Ciudadanos en Rota ha visto oportuno posicionarse “en defensa” de la Base Naval y de sus trabajadores, a raíz de la XXXII Marcha contra de las bases militares y la OTAN, celebrada el pasado domingo 26, con un escaso apoyo debido a que la mayoría de los colectivos y entidades que participan anualmente en esta protesta no se han implicado en esta ocasión, quedando como convocante en solitario el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE).
Los ‘naranjitos’ se preguntan cómo es que año tras año “los roteños se ven obligados a ver reseñas de su pueblo en los medios y cómo es que el resto de partidos con representación en las instituciones no dejan clara su postura al respecto, haciendo ver a los manifestantes, en su mayoría foráneos, que en Rota ni se está de acuerdo con ellos ni se necesita su visita anual”.
Para coordinador local de la formación naranja, Gilberto Bernal, “el tener en nuestra localidad una base norteamericana es un orgullo, no sólo por la cuestión económica o la defensa militar, sino por la idiosincrasia que desde hace años nos diferencia de todas las localidades vecinas, gracias a la convivencia con la cultura norteamericana y que se ha ido desarrollando desde aquellos años 50 en los que Rota era un pequeño pueblo de mayetos y pescadores, siendo hoy un pueblo abierto, cultural y socialmente avanzado al tiempo respetuoso y orgulloso de sus tradiciones”.
En materia económica, este partido sin representación en el Ayuntamiento entiende que la Base Naval “genera riqueza y economía no sólo a Rota sino a toda la zona”. Eso sí, Bernal afirma que “seguiremos reivindicando que se cumpla el convenio bilateral entre EEUU y España, con sus representantes en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento de Andalucía, reivindicando que se cumplan los derechos de los trabajadores de la misma”.
En este punto, la franquicia local del partido de Albert Rivera no está de acuerdo con la inclusión del conflicto laboral de los trabajadores del aeropuerto de la base “como excusa para renegar de la economía que genera la misma”. Gilberto Bernal ha dejado claro que “desde Cs lucharemos para que se cumpla el convenio bilateral y lo firmado, y así se lo estamos exigiendo al Gobierno del Rajoy, pero de ahí a pedir el desmantelamiento de la base o que se afirmen que tiene poca repercusión económica en la localidad, hay un trecho y una clara muestra del desconocimiento de la situación económica de Rota”.
El coordinador local de Ciudadanos insiste en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz en que “no llevamos ni un año ni dos con la base como parte de la localidad, siendo admirable la convivencia entre los roteños y los visitantes militares españoles y americanos, por lo que aquellos que se enfrentan a ellos, se están enfrentando a la cultura y la historia de gran parte de los roteños”.
Bernal concluye enviando lo que considera un “mensaje positivo” a la población norteamericana en la Villa: “Rota is my home, Rota is your home. You are always wellcome”, en relación a la frase de los manifestantes “Yankis go home”.
MÁS DE 60 AÑOS ‘JUNTOS’
La base roteña comienza a construirse en abril de 1955, sobre 2.400 hectáreas en una zona de costa entre los términos municipales de Rota y El Puerto, frente a la Bahía, a 90 kilómetros del estrecho de Gibraltar. Está rodeada valla metálica y una carretera de circunvalación de 26 kilómetros de perímetro.
El convenio de Defensa y ayuda Económica Mutua fue firmado por los gobiernos de España y los EEUU el 26 de septiembre de 1953 –en pleno franquismo- con una vigencia inicial de 10 años, que sería sucesivamente prorrogado hasta ahora, que se prolonga anualmente. Uno de los puntos de este primer acuerdo es el establecimiento en el territorio español de un sistema de bases permanentes de uso conjunto pero bajo mando español. Sin embargo, en el mismo texto se reconoce la existencia de zonas de uso exclusivo de EEUU que, en la práctica, se han convertido en zonas secretas cuya utilización es desconocida para los mandos españoles de las bases. Hace unos años se ha modificado para permitir el despliegue de cuatro destructores de la Marina estadounidense, integrando esta instalación compartida por ambos países en el cuestionado escudo antimisiles de la OTAN, que se ‘vende’ como un presunto bien económico y social para la Bahía de Cádiz, mientras se esconde que convierte un poco más a la zona en objetivo militar.
Desde 1984 se lleva a cabo anualmente esta manifestación, un proyecto-reivindicación de los movimientos pacifistas, sindical, feminista, político de la izquierda de Andalucía que tuvo su eclosión en 1986 coincidiendo con el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. Otros momentos claves fueron 1991, durante la primera Guerra del Golfo (con el envío de unidades españolas a la zona y el momento álgido de la campaña de insumisión); 1997, cuando el primer gobierno Aznar decide que el Estado español ingrese en la Estructura Militar Integrada de la Alianza Atlántica, violando así el resultado del referéndum de 1986; y 2003, con el inicio de la invasión militar de Irak por parte de EEUU y Reino Unido.