El día anterior comentaba, durante un paseo con carrito, con un amigo, si Teófila Martínez después de sus vacaciones post traumáticas y post electorales asistiría o no al pleno del día siguiente del Ayuntamiento de Cádiz. La verdad sea dicha no llegamos a ninguna conclusión, antes de llegar a un consenso tuvimos que parar el análisis, la criatura que iba sentada en el carrito dijo no sé qué y tuvimos que atender sus peticiones.
La primera imagen que guardo de este día es una mesa de un bar en San Juan de Dios, son alrededor de las nueve, y sentados los cargos electos del primer partido de la oposición de Cádiz, Teófila incluida, sus cafés, sus churritos…, hay que ver, me dije para mis adentros, esto debe ser el cambio y la nueva imagen.
Parece que al pleno no asistió Pepe Blas, y es lo que yo digo, un pleno sin Pepe -o don José, como quieran- no es un pleno; sin ese funcionario llevando carpetas llenas de documentos, qué agilidad en estampar su firma, qué capacidad de leer documentos, dar el VB y asentir a lo que se decía por parte de la bancada popular; yo cuando sea muy mayor, pero muy mayor, quiero ser como don José y tener ese porte torero a lo Curro Romero… ¿Será por su ausencia por lo que la parte derecha del salón estaba como más aireada?
Y por fin pudimos ver por Onda Cádiz cómo se comportaban nuestros ediles en directo, y no, no me sean mal pensados y vayan a creer que voy a decir eso de cómo se reían nuestros ediles de nosotros. Soy de la opinión de que incluso al PSOE hay que darle cien días de duda en su nuevo estatus en el Ayuntamiento y su recién estrenado tercer puesto. Además creo que esas risas son más risas de nervios que de mofa. Cosa diferente es la razón de esos nervios, si por ser primerizos en estos menesteres -que no lo son- ¿o son los nervios que produce el ir de la mano de Romaní en su postura de no reducir costes en sus sueldos contra la propuesta del equipo de Gobierno? No lo sé; pero ya digo les doy cien días.
Parece que las desavenencias puestas en escena entre risas y caras de malotes no estaban en los cuartos para las asignaciones por ‘representación’, ni mucho menos por el reparto de ‘poder’ en las empresas municipales (de cuartos también), pero en verdad, a la aprobación de unos y otro fue lo que boicotearon ese nuevo frentismo gaditano con su postureo local.
En fin, en nueve minutos -Nacha Guevara cantaba un vals en un minuto-, se dio por terminado el primer acto de esa especie de opereta, eso sí, sin entrar en reducir más los asesores y demás ‘personas de ‘confianza’, como si en el Ayuntamiento no hubiera personas suficientemente preparadas.
Claro, que quizás, todo se solucionaría si se aumenta el número de personas a contratar como asesores, se podría colocar a las que han quedado ‘colgadas’, casi casi como en la Diputación, o aumentando la asignación al grupo, y pagar entre todos la hipoteca de alguna sede de partido en Cádiz; todo es posible en nueve minutos. DIARIO Bahía de Cádiz