Entre el Caso Lezo y todas las imputaciones de cargos o ex cargos públicos del Partido Popular, la dimisión de Esperanza Aguirre, o el intento de apartar del caso al fiscal, hay una noticia que ha pasado desapercibida estos días: el Partido Popular (sí, el de Gürtel, Púnica, Lezo y más) acusa a Marea Joven de “adoctrinamiento chavista” “por satélites”. Haciendo una, cuanto menos, imaginativa interpretación, han afirmado que no solo pretendemos adoctrinar, sino que incluso animamos a faltar a clase ¡diciendo que nos envíen un mensaje! Porque, como todos y todas sabemos, mandar mensajes por redes sociales implica necesariamente faltar a clase.
Más allá de lo ridículo de su argumentación o de la estrategia constante de generación de ruido, hay algo realmente hilarante en toda esta historia: adoctrinamiento. El PP habla de adoctrinamiento. El partido que incluyó la religión en la media de Selectividad. El que aprobó una ley que permite financiar con dinero público centros que segregan en función del sexo. El que nombró “de utilidad pública” a los ultraderechistas de Hazte Oír. El que retiró los fondos para la Ley de Memoria Histórica. Podríamos seguir, pero la cuestión está clara: al PP no le gusta el adoctrinamiento chavista por satélite. Son más de adoctrinamiento franquista en diferido.
Si se hubieran molestado en indagar un poco más, habrían visto que son reuniones de los propios alumnos y alumnas. Y que además son en el recreo de sus respectivos centros. Quizá es que lo indignante para el PP no es que nos reunamos. Es que saben que si lo hacemos es para organizarnos y luchar contra sus recortes, contra la institucionalización de la precariedad y la miseria en la que han puesto sus esfuerzos durante las dos últimas legislaturas. Y se han cuidado de poner todas las trabas posibles a la organización juvenil y estudiantil, con el plan Bolonia, la Lomce y las medidas encaminadas a la destrucción de los espacios comunes en los centros de estudio.
Y dicen “se reúnen en la sede de Podemos”. Claro. Nos hemos reunido en la sede de Podemos, igual que en la casa de la Juventud o Autonomía Obrera, y no por ello pertenecemos al sindicato. Nos reunimos allí donde podemos, porque si de otra cosa se ha cuidado el PP de Cádiz es de repartir dinero y subvenciones entre amiguetes, pero desde luego no de fomentar el asociacionismo y la organización de los y las jóvenes. No existe más relación con Podemos. Pero el PP necesita siempre un fantasma. Ya se llame Venezuela o Podemos.
En resumen, desde este atril le decimos al Partido Popular que lo sentimos. Lo sentimos mucho. Sentimos que les moleste que la juventud no se calle y agache la cabeza ante sus recortes. Sentimos caer en la lenta impaciencia de quienes no nos conformamos con las migajas, sino que lo queremos todo. DIARIO Bahía de Cádiz
ARTÍCULO DE: Marea Joven Cádiz
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