociaciones, sindicatos- no se cansan de denunciar el intrusismo pero no tienen poder para echar a la calle a unos auténticos topos que escarban dentro del propio oficio para hacerle daño ni a esos otros que se dedican al espectáculo y lo hacen pasar por periodismo ni a los que les ha dado por llamar periodismo al adoctrinamiento y el entretenimiento ni a los que anuncian productos de consumo.
Y es que la profesión de periodista ni siquiera existe oficialmente, no se ha legislado aún con toda claridad y de forma específica qué es un periodista, de ahí que una periodista pueda tener la poca vergüenza de colocarse frente a trescientos estudiantes de periodismo y les diga con toda tranquilidad que un arquitecto o un ingeniero también pueden ejercer como periodistas. Y lo peor es que ninguno de los presentes se levantó para darle unos toques dialécticos a la colega y decirle que se fuera con su canción a cantársela a los receptores de la Cadena SER que son legión pero no por eso los mejores oyentes porque la cantidad con frecuencia está reñida con la calidad. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig
Cuánta bilis…
Totalmente de acuerdo, Ramón. ¿Para cuándo un colegio OFICIAL? ¿Para cuándo una norma que exija que para ejercer hay que colegiarse? ¿Será en algún momento posible? Abrazo
si ya hay intrusismo en los medios, para qué hablar del intrusismo desvergonzado en algunos gabinetes de prensa de instituciones públicas con cualquier-cosa-menos-periodista, eso sí, con carné, colocados a dedo, cobrando de todos…
Sólo un matiz. No es cierto que las asociaciones, sindicatos o colegios de periodistas estén luchando contra el intrusismo. Al contrario, la FAPE está promoviendo la creación de Colegios Profesionales por toda España, y allí donde puede cuela una enmienda para que puedan acceder a ellos personas que sin tener la titulación están en posesión del carnet FAPE. En Castilla la Mancha, la Asocación de Ciudad Real recogió firmas para oponerse a esa enmienda y conseguimos paralizar el proyecto, pero la respuesta de FAPE fue amenazarnos con la expulsión de la Federación.
Así está el patio en la profesión.
Totalmente de acuerdo, querido exprofesor (Facultad de Ciencias de la -entonces- Información -hoy Comunicación- en el curso 1991-92, en el viejo edificio de Gonzalo de Bilbao)
Yo veo muy grave cuando un periodista hace intrusismo en otras profesiones. La capacidad de comunicar no significa pretender saber de todo. Cuando viene un artículo de ingeniería en cualquier panfleto está lleno, de errores, omisiones y mal entendidos.
Estoy harto de periolistos que confunden presion, fuerza, estrés o hacen un popurrí entre escala, magnitud, intensidad o Richter.
Así que si no sabéis hablar no lo hagáis. Yo te he dado unos ejemplos de porque un ingeniero que sepa escribir y de lo que habla puede hacer funciones de periodista. Mientras en tu artículo solo hablas de lo mal que está el periodismo, de que no reconocen la profesion, pero no das ni un solo ejemplo de qué sabes hacer tú que no pueda hacer otra persona experta en la materia con capacidad de comunicar.
Con el debido respeto, pero incurre usted en acusar al periodista de ignorante cuando habla de ingeniería, pero es usted ignorante de lo que es el periodismo y debe ser un periodista. Limitar la profesión a saber escribir es una afirmación burda y de pocas luces, vamos, de no tener una carrera. ¿Me está diciendo usted que Ken Follet es un grandísimo periodista porque sabe escribir muy bien? Ser periodista es contrastar fuentes, servir al ciudadano, ser honesto, desafiar al poder si éste no lo es. Ser periodista es ser un apasionado de la comunicación y de la información, investigar y preguntar, y saber rectificar. Ser periodista es no dar por hecho nada, aprender cada día de lo que desconoce, y estar por encima de presiones que coarten la libertad de expresión. Ser periodista es algo más que saber que la s y la a van juntas en el teclado, y que las esdrújulas siempre llevan tilde. Esos serán buenos usuarios del español (y de la ofimática), pero no periodistas. Que para ser ingeniero no basta con la escala de Ritcher, como tampoco para periodista conocer la pirámide invertida y el teorema de Laswell, términos que auguro ni conocerá.
Un saludo.
Por lo general son ignorantes cuando hablan de ingeniería. Te reto a que me muestres un solo artículo donde se hable de un terremoto de manera correcta.
Claro que sé que periodismo es más que comunicar, pero todo eso que comentas en tu escrito lo hace un 1% de los periodistas de este país.
¿Usted me está diciendo que porque se vendan muchos libros se es buen escritor? Ken Follet no me parece un buen escritor, quizás haya escrito cosas muy buenas, pero también muy malas, solo que tiene un nombre y ha vendido mucho.
Nuevamente me das muchas definiciones poéticas de periodista, pero ningún ejemplo.
Entiendo donde quieres llegar y comparto tu opinión, lo malo es que los periodistas de hoy en día no cumplen ninguno de esas definiciones. Vais a lo sensacionalista, estáis coartados por los políticos, las multinacionales, etc etc. El ejemplo de lo que pasó en la televisión valenciana es el mejor, pero eso mismo sigue pasando en TeleMadrid, Canal sur o la televisión de Castilla-La Mancha. Periodistas de carrera, pero no de profesión.
Así que para eso, pues que escriba un ingeniero que conozca los conceptos de los que se habla y no un periodista que meta la pata una y otra vez.
La pirámide invertida, se usa en muchos campos, no solo periodismo, desconocía que fuese originario de este. Al final es ordenar las ideas y conceptos en orden de importancia. Desconozco en que consiste el teorema de Lasswell como así usted seguro que desconoce millones de conceptos físicos y matemáticos por los que se rige la ciencia que trata de explicar como funciona el mundo.
Un saludo.
Hay muchos ejemplos de trabajos que puede realizar un periodista y que otra persona no, como por ejemplo, informar desde un punto de vista no sesgado (o al menos se debería). Además, también existen periodistas especializados en muchas ramas, que además tener el conocimiento adecuado, saben transmitirlo.
El tipo de periodista del que usted habla es un mal periodista, que como en todas las profesiones existen. Un periodista que haga bien su trabajo ya se encargará de consultar, preguntar o hacer todo lo necesario para no cometer esos errores que usted dice.
Tener capacidad de comunicar no es ser periodista: mire Belén Esteban, no sabe ni escrbir pero comunica como nadie a un sector de la sociedad en concreto y es capaz de llegar a lugares donde casi nadie llega. ¿Cree que sería justo decir que esta señora puede compararse con un periodista?
Los artículos científicos especializados, ¿qué repercusión tienen? La ciencia necesita divulgación, necesita ser «traducida» en muchos casos, para que llegue más lejos. ¿Y quién hace eso? El periodista tiene una labor muy importante de divulgación en todos los ámbitos, como por ejemplo, un profesional del derecho o de la investigación científica, no sabe hacerlo (a pesar de sus conocimientos y su capacidad comunicativa).
Podría seguir escribiendo, aunque me temo que ninguno de los argumentos que podamos esgrimir a favor de la PROFESIÓN periodística harán que cambien ni ciertas opiniones, ni tampoco el panorama actual.
Le felicito porque ha conseguido explicarme mejor con su comentario en qué consiste la carrera que el señor Reig con su artículo.
Mi punto de vista sí lo ha cambiado, he conocido mejor en qué consiste la labor de un periodista. Pero entonces el problema no es el «intrusismo», es la falta de preparación y profesionalidad del propio periodista y de los medios. También hay buenos periodistas, pero los que salen a diario en televisión que lo mismo te hablan de economía que de medicina que de quién se ha acostado con qué no. Así que quizás deberían empezar por ahí.
Le doy la razón en que los científicos somos, por lo general, nefastos a la hora de transmitir los conocimientos, se ve a diario en las aulas de ingeniería. Se pierde la capacidad de comunicación. Así la labor de divulgación debe acontecer, como bien dices al periodista, pero este debe ser capaz de formarse y tener una mente abierta y científica o sino incurrirá en muchos errores.
El otro día en el tiempo de la sexta salió una chica, muy mona, tratando de explicar un fenómeno atmosférico. Se hizo tal lío que hasta yo que conocía el origen del fenómeno me confundí. Quizás en lugar de un buen par de tetas y una cara bonita, para dar el tiempo haría falta alguien más preparado/a.
Un saludo.
Mira Miguel, ya se ha apuntado antes abajo, pero me reitero: tener capacidad de comunicación no tiene nada que ver con el Periodismo.
Yo, que soy periodista, no tengo que saber, ni falta que me hace, de Ingeniería, Odontologia o Física Cuántica. Si escribo sobre ello, será a partir de una fuente que me lo cuente. Lo que pasa es que a lo mejor, no sabe contarlo, decirlo o explicarlo.
En cuanto a los tertulianos, titulados en Periodismo……pocos, pocos. Y los que lo son, pontifican poco de Ciencia sin datos contrastados.
Que se equivocan, pues claro. Como todo el mundo. Pero vamos, que si echamos un pulso con los errores ajenos y en especial de todos los de los «técnicos», no vamos a tener espacio para citarlos.
Por cierto, y ya puestos, hablando de divulgación científica: todo ese mundillo de las revistas de impacto, publicaciones de investigación, papers, JCRs y y demás, es también para echarle una miradilla. Más que nada por la cantidad de «literatura cientifica» que no es mas que un maravilloso corpus de ocurrencias perfectamente prescindibles.
Muy respetables, eso si, para justificar muchas existencias.
En fin, que el Periodismo es absolutamente mejorable, no me cabe duda; y que cualquiera se crea con derecho a llamarse periodista porque colabore en un medio, bloguee a discreción o se haya convertido en un predicador de 140 caracteres es igualmente inaceptable.
Querido Ramón, cuánto me gusta poder compartir en las redes -que son los patios de vecinas 2.0- este texto que firmas.
Mi percepción es que las Asociaciones de la Prensa, Colegios de Periodistas y demás instituciones del oficio tienen mucho margen de mejora por la defensa del licenciado. Desde mi punto de vista, considero inaceptable que se otorgue un carnet de periodista a una persona por haber ejercido durante 5 años de manera ininterrumpida en un medio (y esto lo dijo y defiende Carmen del Riego, presidenta de la APM). Para mí es inadmisible y me ofende que la representante de la más importante asociación de la prensa de este país no me defienda con mayor ahínco. Y me duele más que me lo digan después de 5 años de licenciatura y con 20.000 euros menos en el bolsillo.
Si todo el mundo puede ejercer sin preparación, que cierren todas las escuelas y facultades de comunicación, y que dejen de lucrarse entonces a costa de los sueños y de los pingües ahorros de todos nosotros.
Un filósofo no es filósofo por ser Licenciado en Filosofía: lo es por serlo. Una persona que trabaja de periodista durante cinco años es periodista, y el carnet le facilita realizar su trabajo. No hay competencia especialísima que revierta en la necesidad de limitar el ejercicio de su profesión a Licenciados en Periodismo. Personalmente, creo que un filólogo con un Máster de Periodismo es un periodista de calle más competente, y eso por no hablar de periodismo especializado. Ustedes no son cirujanos, ni jueces, ni notario. Su trabajo lo puede realizar cualquiera porque la preparación para ello está disponible en otros ámbitos del sistema académico y porque su disciplina en sí es totalmente híbrida y nada críptica en su vertiente práctica.
Esto es sencillo. ¿Cuántos periodistas pueden hacer los planos de una casa? ¿O los de un puente? En cambio es muy posible que un profesor de periodismo no sea capaz de distinguir si un artículo lo ha escrito un periodista o un médico. ¿Que salen seis mil graduados cada año? Quizá sea ese el problema. Cuando necesite construir una casa, iré a un arquitecto. Cuando quiera construir un puente, acudiré a un ingeniero. Pero seguiré buscando información en quien mejor me la ofrezca, y, aunque esto sea muy triste, un título de periodismo no me garantiza eso. La causa debería buscarla el autor en su lugar de trabajo. Ya de paso, puede darse un paseo por la avenida Reina Mercedes. Entre en las facultades de Matemáticas, Física, Química, Farmacia, Biología, Arquitectura. Juegue a las diferencias con la suya y quizá encuentre la respuesta.
En todas las profesiones existe un intrusismo, y lo afirmo desde mi perfil de ingeniero o desde el de periodista. El papel de los colegios profesionales (todos) debe ser el de cuidar más esas fronteras laborales, y de preocuparse menos del «folklore».
En ingeniería me he encontrado con arquitectos que han hecho pseudo-proyectos de telecomunicaciones porque querían ofrecer al cliente un «todo en uno» y he tenido que replantear toda la obra.
Abrir una tapa de registro, y encontrarme un empalme de tres cables de antena con cinta aislante, realizado por un electricista, en lugar de un instalador cualificado de telecomunicaciones.
U otro ejemplo que no se trata o se intenta obviar: los Community Manager, ese perfil profesional que deberia ser ocupado por un buen graduado en Comunicación con un buen postgrado que lo especialice y que , a dia de hoy , lo ejerce el «primo de» que se quedó en el paro y que, ni posee una mínima titulación ni muchas veces esa capacidad de comunicación. Esto en muchos casos, el lector piensa que detras de un escrito realizado por esos colonos, es fruto de un profesional de la comunicación, con el consiguiente «apedreo» a la profesión.
En todos sitios se cuecen habas, unas mas gordas y otras mas pequeñas.
Los periodistas, en vez de intentar ponerle puertas al campo mediante estrategias corporativistas, lo que deberían es replantearse su profesión y hacer un poco de autocrítico. Un licenciado en Periodismo ha quedado relegado, en este mundo online, a un especímen raro que ni es capaz de construir las herramientas de comunicación y diseñarlas -eso es labor de un diseñador gráfico, webmaster, etc- ni sabe de lo que habla -los contenidos-. Es decir, son meros conductos, labor que posee un valor añadido muy bajo. Uno no tiene más que pasearse por una Facultad de Periodismo para percibir el nivel de mediocridad que se destila en ellas. Como yo hice, por desgracia, durante cinco improductivos años. Suerte que la compaginé con una carrera seria.
Me he quedado de piedra ante alguno de los comentarios, respecto a la labor del periodista especializado: la descacharrante idea que en un artículo de ciencia, hay que contar con un periodista que sepa recoger fuentes de manera precisa, en vez de con un especialista que sepa comunicarlas con riqueza y la medida justas. No señor, un buen articulista se inquiere a sí mismo, busca, pregunta, plantea y sugiere, de acuerdo a la visión que le concede el SABER de un tema. Para buscar hay que saber dónde buscar. Los periodistas no tienen NI IDEA de nada, ni de literatura, ni de politica, ni de ciencia, ni de arte. De nada.Todos esos conocimientos los adquieren fuera de la carrera. Sin embargo, no ven adecuado que un científico aprenda, simplemente, a articular su mensaje para todos los públicos, algo mucho más sencillo que el que un periodista aprenda de química. Le diré, como curiosidad, que participé en la creación de un medio online y mi consejo fue: el menor número de periodistas posible. O eso o tu plataforma acaba convirtiéndose en una rambla donde dan a parar los más burdos residuos de una tradición corporativa ya de por sí lamentable, con funerales «celebrados en la más estricta intimidad por expreso deseo de la familia» y Cam Nous «vestidos de gala para la ocasión» inundando de mediocridad cualquier texto.
Mi consejo: REDUZCAN el número de alumnos, aunque sé que esto jamás lo defenderían, porque esto supondría que muchos de ustedes se quedarían sin trabajo. Piensen en el periodismo no como una disciplina, sino como una metodología abarcable desde muchos ámbitos, y que ya no se limita al discurso textual. Déjense de gremialismos y corporativismos, si están quedándose fuera es porque cualquier puede ejercer su profesión, y los que la ejercen de pleno derecho destacan, en muchos casos, por su mediocridad. Concéntrense en cuáles son sus ventajes, qué pueden ofrecer, y no en construirse un nichito en la sociedad a base de demarcaciones artificiales. Un saludo.
Disculpen las erratas, mi comentario está escrito con una tablet.