Este viento de levante y estas temperaturas vienen a consolarme (a mí y a mis huesos) porque últimamente andaba yo muy tremenda. No me gusta el frío ni la humedad. No me han gustado nunca y ahora se me quejan los engranajes para más inri. Voy a ver si me busco un partidito en el desierto del Gobi. Eso sí, sin conexión para no escuchar más pavadas.
Podíamos aprovechar todo este ruido para hacer un top ten de despropósitos tipo los que se hacen en las redes sociales: los diez tipos más atractivos, los veinte destinos turísticos más cool, los quince usos del kiwi, los cuatrocientos golpes, las doce uvas, los Diez Mandamientos, las trece cañas, los once tartares de atún o las tropecientas uvas de la ira.
La concejala de Cultura nos avisa de que como no espabilemos nos vuelven a colar la derecha “vestida de modernita” en alusión a Cuidadanos, mientras un conocido columnista local del partido popular nos recuerda que no estamos en África por mucho que “el insignificante Puyol, por estatura se asemeje genéticamente al negro de Bañolas”. Con gran elegancia utiliza el término “aparearse” al referirse a la vida íntima matrimonial del ex honorable y su señora. Todo ello con la alegría -cito de nuevo a la concejala- que nos da tener la razón. Ole.
El ‘Ole’ también es suyo, puro Cádiz. Ole y ole y olé. Vámonos que nos vamos, que se nos rompe España y tenemos que aprovechar para decir todas las barbaridades que llevamos dentro ¡A por ellos! ¡Qué importa si la mitad de los catalanes no confiesan con el independentismo, vamos a ofenderles a todos! A los catalanes, a los de Ciudadanos y a todo el que se ponga por delante.
Qué sutileza, que ingenio en sus palabras además. Cuanta inteligencia y elegancia en estos dos ejemplos y los cientos que cada día encontramos en nuestras redes sociales y nuestros periódicos patrios. Ni tan siquiera podemos echarle la culpa a la LOGSE.
Por eso, y tanto más que leo cada día, no puedo dejar de imaginarme allí, yo en mi Yurta repleta de alfombras orientales esperando a que mi santo llegue a lomos de su caballo tras instruir al niño en el tiro con honda clásico. Nadie que te diga que no es feminista, que es femenina. Ese desierto que no se rompe ni ná, con su arena dorada y un 0,3% de humedad relativa en el aire. No wifi. Seguro que ni ácaros tienen.
O eso o me desconecto. DIARIO Bahía de Cádiz