Reconozco que no soy muy dado a utilizar el taxi. Por ningún motivo en especial. En su momento, caminaba para ir a los sitios. Me ayudaba a estar en forma. Cuando era inevitable, el autobús urbano era un buen aliado, por una cuestión puramente económica si se tiene en cuenta que era en mi etapa de adolescente. Hasta que llegaron el ciclomotor y luego el coche.
En un tiempo donde vas corriendo a todos sitios, el vehículo es indispensable, o eso nos han hecho creer. Hasta que éste, sufrido y entrado en años, un día te deja inesperadamente tirado. En el momento menos oportuno y en un lugar y unas circunstancias claramente mejorables. Entonces, recurres a esa alternativa que siempre estuvo ahí, el taxi.
Como medida de urgencia, ante un sol sofocante y capaz de derretir los polos, y cargado con una compra en ese momento inoportuna, por voluminosa, la llamada socorrida a Tele Taxi Jerez a eso de las cinco de la tarde y con el termómetro rondando los 40 grados aproximadamente fue como ver un oasis en la mitad del desierto.
En un trayecto de apenas seis minutos, me dio para comprobar que el Centro Comercial Jerez Norte aún sigue apareciendo en los localizadores como Pryca, firma que desapareció y dejó el lugar hace ya muchos años, los suficientes para demostrar que nos vamos haciendo mayores. Dio para eso y para comprobar que hay quien viaja en patines sobre ruedas de manera inconsciente, por la calzada y sin respetar una señal de Stop, circunstancia que casi acaba con la chica en el hospital y causando un problema al taxista, que a pesar de ir a una velocidad adecuada no hubiese podido hacer nada por evitar el accidente si todo hubiese ocurrido con unas milésimas de segundo de diferencia.
La cosa es que entre el calor sofocante y el haber solicitado un ticket de la carrera, hubo una confusión con el cambio. Así, un viaje de 5,50 euros, acabó costándome 10,50 euros, de no haber sido por la honradez y profesionalidad del taxista. Bastó una llamada para comunicar la incidencia y el taxi con licencia 61 de Jerez corroboró lo ocurrido.
En los tiempos actuales, esos gestos son de agradecer, y no he encontrado mejor manera de compensar su gesto que darlo a conocer públicamente. Sí, si alguna vez necesitan un taxi en Jerez, reclamen los servicios del coche con licencia 61. En los taxis ocurren miles de historias a diario, desde alumbramientos a conversaciones incluso inverosímiles. También se dan casos propios de gente honrada, algo que, no tengo dudas, abunda en un sector a veces muy maltratado. ¡Gracias! DIARIO Bahía de Cádiz