Sobre la Marina española tuvo lugar el 23 de abril de 1901. La influencia de la Virgen del Carmen con las gentes del mar y las buenas relaciones de los PP Carmelitas y la Hermandad con la Marina determinaron su patronazgo.
Las gentes del mar no veneraban una única devoción y generalmente los tripulantes tomaban como abogada de sus travesías, aquella más veneradas en sus lugares de procedencias. Fue a finales del siglo XVIII y principio del XIX, cuando irrumpió con fuerza como si de una explosión ecuménica se tratase en toda la marinería española, es decir, la devoción mariana a la advocación de la Madre del Monte Carmelo, la Santísima Virgen del Carmen, la Estrella de los Mares, que cinco o seis siglos antes, en el Siglo XIII, ya San Simón Stok, la saludó con el título de ‘Stella Maris’, Estrella del Mar.
Fue tanto el celo y la pujanza que pronto tomó el Carmen en La Isla y por La Isla el mundo marinero que la Madre del Carmelo, la Virgen del Carmen, supo elegir sabiamente para su trono y casa y para los Venerables PP Carmelitas, este trozo de España rodeado de agua por todas las partes; lo que entonces era antiguo señorío de los Ponce de León de apenas o poco más 30 kilómetros cuadrado.
La influencia y la íntima relación de la Virgen del Carmen con la mar, esta manifiestamente probada, todo le viene por el mar; la primera imagen que figuró en el altar mayor, llegó por él, procedente de las indias y a través de él, también a La Isla.
La leyenda sobre el naufragio de nuestra Patrona, nos hace incidir nuevamente en el mar. La mayoría de las imágenes y cuadros, materiales nobles y otros que vinieron de Génova, evidentemente por mar y por encargo de aquel gran devoto y benefactor piadoso, Limbanio Escallosa, dado que no venía un solo navío que no llegase cargado de objetos y materiales para la Iglesia Carmelitana.
Esta correspondencia marítima se correlacionaba inevitablemente con la de la marina, cuya conexión se remonta a finales de mayo de 1680, fecha en la que por primera vez pusieron pies en tierra los seis Carmelitas que llegaron a La Isla para tratar de la Fundación, hospedándose precisamente en la casa del capitán Jacinto Serrano que en aquella fecha se encontraba al frente del despacho de la flota.
Sería imposible seguir narrando las distintas connotaciones, vínculos, lazos y relaciones que se establecieron entre la Estrella de los Mares, los Padres Carmelitas y la Armada Española. Fueron tantos los hechos y las circunstancias, favores y hombres que intervinieron que se correría el riesgo de citar a unos y omitir a otros, aunque es de razonable justicia mencionar a dos de ellos por su extraordinaria relevancia como más adelante veremos.
Lo cierto fue que no estando el Carmen entre las advocaciones marianas, la Fundación Carmelitana en La Isla vino a reforzarla, aumentándola en tan alto grado que llegó a proporcionarle el traslado del establecimiento en 1768, del Departamento Marítimo de Cádiz por la mediación y obra de Juan José Navarro, marqués de la Victoria, que tenía muy buenas relaciones y era íntimo amigo de los Padres Carmelitas y cómo no, devotísimo de la Virgen del Carmen, al extremo que en su testamento dejó dispuesto que al morir fuese enterrado en la Iglesia del Carmen, hecho que ocurrió en el año 1772, tan solo cuatro años después de haber tomado tan importante decisión para la ciudad y con ello para su Virgen.
No cabe duda que el asentamiento del Departamento Marítimo aquí en La isla y la meritoria labor de los Padres Carmelitas, evidenciaba claramente un sentimiento cuasi oficial de Patronazgo y con ello un estado de tal reconocimiento hasta que por fin llegado el año 1901, se promulgó el regio decreto del Patronato Oficial de la Virgen del Carmen sobre toda la Marina Española en virtud del cual desde ese mismo instante, la Madre del Carmelo se convertía en la Patrona de toda la Armada Española para gloria y hermosura de La Isla entera con la consecuencia además de ser este el primer Departamento Marítimo de la Nación y el único en el que la Virgen del Carmen es también Patrona Local.
Cuando se promulgó el esperado citado decreto, era subsecretario del Ministerio de Marina, Julián García de la Vega y González Rendón, que por un casual de feliz coincidencia o tal vez por los designios de la del Carmelo, era natural de La Isla, había nacido en este singular pedazo de tierra entre caños, marismas, salinas, esteros y playas, y fue quien llevó a término personalmente toda la tramitación legal, redactando el contenido del vibrante Decreto que figura en el Boletín Oficial del Ministerio de Marina, número 46 del 23 de abril de 1901, que en su página 407, dice… Patrona de la Marina, Generalidades…
El mencionado decreto, reconocía que la Virgen del Carmen era con anterioridad de hecho, Patrona de todos los navegantes y como consecuencias de este acuerdo, desde el 8 de junio de 1902, esta Venerable Hermandad, considera Presidente de Honor nato al Capitán General del Departamento Marítimo que por tiempo fuere.
El 19 de diciembre de 1902, el Rey Alfonso XIII, a propuesta de esta Venerable Hermandad, aceptó su presidencia de honor, otorgándole a la Hermandad Carmelitana el título de Real. DIARIO Bahía de Cádiz