Una de las propiedades de la multiplicación establecía que el orden de factores no alteraba el producto, lo que venía a ser que daba lo mismo multiplicar cinco por cuatro que cuatro por cinco, el resultado era invariable, es decir, en ambos casos el resultado era veinte; o dicho con otras palabras, que el resultado de operar dos elementos no depende del orden en el que se toman.
Pero tengo mis dudas racionales si esta conmutabilidad se mantiene en otras circunstancias, intento explicarme:
Ejemplo 1: ¿El resultado es el mismo, si decimos, el Emérito en su barco Bribón, que si decimos, el Bribón en su barco Emérito?
Ejemplo 2: Otra pregunta que podemos plantearnos en el mismo sentido sería, ¿es lo mismo decir, la Infanta en su barco Alí Babá, que Alí Babá en su barco Infanta?
En verdad en ambas interrogantes podemos aplicar una reducción (no me refiero a una reducción al Pedro Jiménez) y quedarnos con los nombres propios:
Ejemplo 1: Emérito- Bribón o Bribón-Emérito
Ejemplo 2: Infanta- Alí Babá o Alí Babá -Infanta
Me vais a perdonar estos desvaríos mentales, motivados por una mezcla de estupor y calor estival. Estupor al leer la noticia de sociedad de las regatas reales en las que participa esta nuestra monarquía, y el calor, más motivado por esa irresponsabilidad asesina hacia nuestro planeta.
Atrás quedan, añorados por algunos, esos veranos en San Sebastián en siglos pasados en los que la Corte iba donde el Rey, familia, amigos y la prensa oficial, esa ostentación de familia real y endosados. Esas vacaciones en Mallorca, ya en fechas más recientes, por donde pasaban lo mejor de las monarquías europeas, banqueros, y chupa sangres varios. Parece que quieren volver a aquellos tiempos de Sissí Emperatriz. Hay una constante en estas vacaciones reales, que no se si os habéis dado cuenta, que antes y ahora las pagamos tú y yo.
Cuando leí los nombres de los barcos y sus reales ocupantes, “me subieron por las nalgas los fríos de la muerte” y pensé, joder qué malos asesores de imagen tienen, ¿cómo pueden asociar emérito y bribón e infanta y Alí Babá?
estupor al leer la noticia de sociedad de las regatas reales en las que participa esta nuestra monarquía, y el calor, más motivado por esa irresponsabilidad asesina hacia nuestro planeta
Eso fue lo que me pregunté en primera instancia, aunque, también es verdad, estoy seguro que pasa lo mismo que con Ayuso, que no es que sea cortita, es que funciona como el pato de Maricarmen y sus muñecos, o el mentiroso de Feijóo, que monta una campaña basada en mentiras y bulos. Lo que quieren demostrar es su poderío, que pese a ser así, pese a ser los responsables de la muerte de miles de ancianos, pueden tener las bendiciones de la gente. Esto se llama trumpismo. Lo mismo pasa con la realeza, no es casual, este relacionar nombres propios y otros nombres que en verdad son adjetivos. Quieren sentir eso de “os estoy meando encima mientras os digo que llueve y encima me aplaudís”.
Aquí os confieso una cosa, me pasa lo mismo que con Andy y Lucas o con Starsky y Hutch o con Ramón y Cajal, nunca supe quién era el rubio o el moreno, el guapo y el feo, con las borbonas, no sé quién es quién, la que tiene la descendencia genuinamente borbónica de pendencieros y vividores, o la que dice que no se enteraba de nada mientras vivía de lo que robaba su ex, porque lo de tontas y listas ya no cuela. Además, creo que un mínimo análisis de los rasgos de las dinastías reales se repite, y no es casualidad.
Todos, o casi todos, se han visto involucrados, cuando no patrocinado, en algún golpe de estado, o de timón, manera más fina de llamar a estos. Todos o casi todos tienen una actividad erótica-festiva con claras inclinaciones enfermizas. Todos, o casi todos, el concepto que tienen de la fidelidad y el respeto es más que cuestionable. Todos o casi todos han tenido que salir de patas por su amor a lo ajeno… y debería mejor decir todos y todas, por aquello de utilizar un lenguaje inclusivo.
En fin, yo sigo acariciando el deseo de la III. DIARIO Bahía de Cádiz