Charlando con una amiga rusa, hace tiempo, me dijo esta una cosa sorprendente: que el topónimo de Ucrania viene de У края нас (U kraia nac, algo parecido a “esta región es nuestra”). Para no discutir con ella, hice caso omiso del comentario. En realidad, el nombre de este país procede más probablemente de la antigua voz eslava Krajina, “territorio fronterizo”. Hace algún tiempo también tuve ocasión de conversar con una conocida ucraniana, que ahora es rusa desde la anexión de Crimea y que está muy contenta con su nueva nacionalidad. Lo que me contó sobre aquel territorio hizo que me corriera un escalofrío por la espalda, porque yo había criticado en otro artículo de Teléfono Rojo, y creo que razonadamente, que el ministro Manuel García-Margallo hubiera comparado la situación en Ucrania y en Cataluña viendo en ellas un “paralelismo absoluto”. Sin embargo, y aunque sigo pensando que decir aquello fue una temeridad por parte del titular de Asuntos Exteriores, quizá el paralelismo fuera “más paralelo” de lo que yo pensaba y, seguramente, de lo que pensaba el propio ministro al decirlo. Esta mujer ucraniana, ahora rusa, me dijo que estaba harta de reclamar, en el colegio en el que se estaban educando sus hijos, que les impartieran las clases en ruso y no en ucraniano. Igual que aquí, con esos padres que reclaman —sin que nadie les escuche— el derecho que tienen a que sus hijos sean educados en castellano.
El otro día, un amigo me envió un enlace a un interesante artículo de Vicenç Navarro, catedrático de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, profesor de la Universidad John Hopkins de Baltimore y Doctor Honoris Causa en Economía y Empresa por la Universidad de Lérida. Por su interés, reproduzco a pie de página el enlace e invito a todos los lectores de Teléfono Rojo a que lean el artículo, si es que quieren tener una visión sobre la guerra en Ucrania que se distinga de lo que podemos escuchar en el coro de la prensa española[1]. Un antiguo recurso de desacreditación de la Unión Soviética consistía en referirse a ella como a “los rusos”. Hoy en día hay otras, como la de etiquetar a cualquier grupo mafioso que proceda del Este de Europa como “mafia rusa”, venga o no venga de la Federación de Rusia. Aunque la razón de ello puede encontrarse también en la ignorancia de los medios de comunicación en todo lo relativo a este fenómeno delictivo, uno llega a sospechar que existe también una cierta tendencia, por parte de la prensa, de demonizar a Rusia; una tendencia que, procedente de los tiempos de la Guerra Fría, aún sobreviviría hoy. Esto es lo que yo decía, entre otras cosas, en mi novela Fenia. Y presentando a Vladimir Putin como un megalómano imperialista, como el malo de la película, la prensa occidental en general, y la española en particular, desvían la atención de la opinión pública sobre el propio imperialismo de los Estados Unidos, que ya había resultado más que evidente durante el mandato de George Bush hijo, con sus maniobras para instalar un escudo antimisiles en Polonia y en la República Checa, y por su interés en que las ex repúblicas soviéticas de Ucrania y Georgia se adhiriesen a la OTAN, lo que, lógicamente, la Federación de Rusia no estaba dispuesta a tolerar de brazos cruzados; entre otras cosas porque la OTAN, a pesar de todas las labores humanitarias que haya desarrollado y que pueda seguir desarrollando en el futuro, sigue siendo una organización militar. En las intenciones del tío Sam, como podría decir Noam Chomsky, se encuentra el origen de la actual guerra civil de Ucrania. En su artículo, dice Navarro:
No es Rusia la que tiene bases militares rodeando todo el territorio estadounidense con misiles apuntando a EEUU. Mire el mapa y se verá que no hay bases militares rusas alrededor del territorio estadounidense. Mire ahora el territorio alrededor de Rusia y verá que está rodeada de bases militares con misiles y bombas nucleares, por todas partes de la frontera: Norte, Centro y Sur. Es Rusia, no EEUU, quien tiene razones para estar más que preocupada. Es EEUU el que está cercando más y más a Rusia. No a la inversa. Esto, que es obvio, es silenciado en los medios españoles[2].
El complejo militar industrial, como lo bautizó Eisenhower en un discurso, no ha cambiado y sigue orientando las decisiones de EEUU en materia de política exterior. Después de la debacle de la Unión Soviética, buscó en el terrorismo islamista una “amenaza creíble” con la que justificar el presupuesto de Defensa norteamericano. Sólo el programa de adquisición de los aviones F-35 va a suponer un coste que ronda los 400.000 millones de dólares[3]. La cifra no es ninguna broma; una inversión así no se justifica sólo con la yihad terrorista que actúa en Irak y en Siria. Y ahora que Irán parece haberse vuelto más moderado, los USA deben buscar una nueva amenaza con el que la industria bélica siga recibiendo sin interrupción el chorro de dólares de sus contribuyentes, en lugar de hacerlo la siempre improductiva Seguridad Social, y Putin les sirve la excusa en bandeja cuando recuerda, como ha hecho hace unos días, que “Rusia es una potencia nuclear” y que “es mejor no meterse con ellos”. Se trata de una salida de tono del líder ruso, si tenemos en cuenta que Ucrania también podía haber sido ahora mismo una gran potencia con armamento atómico, pero renunció voluntariamente a ello después de firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear. Tras el hundimiento de la URSS, Ucrania dispuso de uno de los mayores arsenales nucleares del mundo, del que se deshizo a mediados de los años 90 del siglo pasado, transfiriéndoselo a Rusia. Por tanto, lo que dijo Putin implica una dolorosa lección —“eso, para que te fíes de los amigos”—; aunque, evidentemente, las palabras del presidente ruso estaban dirigidas a Occidente[4]. Pero si Ucrania hubiese conservado sus ojivas nucleares, probablemente la situación del país hoy sería también muy distinta y no se encontraría debatiéndose en una guerra civil; entre otras cosas, porque Rusia se lo hubiera tenido que pensar dos veces antes de dar ningún apoyo a los separatistas, arriesgándose con ello a sufrir una respuesta atómica del país vecino. Por eso decía lo de la “dolorosa lección”.
Pero todo eso es política ficción. Lo que sí es cierto es que las palabras de Putin serán aprovechadas por la OTAN para justificar su propia expansión hacia el Este de Europa; de momento, para situarse en Letonia, Lituania, Estonia, Rumania y Polonia[5]. Sin embargo, en el medio plazo parece inevitable —si el conflicto de Ucrania llegara a resolverse pronto y no se extendiera a otras regiones cercanas potencialmente inestables, complicando aún más la situación— que lo que podríamos llamar la Segunda Guerra Fría acabe en un nuevo período de distensión, en cuanto, como ya se está viendo, Rusia estreche lazos con China, lo que tampoco conviene a los intereses geopolíticos de los USA, puesto que con ello el país de las barras y de las estrellas ya no se estaría enfrentando a una “amenaza creíble”, sino a una amenaza, a secas. DIARIO Bahía de Cádiz
[1] Vicenç Navarro (4/09/2014): La Nueva Guerra Fría que Puede Convertirse en Caliente entre EEUU y la UE contra Rusia. En: http://blogs.publico.es/dominiopublico/10930/la-nueva-guerra-fria-que-puede-convertirse-en-caliente-entre-eeuu-y-la-ue-contra-rusia/ (página web consultada el día 6/09/2014).
[2] Ibídem.
[3] Fuente: The Washington Post/Paul Waldman. How the F-35 Boondoggle Shows that Deficit Hawkery is a Sham. En: http://www.washingtonpost.com/blogs/plum-line/wp/2014/07/25/how-the-f-35-boondoggle-shows-that-deficit-hawkery-is-a-sham/ (página web consultada el día 11/09/2014).
[4] Fuente: Reuters/El Mundo (29/08/2014). Rusia Recuerda Su ‘Potencia Nuclear’ y Advierte a Sus Socios que Es Mejor ‘No Meterse’ con Ellos. En: http://www.elmundo.es/internacional/2014/08/29/5400bbd2ca4741ae2c8b458b.html (página web consultada el día 6/09/2014).
[5] Fuentes: Russia Today/Actualidad (31/08/2014). La OTAN Abrirá 5 Bases Más en el Este de Europa para Reforzarse contra Rusia. En: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/138835-otan-nuevas-cinco-bases-europa-rusia (página web consultada el día 11/09/2014). Y ABC.es/Internacional (28/08/2014). La OTAN Planea Instalar Más Bases en el Este de Europa ante la Crisis Ucraniana. En: http://www.abc.es/internacional/20140828/abci-otan-bases-europa-201408280005.html (página web consultada el día 11/09/2014).