No, no tenemos Premio Nobel de Literatura en la provincia. Bob Dylan nos privó de poder sacar pecho por unas horas en medios de comunicación y redes sociales, porque dudo de que lo hiciéramos comprando libros de José Manuel Caballero Bonald en las librerías o buscando sus obras en alguna biblioteca.
Aquí somos así, chovinistas a tiempo parcial. De cara a la galería. Hay quien pensará que es nuestro pecado. Otros, en cambio, que es una virtud. Nada nos importa, salvo cuando la masa nos lleva en el rebaño y entonces todos sabemos de todo, todos pedimos un premio para un paisano, aunque jamás hayamos leído nada de él. A pesar de que puede que incluso ni sepamos que existe la Fundación Caballero Bonald en Jerez, en la céntrica calle Caballeros.
Confieso que resulta llamativo el personaje literario de José Manuel Caballero Bonald, que a pesar de sus años y de poder presumir del Premio Cervantes, por ejemplo, o de ser Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz (UCA), es un gran desconocido en su tierra. De hecho, seguramente será más reconocido si pasea por las calles de Sanlúcar, lugar del que ha reconocido estar enamorado gracias a Doñana, que si camina por Jerez. Da pena decirlo, pero es así.
Recuerdo que cuando estudié en el instituto que lleva su nombre en Jerez, en clase de Literatura del antiguo Curso de Orientación Universitaria (COU), me llamó la atención que su figura no fuese más que apuntada, junto a alguna obra como Ágata ojo de gato. Un nombre y una obra, a eso se limitaba prácticamente su papel como literato español. Sí, el programa manda, aceptado, pero siempre me resultó paradójico estudiar en un centro educativo con su nombre y que jamás se fomentase de manera decidida el escritor y su obra.
A pesar de que, tras el Cervantes, el Centro Andaluz de las Letras lo nombró Autor del Año 2013 en Andalucía, lo vivido en mi etapa formativa contrasta con que, tal y como he leído, oído y escuchado estos días, en Estados Unidos se considera a Bob Dylan un poeta, hasta el punto de que se estudia su obra en la escuela.
Más allá de la polémica suscitada por dar a un cantante un galardón así, no hay duda de que el cantante norteamericano es más famoso, conocido y reconocido incluso que el Premio Nobel de Literatura. Y no digamos ya que José Manuel Caballero Bonald que, más allá del gran trabajo por la puesta en valor de la literatura que se hace en su fundación y algún que otro reconocimiento político, casi podría decirse que no es profeta en su tierra. Pues eso, ¿cuándo nos ha importado aquí el Nobel de Literatura? DIARIO Bahía de Cádiz