Existía en los españoles/españolas -en sus mentes-, un deseo por cambio…político, como consecuencia de la corrupción habida en los partidos políticos españoles-principalmente- en el PP y PSOE, y el no entendido manejo de la crisis económica españoles, por lo que tuvieron que emerger de sus trincheras partidos emergentes, como Podemos, Ciudanos, Marea Atlántica e unas minorías nacionalistas exacerbadas, sobre lo que debía de ser la base del Gobierno de turno: el bienestar de los ciudadanos españoles, allí en cualquiera de las autonomías que residan.
Comenzamos a descentralizar competencias del Estado, aunque éstas últimas no favorezcan a los ciudadanos. Más el poder ha de residir en el Ejecutivo -en nuestro caso el PP-, y apoyado por el partido mayoritario de la oposición, el PSOE. Así se está haciendo en Alemania. Hemos de convenir que Las mareas hacen historia Galicia, aunque sean por una vez, y que cuando una marea viene otra se va.
Los partidos políticos españoles tendrían que correr el riesgo de gobernar en coalición, y me estoy refiriendo al PP y al PSOE. Ellos no desconocen que el poder no está nunca seguro, y que depende, principalmente, de las urnas: aquí siempre se reflejan los sentimientos y sentires de todos los españoles, cualquiera que sea su ideario político.
A uno le parece, y hablo de España y con el corazón en la mano, que no sería malo que surgiera –en nuestra querida Nación española– un partido político de matiz liberal, que sirviese para encarrilar –de una vez por todas–, nuestra incipiente democracia, que se haya dirigida por un bipartidismo –el PSOE y el PP–, que flaco favor le están haciendo a la democracia española.
Hay que entender que, existiendo partidos políticos nuevos (“Podemos”, de extrema izquierda, que está irrumpiendo en el tablero político español con cierta fuerza: su misión consiste en asentarse en la Comunidad Valenciana y en la Comunidad de Madrid, y bien parece que lo está consiguiendo, esperando a las elecciones generales del próximo otoño. Otro partido surgido después Elecciones Locales y Autonómicas de 24 de Mayo de 2015, ha sido “Ciudadanos”, de matiz político derechista, que está in fluyendo en la Comunidad Autónoma de Madrid y en La Comunidad Autónoma de Andalucía, con sus luces y sus sombras ahora desplegadas al viento que mejor sobre, no sin antes olvidar ciertos matices de su ideario político…).
Si he de reconocer que, aún siendo los partidos políticos del PP y del PSOE los ganadores de las pasadas elecciones del 24-M, los partidos nacientes -Podemos y Ciudadanos, con distintos idearios- restaron votos españoles al PP y al PSOE.
Todos sabemos que el sistema político español es parlamentario- sin ninguna duda-, y que los ‘pactos o coaliciones’ forman parte de este último, para bien o para mal. Y bien es notorio que la Monarquía decidió que fuera parlamentaria y constitucional, a la manera y forma de otras monarquías europeas. De este modo, Felipe VI no ha podido prescindir de la firma del presidente del gobierno Español, Mariano Rajoy, invalidar el título nobiliario de Duquesa de Palma a la infanta Cristina, su hermana…
Y es que el poder (‘El arte de gobernar bien a los ciudadanos’) se puede perder en cualquier momento. Hemos empezado a construir un castillo de autonomías sin bases sólidas Y es que siempre pasa igual: priman las apetencias y el bienestar político de unas minorías nacionalistas exacerbadas, sobre lo que debía de ser la base del Gobierno de turno: el bienestar de los ciudadanos españoles, allí en cualquiera de las autonomías que residan. Comenzamos a descentralizar competencias del Estado, aunque éstas últimas no favorezcan a los ciudadanos. Más el poder ha de residir en el Ejecutivo -en nuestro caso el PP-, y apoyado por el partido mayoritario de la oposición, EL PSOE. Así se está haciendo en Alemania.
El deseo de cambio que sienten los ciudadanos, cansados de la corrupción que golpea a los principales partidos políticos, y la decepción por el manejo de la crisis económica explican la pérdida de poder, pero sobre todo el alto volumen electoral obtenido por los partidos emergentes.
Todo está aún en ciernes en Marea Atlántica, la candidatura ciudadana de «ruptura democrática» en A Coruña para las elecciones municipales de mayo. Queda por decidir un programa y confirmar las formaciones o colectivos que acompañarán en la candidatura a Xulio Ferreiro, profesor universitario de Derecho Procesal y proclamado, por amplio consenso, «sin sector crítico», cabeza de lista. «Marea Atlántica es un espacio de encuentro y confluencia en el que cabemos todos, gente de distintos pasados y diferentes ideologías», proclamó Ferreiro durante una rueda de prensa de presentación. Pero el hecho real es que ‘el bueno de Julio Iglesias’, se alzó con la alcaldía de A Coruña (¡Enhorabuena!) y ¡suerte!, con los votos favorables del PSOE y BNG. Esta “Marea Atlántica” (hemos de convenir que cuando una marea viene otra se va), estaba y está integrada, presuntamente: por Podemos, BNG, votos perdidos del PP y votos perdidos de PSOE, entre otros.
Si creo, y siempre he creído, en el Liberalismo Político que siembre de ideales firmes y verdaderos las mentes de nuestra juventud, que es el futuro del mañana. Si creo, y siempre he creído, en el liberalismo político que fomente la actividad económica en todas sus formas. Si creo, y siempre he creído, en el liberalismo político donde todas personas sean iguales ante la Ley (suprimiría los aforados), y donde exista fehaciente una democracia libre con división de poderes (el poder judicial libre, en el amplio sentido de la palabra). Si creo, y siempre he creído, en el liberalismo político que defiende a “la familia” como cota superior de la vida asociativa: matrimonio hombre/ mujer, uniones de contratos sentimentales hombre/ hombre, uniones de contratos sentimentales mujer/ mujer, parejas sentimentales…En todo esto creo y mucho más. El concepto de deber y amor debe sobrevivir en todas las relaciones humanas. DIARIO Bahía de Cádiz