Vaya por delante mi felicitación al borrachín por lo acertado de la frase que salió por su boca, mientras cerraba los ojos, en un acto en verdad, no sé si de delírium tremens o preorgásmico, al tener conciencia que estaba diciendo una frase que pasaría a ser el título de esta columna.
La frase salió de la boca de ella, en un pleno de la Asamblea de la Comunidad de Madrid, algo así como el Parlamento de aquí, pero en Vallecas en vez de en el Hospital de las Cinco Llagas en Sevilla. Respondía a una pregunta sobre los miles de ancianos a los que dejó morir sin ninguna asistencia en las residencias que estaban bajo su responsabilidad, durante la primera parte de la epidemia del Covid en Madrid, sin proporcionarles ninguna ayuda, ni para vivir, ni para morir. Esos días se sacó una foto medio llorando y mostrando su desconsuelo. ¿Por los ancianos? Yo creo que no, algo tendrían que ver contratos-chollos-filiales.
Nadie pone en duda que este producto de marketing político de la derecha de este país no tiene pajolera idea de medicina para saber si alguien iba morir o no, de hecho, sí que permitió la salida de enfermos con seguro privado. ¿Curioso, no?, estos no se morían igual, se morían con póliza de seguro.
Justo al mismo tiempo que hacía esta frase para la historia, una persona rubia asentía con muecas de adhesión, justo en la bancada de detrás, demostrando empíricamente que se puede ser rubia y no tener una neurona; por cierto, tomen nota, esta persona puede acabar en puestos de relevancia: si llegó la otra siendo responsable de una cuenta en la redes de un perro, no sé por qué no.
En verdad la frase parece sacada de aquel célebre fascista que gritó ¡viva la muerte!, y es que esta especie tiene una cultura en la que la necrofilia cuenta un espacio importante.
seguimos pensando que es de justicia verla entre rejas, por facilitar la muerte a quienes tenía bajo su tutela y no les prestó el socorro necesario
También es verdad que con esta frase, si estuviéramos en un país con menos jueces de la obra, este personajillo estaría ya sentado en el banquillo de los acusados, porque es una autoinculpación en toda regla, pero… doctores tiene la iglesia.
Siendo importantes todos estos aspectos, hay uno que no quiero pasar por alto, es el mensaje del fatalismo, de la desesperanza, que lleva a aceptar las cosas como vienen sin intentar cambiarlas. Es el mensaje del “siempre ha sido así”, o “para que intentar aprobar si me van a dar el título por la cara”.
Es el mensaje que invita a aceptar el mundo tal como es, porque al fin y al cabo, para que lo vamos intentar cambiar si siempre ha habido ricos y pobres, hambre y despilfarro, vividores y currantes…, ¿para qué intentar cambiarlo?
Es el mensaje contra la esperanza de algo mucho mejor de lo que se nos brinda, del conservadurismo, siempre que este vaya en la dirección que les interesa, del conformismo.
Y no, señora, hay una mayoría de gente que de esperanza en un futuro mejor vamos sobrados, que seguimos pensando que es de justicia verla entre rejas, por facilitar la muerte a quienes tenía bajo su tutela y no les prestó el socorro necesario, simplemente porque eran ancianos y eran usuarios de lo público. DIARIO Bahía de Cádiz