Me apena ver los gatos arrebujados bajo los coches, parecen buscar calor, el frío en España cala hasta los huesos, hace un frío que “pela”.
Más lamentable que la presencia de gatos buscando calor, es el deambular por la Alameda de Hércules y otros lugares del centro de Cádiz, Sevilla o cualquier provincia andaluza, de mujeres, muchas de las cuales, se han visto en la necesidad de usar su cuerpo como instrumento de trabajo.
Qué fácil resulta fácil llamarles “putas”, que mal me cae escuchar a ciertos personajes hablar de ellas con desprecio, a mi entender, muchas no lo son tanto, creo que puta será aquella que busca primordialmente darle placer al cuerpo y si por dicho acto que le llena, le pagan, pues mejor será, esas abundan en cualquier bar de tapas y cañas y con mirada seductora, hace sus ligues. Las que usan su cuerpo como caballo de batalla para llevar el sustento y pagar la renta, tendrá mil problemas ms importantes en su cabeza y de seguro que para hacer que el cliente de turno se sienta satisfecho, fingirá el orgasmo para asegurarse que no la dejarán sin su “paga”, que es al final, lo que va persiguiendo.
Triste conclusión, pero tan real como la vida misma, aunque el presidente Rajoy hace alardes de una supuesta recuperación, un mito que de tanto decir quizá se ha llegado a creer como verdad, todos sabemos que no existe tal recuperación, no la vemos proyectada más que en las palabras del mandatario y en bocas de enchufados al gobierno que viven una buena vida.
Estas mujeres en su gran mayoría, trabajan por cuenta propia, no pertenecen a las mafias donde el proxeneta las usa como bueyes de carga, ellas obligadas por circunstancias de todos conocidas, se pasean aparentemente indiferentes apelando al oficio más viejo del mundo, aquél en el que el cuerpo es la maquinaria.
¿Quién ejerce de proxeneta en esta circunstancia? La crisis o el paro que en este caso, tendremos que aceptar como buena y válida, tan archifamosa excusa.
Alucino cuando palpo la situación, es una gran pena que este país haya llegado al extremo en que su gente sufre hambre y frío aquellos que carecen de trabajo, de techo, de cosas tan indispensables como es el derecho a comer.
La Seguridad Social española por ejemplo, hasta hace unas décadas, era una de las mejores del mundo, sino la mejor, actualmente distamos mucho de esa categoría, al contrario, las quejas constantes en toda España, ponen de manifiesto las terribles faltas que acusa el organismo.
A esto llevan los malos políticos a los países, seres insaciables de poder y fortuna, la corrupción señores, se adueña del mundo, la inversión de valores campea por sus fueros, siendo hoy en día, el que roba millones honorable dama o caballero que se pasea sin temor a ser juzgado ya que en tal caso, la condena equivaldría a una pena transitoria.
De manera que si tenemos que vernos en la necesidad de robar, mientras más alto miremos, mejor para quien lo haga, que nadie intente meter en su bolso comida o leche para sus hijos, porque esa tontería podría acarrearle una condena, primero habrá que meterse a político y granjearse un buen puesto, desde allí, estará “chupado”.
¿Parece fácil? DIARIO Bahía de Cádiz