(Viene del artículo anterior)… El escritor y poeta isleño, Carretero Troya le dedicó bellos sonetos a la Virgen destacando también la labor de los señores Quijano y Fernández de León; uno con sus espléndidas fotografías y otro con su fina pluma, que dejaron amplio y rico testimonio de lo que significó para La Isla aquella inolvidable y gloriosa jornada.
Sobradamente sabido es, que de todas la devociones marianas existentes, la Virgen del Carmen, sin duda ostenta no sólo una de las advocaciones más conocidas universalmente, sino la que también mayor número de coronaciones canónicas ha recibido.
Son veinticuatro de las que se tienen noticias ciertas hasta 1951, que incluidas la nueves citadas en el artículo anterior, quedan distribuidas de la siguiente manera: siete en México, tres en Italia, dos en España, Chile y Colombia y una en Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Malta y Palestina.
Referente a la de España se da la feliz circunstancia que ambas se encuentran en Andalucía, localizadas en una misma provincia -la nuestra- y a escasos kilómetros una de otra: la de Jerez más antigua que data de 1919 y la de La Isla de San Fernando de 1951.
La coronación canónica es el más alto honor y máximo tributo que la Iglesia Católica concede a las imágenes de la Madre de Dios. La idea primaria de la coronación de la Virgen del Carmen, nació del seno de la Junta Nacional de Delegados del VII Centenario del Escapulario del Carmen.
Su propuesta se debe a la iniciativa del P. Leandro de San José, delegado en Andalucía de los carmelitas, residente en el convento de la Orden en Sevilla, cuya circular llegó al convento del Carmen en La Isla, recogiendo la posibilidad y la vía de efectividad que auguraba emprender una campaña en pro de la coronación de nuestra Patrona.
Esto y la coincidencia de la celebración del VII Centenario del Escapulario y las Bodas de Oro del patronato de la Virgen del Carmen sobre la Marina Española, fue lo que motivo al entonces Prior del Carmen, P. Vicente de San José de feliz y entrañable recuerdo, para los que tuvimos la suerte de conocerlo -fue mi profesor en el Liceo- proponer oficialmente a la Venerable y Real Hermandad del Carmen en Cabildo celebrado el ocho de marzo de 1950, la intención de la Orden sobre la coronación.
La fervorosa y devota hermandad como no cabía menos esperar, acogió la radiante y cálida iniciativa, comprometiéndose a trabajar sin reparos para lo que consideraban un derecho y un deber hasta no ver realizado este hermoso proyecto.
A partir del acertadísimo acuerdo, las muestras de adhesiones favoreciendo y apoyando el ambicioso pero no menos justificado deseo, proliferaron rápidamente como si de la pólvora misma se tratase, sumándose sin reservas a la causa en primerísimo lugar la voluntad del pueblo de San Fernando, los Rvdos. PP. Carmelitas, su Venerable Hermandad, el Clero Local, el Excmo. Ayuntamiento, el Capitán General, la Sociedad de Fomento, instituciones, comercios y entidades.
Todos absolutamente todos colaboraron sin tregua pidiendo la coronación para su Madre y excelsa Patrona. DIARIO Bahía de Cádiz