Ya entrados en el verano, la relajación de las vacaciones provoca que el olvido o el no querer acordarnos de nuestra realidad nos lleve a escenarios salpicados de barbacoas, tinto de verano, playas, piscinas… Para muchos, demasiados, ésta es una realidad virtual. Sus veranos seguirán vinculados al barrio o a intentar escaparnos un día a la semana a Valdelagrana, Chipiona, Rota, Sanlúcar… A la Piscina Jerez, para quitarnos los calores estivales.
Será el verano de los que no pueden acceder a nada más. Miles de jerezanos y jerezanas que viven en ese Jerez real que no les otorga hoy día más oportunidades. Y pongo este ejemplo que este verano que todo lo seca adormece la realidad.
Por el contrario, si leemos la prensa o escuchamos a nuestros responsables municipales, bien podríamos afirmar que en nuestro Jerez todo marcha sobre ruedas y que despegamos hacia un destino vacacional permanente e idílico de la mano del gobierno municipal del Partido Popular.
Este fin de semana hemos tenido la oportunidad de leer en un diario de la ciudad una extensa, florida y veraniega entrevista a la alcaldesa Pelayo. De su lectura el que les escribe estas breves líneas, saca dos conclusiones en forma de preguntas, a saber, o nuestra alcaldesa vive en un constante destino turístico-vacacional, o directamente vive, piensa y escribe en el género de la ciencia-ficción. De verdad, quizás será que aún no ha aterrizado en el aeropuerto jerezano de La Parra, probablemente igual que esos 220.000 viajeros menos que tiene nuestro aeródromo desde que ella gobierna. O los 30.000 menos que se han contabilizado en los últimos seis meses.
También puede ser que ese mundo de vacaciones permanentes en el que se ha instalado nuestra alcaldesa y nuestro equipo de gobierno se deba a que Cristóbal Montoro sea el verdadero alcalde de Jerez, el que nos muestra el camino de los planes de ajustes totalitarios, despidos de trabajadores, subidas de impuestos, del recibo del agua…
Y evidentemente para vacaciones las de los más de 33.000 parados de nuestra ciudad. Éstos aún esperan que su alcaldesa mueva los resortes de su Ayuntamiento gripado y se ponga a trabajar, a proponer y poner en marcha alternativas, como los planes locales de empleo, o que exija a su gente en Madrid eso que hace tres años prometió, estatuto económico especial para la ciudad o esos planes especiales que nos iban a llover desde los madriles para atajar esa lacra que representa el paro en nuestra ciudad. Será que ese vuelo tampoco ha aterrizado en La Parra.
Y es que tres años de vacaciones, Senado para arriba, Senado para abajo, son demasiados para Jerez. Te vas de vacaciones y entre que vuelves y no vuelves… se queda la depresión postvacacional. Es lo que pasa cuando vives instalada en otra realidad, distinta y ajena a la de tu gente, al sufrimiento que padecen miles de jerezanos. Lo lamentable es que algunos están de vacaciones desde hace demasiado tiempo y la ciudad se quedó instalada en esa depresión postvacacional. Seco como el verano que todo lo verde lo que seca. Demasiado verano, demasiadas vacaciones para una ciudad a la cual la esperanza de un futuro mejor se le acabó hace tres años. De todos modos, y por suerte, el verano también llega a su fin. Y es justo ahora cuando restan diez meses para que con la convergencia de todos y todas plantemos las semillas que hagan que esta bendita tierra reverdezca y encuentre nuevamente su otoño de cosecha, su septiembre de vendimia. Ese septiembre productivo de antaño donde el conjunto de la ciudadanía volvía con las pilas puestas y la nevera llena. De momento, poder disfrutar de esas vacaciones permanentes seguirá estando reservado a unos gobernantes del PP que siguen, nunca mejor dicho, en La Parra.
ARTÍCULO DE: Raúl Ramírez (Candidato a la Alcaldía de Jerez de Foro Ciudadano)