Con permiso de mi amigo Enrique Montiel de Arnáiz por plagiar un título de un relato suyo, vengo a hablaros de cómo me siento a veces en mis paseos literarios.
Llamémoslo paseos, que no camino de presentaciones, porque a veces, y en Málaga me ha pasado, en vez de sentirme nervioso por lo que diré, me siento nervioso de si vendrá alguien.
No me imagino a los futbolistas de ninguna división con el corazón encogido pensando que las gradas estarán a cero para presenciar su encuentro deportivo. Un cantante con un concierto gratuito es rarísimo que se quede a solas como un grillo. ¿Y un escritor? ¡Temblad, miserables!
La escritura es arte, ¿o no? Pero es un arte que muchas personas asienten como inútil. ¿Para qué vas a escribir si para empezar no vas a ganar más de un euro por libro? ¿Para qué vas a escribir si te va a causar gastos? ¿Para qué vas a escribir si en España casi nadie lee? ¿Para qué vas a escribir si…? Y así sucesivamente.
Mi amigo piensa que este título le pegaría más a una novela de poesía, sin faltar al respeto a ningún poetizo. Yo creo que este título lo deberíamos llevar a modo de cruz todos los escritores que nos levantamos con ilusión para escribir.
A base de ostias, risas burlonas, vacíos en las presentaciones y costos, matamos la fe del escritor. ¡Diez espectadores es un triunfo! Si tu libro te ha salido a coste cero date con un canto en los dientes. Si vendes fuera de tu provincia siéntete afortunado. Y muchas frases que te presagian un futuro tortuoso.
Los inicios son duros, lo sé. Muchos dicen que: “Este antes de ser famoso actuaba en bares de mala muerte”; “se alzó porque se le apareció un padrino”. Bueno, pues he presentado en sitios que vaya tela y ojalá se me apareciera Don Vito Corleone, pero remar contra viento y marea eternamente te moja la pasión, y no en el buen sentido.
La gente suele esperarse a las películas o las series, en vez de leerse el libro. Incluso algunos tienen la fe de jugar al videojuego, sin saber que viene de un libro… Véase el caso de la “Divina Comedia”. En fin, que se esperan antes una serie de internet a dignarse a comprarte el libro. ¡Qué suplicio!
¿Resultado de estas desganas? Qué las presentaciones estén más frías que el castillo de Frozen. Qué exista más vida en la villa de Jack Skeleton que en la ronda de preguntas sobre tu libro, y una larga mofa de comparativas graciosas que podría decir con la sátira que poseo.
No obstante, muchas veces respondo con total sinceridad. Sigo en esto porque me apasiona, porque me encanta y porque me llena y hace desconectar de mi presente durante un rato metiéndome en el mundo de mis personajes. Mis libros para mí son mis niños. Y los voy a cuidar como el buen padre que me considero.
El arte es difícil, no está bien pagado. La literatura es la base de esa trágica pirámide. Dejando por encima la pintura, las esculturas, el cine, las series y el teatro. ¿La cúspide? Los videojuegos. Le seguirán clavando a los usuarios por actualizaciones y mapas secretos pero ahí estarán, fieles para comprar por cifras estrambóticas. Y un libro de 10 euros o más… ¡Uy! Qué caro… DIARIO Bahía de Cádiz Tony Simón