Dar las gracias es un ejercicio sano, necesario, que da sentido a los apoyos recibidos en el pasado, sirve para pausar el presente, y ayuda a generar retos para el futuro.
En los últimos días, con motivo de mi reelección como presidente de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz, vengo recibiendo innumerables muestras de apoyo y gratitud de empresarios y representantes de nuestras asociaciones y federaciones, agentes sociales, políticos, institucionales y medios de comunicación.
Señales de aprecio y reconocimiento que comenzaron en la propia asamblea electoral celebrada en nuestra sede de Jerez el pasado jueves 16 de febrero, y que continúan. Estoy tratando de devolverlas todas con la importancia que cada una se merece.
Ahora soy yo el que -aprovechando la oportunidad que me brinda esta tribuna- quiero dar las gracias. Decir gracias, bien alto.
Gracias a todas las personas que me han acompañado –dentro y fuera de la CEC- durante los últimos cuatro años al frente de una responsabilidad que asumí con la misma ilusión que ahora acabo de renovar.
Ahora, en la reflexión pausada de estos días, he podido comprobar como el semblante de los empresarios de la provincia, afortunadamente, ha cambiado respecto a los de hace cuatro años. Desde 2013 han mejorado nuestras expectativas. Son muchos los hombres y mujeres que han mantenido el pulso a la crisis al frente de sus empresas, con el orgullo de saberse empresarios, comenzando de nuevo a generar ese empleo que solo las empresas pueden crear en cantidad y calidad.
En el duro camino de estos años se han quedado 10.000 empresas. Y es loable que muchos empresarios hayan vuelto a poner en marcha proyectos, partiendo de cero.
Miro al futuro con esta sensación de gratitud en mi mochila. Un futuro cargado de retos e iniciativas, tanto internas, para mejorar nuestra casa de los empresarios, como externas, en nuestro rol constitucional de agentes sociales.
El futuro pinta mejor, no cabe duda. Desde luego mejor que hace cuatro años. Pero conviene no bajar la guardia.
Nuestro principal reto como provincia es creer en la suma de esfuerzos. Que la palabra Cádiz suponga la integración de nuestras comarcas y territorios, aunando fuerzas para competir fuera, más y mejor. Sin renunciar a nuestro legítimo y natural sentido de pertenencia a nuestro pueblo, ciudad o comarca.
Ya somos la primera provincia exportadora de Andalucía, y quinta de España. Pero queda un inmenso recorrido por delante para generar sinergias territoriales y sectoriales. Y vender más y mejor en el exterior todo lo que aquí producimos.
La mirada hacia el futuro nos obliga también, a quienes creemos en el asociacionismo empresarial, a comunicar sus ventajas a las nuevas generaciones, y captar el nuevo talento. El de los llamados millenians, los jóvenes que vienen empujando para relevarnos. Nuevos modelos empresariales, nuevas maneras de entender las organizaciones y negocios, marcados por el ritmo que imponen estos nativos digitales.
Juntos, empresarios autónomos, pequeñas, medianas y nuestras grandes industrias, lograremos tener un altavoz más potente para gestionar nuestras demandas comunes. Demandas que no son otras que facilidades, y no obstáculos, para hacer crecer nuestras empresas en número y tamaño. Para ser más competitivos como provincia, generar riqueza y aumentar nuestra base productiva y el ritmo de creación de empleo.
Gracias por todo. Sigamos. DIARIO Bahía de Cádiz
ARTÍCULO DE: Javier Sánchez Rojas (Presidente de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz)
(puedes comentar esta información más abajo)