Las cosas están cambiando y el que no lo quiera reconocer se engaña. El panorama sociopolítico español ha dado un giro que debemos integrar en nuestras vidas y en nuestras relaciones para no quedarnos al margen de los tiempos. Igual que con Internet, y esas ágoras intelectuales que son Twitter o Facebook, debemos aceptar que los cambios han venido para quedarse.
Para hacer menos doloroso esta transición hacia lo que mola hoy en día, y teniendo en cuenta el nivel de la peña en tantas tertulias políticas, futbolísticas y demás foros intelectuales que en el mundo han sido; me permito desde este humilde rincón facilitarles una serie o lista de principios o consejos (inamovibles siempre) para que estén a la altura:
Tenemos que amar al líder sobre todas las cosas. Lo que diga el líder va a misa (con perdón). Da igual que se llame Mariano, Pedro, Pablo o Albert.
Si el líder o alguno de sus correligionarios lo hace mal, peor lo harán los otros. Es necesario traer a colación cuanta información personal y política tengamos, sea del siglo que sea, para reforzar la idea tan elaborada del “y tú más” que tan buenos resultados nos está dando.
También es sumamente importante avergonzarte continuamente de tu país y hacerlo explícito en cuanto se tenga ocasión.
Por supuesto, se utilizará siempre argumentos ad hominen y demás falacias, no vaya a ser que a la gente le dé por pensar con el conocido peligro que eso conlleva.
A mayor despropósito del líder, mayor contundencia en nuestra defensa del mismo.
Hemos de utilizar siempre la primera persona del plural para reforzarnos en nuestra postura así como interpretar nuestro sentir como el sentir de la mayoría de la población. Lo que el líder indica que es bueno para todos y por tanto no debemos dudar.
Seamos condescendientes con los que no piensan y sienten como nuestro líder. Las pobres criaturas son incapaces de ver la verdad y la luz, bastante duro debe de ser eso.
Cualquier duda o cambio de opinión perpetrado por alguno de nuestros compañeros será castigado con calificativos extremos que le hagan volver al redil. Especialmente encantadores y efectivos son los conocidos fascista y perroflautas, según la facción donde encuentren acomodo nuestros corazones.
Muy importante también es dividir a todo el mundo entre las dos conocidas Españas y sobre todo aplicarles el mayor número de topicazos posible.
Cualquier cultura, costumbre o historia de un país extranjero siempre será mejor que la nuestra. Siempre. Estos países de referencia también se escogen dependiendo del bando en el que militemos.
Todo tiene una explicación y una causa por muy peregrina que sea. Ya sea la evasión vergonzosa de impuestos, el terrorismo, la vergonzosa situación de los refugiados o la cría de berenjenas al aire libre. El líder nos la proporcionará y nosotros la creeremos a pies juntillas.
Ni Stalin, Franco, Mao o Hitler hubieran soñado con unos seguidores más entregados. DIARIO Bahía de Cádiz