Sacar fotografías a los cubos de la basura antes de su recogida, utilizar la imagen contra el Ayuntamiento, ¡así está el Cádiz del Kichi!, exclamaba algún gacetillero venido a menos.
Estamos en la ciudad en la que parece que todo vale, incluso el amarillismo más soez. Basura, mierda por los suelos en Cádiz hay, pero ese amarillo que salió del rosa, no dice que la los desperdicios los tiran gaditanos y gaditanas, que los perros tienen dueños, que con toda probabilidad son gaditanos, y que hasta pueden ser tus vecinos, o los míos… La limpieza de la ciudad, claro que el Ayuntamiento tiene responsabilidades al respecto, y tú, tú y tú también; pero hemos pasado del rosa al amarillo.
A mí las procesiones y demás festejos religiosos la verdad que los sobrellevo más o menos, a pesar de esas bandas llenas de tambores, trompetas y clarines que hacen vibrar mis ventanas, a las cáscaras de pipas y restos de bocadillo que van sembrando a su paso. Pese a que estamos a punto de batir el récord de procesiones este verano, pese a que curiosamente, en los últimos meses, coinciden por ‘gracia divina’ con eventos civiles, repito, no me molestan, al menos relativamente.
Pero la utilización de banderolas y pancartas con los colores de la bandera, cuando menos, me parece abusivo, cuando no provocador, y es que me da la impresión que en este caso se han pasado del amarillo al azul de nacional- catolicismo, y sí además coincide con la aparición pública de grupos fascistas y racistas en la ciudad, me teletransporta siglos atrás, y no, esto no.
“Prietas las filas”… parece que se ha puesto de moda en la ciudad aquella canción. Miembros del PSOE jaleando a ex asesoras de Teofila, declaraciones de adhesiones de comités ejecutivos justo cuando se pide la aplicación de la ley mordaza en Cádiz, Teofila gimoteando en solidaridad con Fran González: por cierto, me he imaginado a la Pietà con la cara de la edil y al otro yacente entre sus brazos, mientras decía “los políticos también somos personas humanas…”, ya eres de los nuestros.
Y es que yo entiendo que quieran promocionar al chicuco, que le den un tricentenario para sacarle en la fotos, que le dejen presentar ciclos de cine, que salga en procesión codo a codo con la ‘madona’, yo todo eso lo entiendo, allá cada uno con su palo, pero que lo quieran promocionar aplicando la ley mordaza, puede que se estén pasando de castaño oscuro, a no ser que consideren que llevar escoltas da caché y notoriedad, aunque sea a costa de quemar en la hoguera a la gente.
Luego están los silencios, tan cómplices como los apoyos por acusar de atentado a la autoridad por una frase más o menos afortunada, de la que inmediatamente se retractó y pidió disculpas. Menos mal que la ley mordaza no incluye la pena de muerte por mirar mal, no mirar o ignorar a ‘la autoridad’. DIARIO Bahía de Cádiz Fermín Aparicio