Esta semana que entra, empezará el eterno y estéril debate sobre la moda de celebrar en España la festividad de Halloween, como siempre habrá detractores “es una americanada” y defensores “proviene de los pueblos Celtas que emigraron a Norteamérica y allí la copiaron y apropiaron como ocurrió con la hamburguesa, el perrito caliente, la pizza…”; en fin, por mucho que los valedores lo aleguen, lo siento, las raíces ni se miran si se copia es porque lo celebran los norteamericanos, ni celtas ni leches.
Me gustan las tradiciones propias, y me molesta que tengamos que copiar, claro eso puedo decirlo cerca de los cuarenta y con pocas, o ninguna, ganas de fiesta, pero este año tengo dos motivos para cuanto menos planteármelo: un motivo de seis años, aunque no es muy fiestero, y el más llamativo, un alegre cascabel de tres añitos, que tiende a una exageración de todo evento y contagia al resto de la casa con su risa sin igual, que desde hace unas semanas, impulsado por Clan TV y Disney Chanel, se dedica a gritar “jallovin que guay”.
Hagamos un ejercicio doble, en primer lugar de sinceridad, y el más hermoso que debiéramos hacer una vez al día, intentemos meternos en esa inocente cabecita, aun cuando no sufrieran el bombardeo televisivo y les preguntaran: ¿oye, qué prefieres ir al cementerio a ponerle unas flores a una bisabuela que no conociste o disfrazarte de monstruo y celebrar una fiesta? La respuesta es obvia. ¡Ojo y hablo de simplemente celebrar una fiesta de disfraces no de la pijada de ir puerta a puerta con el truco o gamberrada!
¿Qué pensáis? Desde que nacen solo conocen dibujos americanos: Mickey Mouse, Bugs Bunny, Picapiedras, Dora la Exploradora… sus héroes hablando maravillas de Halloween, deseando disfrazarse ¿De verdad creíais que no iba a arraigar la costumbre? ¿Alguien piensa que van a preferir lo de la misa de difuntos?
No echemos la culpa a nadie, miremos hacia nosotros. ¿Qué fue de la animación patria? Aquí, con la ayuda de pago de estudios japoneses, se hicieron series magnificas como Dartacan, Willie Fog… y últimamente nada, es más importante fomentar el Gran Hermano que los dibujos animados. Pues ahora a comer calabaza señores.
La culpa es de este país, no de nuestros pequeños, aquí se fomentó desde la religiosidad más inquisionista la tristeza, el más allá, el luto… leamos a Bécquer con sus insuperables Rimas y leyendas, se le podrían haber sacado un jugo tremendo a las fiestas pre-católicas, hubiera sido acojonante algo similar al Monte de las Ánimas, Maese Pérez el organista… pero no, entre la Iglesia y el Franquismo se enterró la cultura popular, aquí mucha ceniza y pocas llamas.
Podríamos haber tenido una fiesta muy similar y divertida, donde se comerían castañas, nueces, huesos de santo, buñuelos… nuestra rica repostería, pero también nuestros niños lo celebrarían como la Santa Compaña, Ánimas, Lobisomes… contemplad la hermosa fiesta de los calaveras que tienen nuestros hermanos mexicanos y recapacitad.
¡Pero no, aquí a rezar que es lo único que valía! Pues ahora, al que no le guste que se rasque o que mire para otro lado. Por vuestra risa, por que bailéis, porque riáis…
¡FELIZ HALLOWEEN A TODOS LOS NIÑOS QUE QUIEREN DISFRUTARLO! DIARIO Bahía de Cádiz