En Marruecos celebran en estos días que le arrebataron a España una de sus propiedades coloniales. España se dejó mansamente sustraer aquellos territorios del Sahara y dejó abandonados a sus ocupantes. Como Marruecos es amigo de occidente, los saharauis que se vayan a tomar viento desértico de forma parecida a los palestinos que ahí están, sufriendo su holocausto por parte de los que ayer lo sufrieron y de esas rentas siguen viviendo, de eso y de controlar finanzas, grandes empresas y medios de comunicación.
Hacía dos años que Carrero Blanco había sido asesinado en atentado de ETA delante de las narices de los Estados Unidos. Los segmentos hegemónicos españoles se preparaban para cambiar todo y que todo siguiera igual. Colón de Carvajal viajaba a Estados Unidos de parte del principie Juan Carlos para recibir asesoramiento de Nixon y de otros mandatarios ligados a la CIA al igual que harían antes o después Felipe González y Santiago Carrillo. Alemania y Estados Unidos decidieron que iba a ser el PSOE la izquierda de la democracia española. Adolfo Suárez y el cardenal Tarancón intentaban ponerse de acuerdo sobre cómo sería esa democracia, todo esto pasó en el contexto en que Franco estaba enfermo y finalmente murió en 1975.
El rey de Marruecos dijo ahora es la mía y lanzó la Marcha Verde contra los saharauis, sabía que España estaba en otros asuntos mucho más importantes. El Ejército español, a regañadientes, agachó la cabeza y regresó a sus cuarteles patrios. La pregunta es evidente: de haber estado en forma el llamado Caudillo de España por la Gracia de Dios, ¿se hubiera salido Marruecos con la suya?
Cuando me hago esa pregunta pienso que me libré de ir a una guerra, entonces yo estaba en edad de merecer y acaso aquello se hubiera enredado bastante como para que nos movilizaran a todos. Menudo panorama que se me hubiera presentado: estaba estudiando y empezaba tímidamente a dar mis primeros pasos en esto del periodismo; militaba en la clandestinidad contra Franco, en una célula del Partido Comunista de España (que en paz descanse), ¿hubiera tenido que agarrar mi cetme y sumarme a las filas del ejército del propio Franco? Porque a mí me parece que un Franco en forma no se hubiera dejado arrebatar el Sahara.
Ahora nos contentamos con hacer pancartas, constituir asociaciones de amigos del pueblo saharaui, ir de voluntarios al desierto y traernos a los “moritos” en verano para que beban Coca Cola, vean el mar y luego regresen a sus asuntos y eso lo suelen hacer los izquierdosos que no querían a Franco. La Historia es más compleja de lo que a primera vista parece.
La realidad es que, desde hace décadas, somos siempre los mismos los que perdemos las batallas y las guerras y en buena parte se debe a nosotros mismos que aún estamos cautivos y desarmados como aquel ejército rojo al que Franco se enorgullecía de haber vencido en 1939. Luego, 40 años de fascismo, después, esto, 40 años de aparente democracia en la que seguimos jodidos los de siempre (y otros muchos que ni pueden comer en condiciones) con la diferencia de que nos dejan proclamarlo pero no muy alto porque, como suele decirse, muerto Franco quedaron los franquitos, quedaron los saharauis con el trasero al aire y otra Marcha Verde en forma de codicia y egoísmo hobbesiano ha dejado en la marginalidad y sin dignidad tanto a un país llamado España como a un continente conocido por Europa. Pero, eso sí, somos demócratas y progresamos. DIARIO Bahía de Cádiz Ramon Reig