Estoy de vacaciones y la casa está vacía en estos momentos. La quietud, el silencio, un café caliente y escribir. Ese es mi estado actual y perfecto. Hoy debe haber mucho ruido ahí fuera pero va a tener que atronar sin mí.
Este año no he adornado aún la casa, tal vez no lo haga. El calor ayuda a mi propósito de pasar estas fechas con el mínimo daño posible. Será la primera Navidad sin una persona fundamental en mi vida y en la de los míos, y va a ser duro. En estas mismas fechas se nos fue. Demasiado pronto, demasiado joven. En plena Navidad.
Cuando pierdes a alguien, además del desgarro está la primera vez sin él. El primer cumpleaños, la primera reunión familiar, la primera celebración con los amigos comunes, la primera Navidad, el primer aniversario…Todos los recuerdos se agolpan. También la necesidad de seguir viviendo.
Hay muchas cosas que ayudan y evitan que resbales hacia la peligrosa pendiente de compadecerte de ti mismo. Hay muchas cosas que puedes, y debes hacer, para ayudar a los que el mismo golpe ha dejado aún más huérfanos. Es el más difícil todavía, ver sufrir a los que amas.
Por eso, por mí y por todos, trato de encontrar todo aquello que nos hace felices, que es mucho.
Esta mañana serena, esta quietud y escribir. Conseguir plasmar una historia sobre el papel, encontrar las palabras y la emoción, es impagable. Los besos, las risas y las zalamerías de mi hijo. Ese adolescente feliz y lleno de energía me congratula con el mundo, con la vida.
Las tertulias con los amigos, mis cenas de los viernes. Las comidas en casa con todos, los planes que nunca cumplimos. Su presencia siempre, su preocupación. Todos sus hijos. La paciencia infinita con que me aguantan los entusiasmos desbocados, el abrazo que me abriga cuando todo se me vuelve gris.
El grupo de wasap de mi familia, en tiempo real podemos charlar todos. Asturias, Sevilla, Cádiz y Argentina se unen en un apellido común. Abuela, hijos y nietos en una charla sin fin, porque no hay nada que nos guste más que conversar.
La suerte de haber visto este año ‘La mejor oferta’ de Tornatore, las seis temporadas de ‘Los Soprano’, inmensa. Los libros de Laura Restrepo, Mac Ewan, Landi o Mastretta, que me llenaron de palabras durante las últimas vacaciones.
La rubia increíble que ha venido ha sumarse a mi vida, aumentando la nómina de mis fantásticas amigas. Cada una de ellas es un tesoro para mí. Todas diferentes, valiosas, hermosas, divertidas.
La tarde impagable en el Café de Levante este septiembre con todos mis amigos. Nunca faltan en mis días importantes. Me arropan siempre. Le ponen las dosis justas de ternura, amor y risas a mi vida.
La vida compartida al lado de mi compañero. La certeza de que tras veintiocho años, sigo queriendo caminar de su mano.
Y él, de la mía.
Feliz Navidad. DIARIO Bahía de Cádiz