Vivimos en un país con 3.789.823 personas desempleadas, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) relativos a noviembre. En Andalucía, las estadísticas dicen que contamos con 922.985, casi nada. Y si vamos a lo concreto, en la provincia de Cádiz tenemos la nada desdeñable cifra de 174.482 demandantes oficiales de empleo.
Pasamos nuestros días en una tierra donde la gente se marcha, porque para ser titulado universitario y trabajar aquí en la hostelería se prefiere probar fortuna lejos, porque al menos se aprende un idioma.
Diariamente se nos anima a emprender. Desde la propia Jefatura del Estado, desde el Gobierno, la Junta de Andalucía, los ayuntamientos, las Cámaras de Comercio… Es cierto que parece que el trabajo como se entendía hasta hace unos años no volverá, y que el único camino posible puede estar en optar por ser funcionario o ser tu propio empleador, tu propio jefe. A veces no hay más que un único clavo ardiendo al que agarrarse. Vamos, que te haces autónomo o estás muerto laboralmente hablando.
Pero lo que no se explica son los múltiples problemas que puedes encontrarte por el camino. No, no hablo de la puesta en marcha de una posible idea empresarial, porque hoy en día los Centro de Acogida de Desarrollo Empresarial (CADE) te llevan en volandas, con asesoramiento personalizado y gratuito. Hablo, por ejemplo, de una cuota de autónomo que muchas veces hace imposible que salga adelante una idea que incluso puede ser brillante por el simple hecho de que la gente tiene la mala costumbre de tener una boca (o varias) a la que dar de comer y puede que incluso una hipoteca o un alquiler que pagar religiosamente. Maldita lista de la compra y malditas facturas. Sí, sé que existe una tarifa plana que ha ayudado mucho a ciertos perfiles, pero la medida tiene tantas limitaciones que son muchas personas las que pueden sentirse agravadas. Y lo mismo ocurre con ciertas ayudas autonómicas, donde hay determinadas edades que no son consideradas prioritarias para trabajar, a pesar de que las personas de entre 31 y 44 años posiblemente sea, al menos potencialmente, el grupo de edad con mayores cargas familiares, por ejemplo.
Hablo también de los problemas que tienen otros muchos autónomos que, tras contraer una deuda con la Administración por x motivo, se ven asfixiados por circunstancias que hacen que su intención y propósito de pagar caigan en saco roto, con el consiguiente cierre del negocio. Una bajada definitiva de la persiana que supone un perjuicio para quien cierra, pero también para las familias que trabajan directamente o como proveedores, sin olvidar la propia Administración. A veces bastaría con un poco de mano izquierda y empatía.
Sí, porque la cuestión es si interesa más a la Administración tener a un moroso más en la lista o recaudar los impuestos pertinentes aunque sea en un mayor plazo, gracias a la puesta en marcha de un programa de pago flexible, real y adaptado a las circunstancias. Y no, no me digan que esto ocurre, al menos al cien por cien, porque sé de casos en esta provincia en los que a gente dispuesta a pagar y saldar su deuda con la Seguridad Social se les ofrece como única salida cuotas inasumibles no ya para el negocio en cuestión, sino para la propia economía familiar (a veces hay quien parece olvidar que la gente tiene que comer). Veremos si el anuncio de que los autónomos podrán pagar hasta 30.000 euros de IVA en 12 meses es el primer paso.
Los autónomos son esas personas que no pueden enfermar, que casi no pueden desconectar de su trabajo, porque éste acaba acompañándolos inevitablemente a casa; son aquellos que acaban siendo los mayores generadores de empleo de un país que ahora se plantea echar el cierre a la jornada laboral a las 18.00 horas, algo que para este sector es prácticamente inviable; y son el termómetro perfecto para saber si el país, su economía y su mercado laboral marchan como deben, están acatarrados o sufren un proceso gripal, pues como dice el cordobés y jerezano de adopción Lorenzo Amor, presidente nacional de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos ATA, «si a los autónomos nos va bien, a España le irá mejor». DIARIO Bahía de Cádiz Carlos Alberto Cabrera