Quizás jamás sepamos el motivo real de la retirada del Premio a la Libertad de Expresión por parte del Ayuntamiento (de San Fernando) a la revista satírica francesa Charlie Hebdo, premio que recordemos entregó este mismo equipo de Gobierno hace un año. Y no lo sabremos porque la justificación pública que ha hecho éste a través de un comunicado en sus redes sociales y medios de comunicación es más un ataque al principal partido de la oposición que un texto expositivo donde explique claramente los motivos de esta retirada. De ahí que desde el Ateneo nos permitamos llegar a varias conclusiones posibles: o bien han retirado este premio por la presión del Partido Popular, o bien lo han hecho porque la entrega del mismo fue tan poco firme y comprometida como el propio compromiso del PSOE (también del PP y de otros partidos) con la libertad de expresión.
Porque la libertad de expresión, entendemos los republicanos, no es un fetiche que pueda ajustarse a conveniencia de los criterios y voluntades de los partidos políticos. Ni siquiera de los individuos. La libertad de expresión es algo que emana de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que por tanto transciende cualquier punto de vista particular. Es decir: la libertad de expresión no está sujeta a interpretaciones y mucho menos a gustos estéticos o morales personales.
Este derecho, la libertad de expresión, existe independientemente de nuestras opiniones y de los idearios de los partidos o colectivos sociales en los que nos movamos. La libertad expresión existe, mal que nos pese, con independencia de nuestros gustos personales y de nuestros estómagos. ¿Les suena aquello (atribuido a Voltaire) de “estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”? En eso consiste precisamente defender la libertad de expresión.
Por eso, conceder un premio a una revista para luego retirárselo en base a que “sus viñetas son de mal gusto” es justamente atacar la esencia de la libertad de expresión. Porque defender la libertad de expresión no es premiar a quien nos complace, sino pasar por encima de nuestros intereses y expectativas para proclamar con fuerza un valor universal.
Desde el Ateneo Republicano de La Isla entendemos, por todo esto, que el premio otorgado por el Ayuntamiento de San Fernando en su momento fue un claro acto de hipocresía motivado por el momento de consternación que produjeron los atentados contra esta revista. E igualmente entendemos que su retirada reafirma tanto la hipocresía de este acto como la cobardía del equipo de Gobierno ante las presiones de quienes utilizan los valores de la democracia a su antojo y conveniencia. En estos, más que plantearse los criterios sobre cómo proceder a la entrega de estos permiso, tanto el Ayuntamiento como la sociedad debería estar planteándose si el Ayuntamiento de San Fernando está siquiera a la altura de poder entregar unos premios que tienen que servir para defender y promover tan alto derecho. DIARIO Bahía de Cádiz
ARTÍCULO DE: Ateneo Republicano de La Isla
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