A veces me pregunto ¿cómo es posible que muchas de las personas que han sobresalido brillantemente en los estudios luego fracasan normalmente en la vida?
Creo que una buena explicación consiste en que tal vez consideraron a la escuela o la universidad como un fin más que un comienzo, estacionándose en los conocimientos recibidos sin comprender que los centros docentes sólo pueden enseñarnos a aprender y por tanto cuánto aprendamos más adelante dependerá de nosotros exclusivamente.
Las ideas, las ciencias, las técnicas, las relaciones sociedad-hombre están cambiando continuamente de modo acelerado y el que cierre su espíritu y su intelecto a todo eso, es como si se condenara a vivir encerrado en un sótano. Allí, desde luego estará seguro, pero sin duda, se sentirá sólo, aislado, aburrido y desinformado.
Enfrentarnos con la vida cada día resulta más complicado. Sin embargo, lo normal es lo que estamos viviendo y cuanto antes lo aceptemos mejor.
La informática nos suministra en breves segundos datos almacenados en la memoria, que en las nuestras seríamos incapaces de retener. La televisión nos pasa noticias que no dejan de ser un asombro fugaz del conocimiento. La fotografía necesita de palabras para describir una escena, mas no puede interpretarla. La palabra vuela rápidamente, se esfuma pronto y origina errores de interpretación.
Cabe pensar pues, que solamente la palabra escrita es imperecedera y quien lee y escribe frecuentemente, mantiene vivo y en continuo desarrollo su intelecto. DIARIO Bahía de Cádiz