Quizás sea casualidad, pero este año florecieron antes los almendros, parece que la primavera, esa que en Cádiz es luz y sal, la misma que inunda los esteros de la Bahía del color amarillo, esa, este año se ha adelantado. Y aunque todavía puede que mayo marcee, lo que es seguro es que marzo esta mayeando, y de lo lindo.
Un largo y duro invierno, oscuro a fuerza de enchufismo y perversión de ideas, de prácticas clientelistas y de compra de voluntades y silencios, un periodo en el que lo importante ha sido demostrar que unos son mejores gestores que otros, no que se pueden y se deben cambiar los sistemas y relaciones sociales. Un largo invierno controlado, gobernado por aquellos que si ejerces tu libertad y firmas un manifiesto en apoyo a Teresa Rodríguez te llaman “desecho”, pero si firmas un manifiesto apoyando al ex-consejero Fernández, detenido e imputado por el robo sistemático, te llevan en sus listas para el Parlamento andaluz, como es el caso de Luis Pizarro.
Pero no, no ha sido solo el clima el que ha hecho adelantar mi percepción de la primavera, no ha sido siquiera el más que posible auge de la gente de Teresa Rodríguez, a la que conocí un día en la cuesta de la Calesas con megáfono en mano y camiseta de la marea verde, ninguna de estas dos cosas. Ha sido un puñado de gaditanos y gaditanas.
Nos conocíamos casi todos, algunas cervezas habían caído, algunas campañas electorales, muchas ilusiones rotas, muchas confianzas tiradas por la borda. Y todos, y todas habíamos tomado la misma decisión, no podíamos seguir dentro, estábamos hasta el corvejón de ver gente medrando, inclinar la cerviz por un golpecito en la espalda como recompensa. Estábamos hartos de que la frase más repetida en la puerta del local dirigida al portacapertas de turno fuera: “¿qué tal va lo mío?…”.
Desde luego que con la primavera se deshumedecen huesos y músculos, se activan y agilizan las neuronas -al menos de forma generalizada- pero lo más importante, al menos para mí, me hace más optimista, ¿o debiera decir “me hace optimista” simplemente?
Y la tierra sigue girando alrededor del sol, y las estaciones se suceden -más o menos- una detrás de otra; después de esta primavera andaluza vendrá un verano… -ya que e pur si muove-, pero esta ha sido nuestra, hemos puesto nuestro granito de ilusión para que así sea, para que el hastío electoralista se convierta en esperanza, para reivindicar que nuestros origines son motor de futuro, que tenemos el derecho de ejercer nuestra libertad, nuestra libertad de crítica, nuestra libertad de opción electoral, de ser nosotros mismos con la cabeza muy alta, y presiento que esto es mucho más que una anécdota. DIARIO Bahía de Cádiz Fermín Aparicio