Rafael Zornoza, que así se llama el obispo de la iglesia católica de Cádiz, está alegre y así lo ha compartido el miércoles pasado con los medios de comunicación de la ciudad. Y está muy contento por la primera sentencia en el proceso al director de los Salesianos, en el que era juzgado, entre otras cosas, por agresiones a sus alumnos, por abusos a sus alumnos, por vejaciones a sus alumnos. En esta sentencia -recomiendo su lectura-, se reconoce la “actividad docente” del director del colegio religioso, y concertado por cierto, y el obispo se siente alegre y feliz por la sentencia, porque la misma con el voto en contra de un magistrado no entiende como abuso sexual el pegar pellizcos en los huevillos, perdón, genitales quería decir, de los alumnos.
Recoge la sentencia que en las actuaciones del director, Francisco Javier López Luna, exdirector ahora del colegio, sí hubo vejaciones, relata que implantó un sistema “pedagógico” para saltarse clases a cambio de ir a su despacho a recibir golpes, abrazos del oso, pellizcos…, todo muy, como diría…, y Rafael Zornoza, obispo católico de Cádiz, se siente muy alegre al leer la sentencia.
Una vez estudiada, por el obispo, el relato escalofriante de los hechos que en ella se dan por probados, me llama poderosamente la atención que no he encontrado de su parte ni una frase de disculpa hacia los padres y madres de los vejados, ni una frase de apoyo a los alumnos, solo eso, una enorme alegría y llamada a la presunción de inocencia del procesado; pero obispo, ¡que los hechos dice la sentencia que existieron!, pero a pesar de todo… él siente una gran alegría, el jefe espiritual y administrativo del procesado está contento.
Y esto en un centro educativo concertado por la Junta de Andalucía, es decir, que con los impuestos de todos pagamos estos métodos. Y si es verdad que la Junta está personada en el proceso, también es verdad que lo está, como dice su consejera, por qué entre los chavales hay uno, que está tutelado por la propia Junta, ¡qué cosas! la propia Junta en vez de utilizar y promocionar la enseñanza pública entre los menores que tutela, parece que prefiere un centro religioso concertado, en fin. Del sistema educativo, no se nos olvide, que se subvenciona con fondos públicos, nada, de cuestionarse seguir pagando el concierto, nada, y aquí paz y después gloria. DIARIO Bahía de Cádiz Fermín Aparicio