Estos últimos días, concretamente desde el miércoles pasado, me embarga una sensación ya vivida con anterioridad. Es la misma sensación que he vivido en algunas ocasiones con mayor o menos intensidad, no siempre motivada por hechos del mismo cariz, alguna vez sus características eran totalmente diferentes.
Creo recordar, si la memoria no me falla, que una de las primeras veces que sentí este desasosiego fue unas horas después de la muerte de Puig Antich. Si todas las muertes violentas son dramáticas, las muertes premeditadas y vengativas lo son aún más. Entonces el dictador, en los estertores de la muerte, necesitaba, como Drácula, sangre joven para prolongar unas horas su agonía. Que muerte más inútil, más sin sentido. Entonces la viví con tristeza y rabia.
Un mes de enero, después de unas trágicas semanas de muertes, un grupo de pistoleros empuñando una ‘Marietta’ segaban la vida de abogados y trabajadores de izquierda en Atocha. Solo había un objetivo, mejor dicho uno ‘A’ y uno ‘B’. El ‘A’, dar al traste con esa transición con tan mala fama según algunos lumbreras después de muchos años, y si esto no fuera posible estaba el plan ‘B’, que esa transición se hiciera sin una buena parte de la izquierda y fuera “homologable” por propios y extraños. Tristeza, rabia contenida y dignidad, fue la respuesta, el sentimiento común.
Años más tarde, a finales de febrero de otro año, un poco antes de las seis y media de la tarde, una agencia de información alemana daba la noticia que un grupo de militares con un torero al mando, había irrumpido en el Congreso de Diputados en Madrid pistola en mano. A media mañana del día siguiente, se disolvía la asamblea en un centro de trabajo en los alrededores de Madrid, sin saber, todavía sigo sin saberlo, si habían conseguido sus objetivos los toreros con la montera de charol y sus apoderados en despachos y quizás palacios. Sentí miedo, tristeza, rabia y asco.
Mucho tiempo después, pasados los años, se han perfeccionado las técnicas y modos. Han cambiado el garrote vil por mallete y las monteras de charol por capas negras con puñetas en las mangas. Han cambiado teletipos, chibaletes de tipos y rotativas por páginas webs y falsos periódicos, miembros de organizaciones como la triple A, o guerrilleros de Cristo Rey por pseudo licenciados en periodismo, incluso por señorías con escaño.
Lo ocurrido el día 24, es de manual de golpe del siglo XXI, por cierto hay copiosa literatura al respecto, los pseudo periodistas publican una noticia falsa (los antiguos triple A), después los del mallete y puñetas le dan apariencia jurídica (lo de garrote vil), los anteriores lo airean, sus señorías (ex-Cristo Rey) lo amplifican, el bulo adquiere aspecto real, el golpe se consolida. Que se lo pregunten a la argentina Cristina Fernández, al presidente de Brasil Lula, a la vicepresidenta valenciana Mónica Oltra, y un largo etc.
aquí, ahora, lo que les asusta de verdad es sentirse fuera, aunque sea solo del BOE, por eso, aquí, ahora, es hora de seguir adelante
Pese a ser importantes los nombres propios, sin duda, no son lo más importante, lo que de verdad me preocupa es el motivo por el que lo hacen y la razón de que sea ahora. Y es que aquí y ahora, después de unos años, en los que poco o nada ha cambiado en la alternancia teórica de poder, ahora es la primera vez en la que se dan pasos reales de gobierno para la mayoría.
Aquí, ahora, lo que les asusta de verdad es sentirse fuera, aunque sea solo del BOE, por eso, aquí, ahora, es hora de seguir adelante, de seguir cumpliendo con el gobierno de progreso, en una palabra, cumplir con el compromiso contraído con la ciudadanía.
Sin peros, sin dudas, sin falsos reproches, algunos me recuerdan a la madre, cuando después que el crío se cae, tropieza o lo que sea, dice “ya te lo había dicho yo”, no dicen eso, pero sacan el poema: “Primero vinieron por los judíos…”, y siempre me han jodido los adivinos, tengan tabernas, teles o lo que quieran tener. Aquí, ahora, es hora de dar un paso adelante, no detrás del gobierno ni de nuestro presidente, sino junto a ellos.
Al final, una línea para acordarse de Palestina, que no me olvido. DIARIO Bahía de Cádiz