Como de casa, conocido: sabía la altura que tomaba el chorreo al peatón, al ver la velocidad de aproximación de los vehículos. Cosas del aburrimiento, posiblemente la mía y de la desidia y el hacer por hacer, gastar por gastar sin que nadie compruebe que la obra, el dinero de los gaditanos se gasta correctamente. Ahora, hoy tras una inspección el domingo en la que un señor movió la cabeza como diciendo “esto es una mierda, hay que abrir de allí para acá”, han llegado los obreros, con la presteza que da una obra asignada sin concurso y carácter de urgencia… ¿Qué hago sin mi charco? DIARIO Bahía de Cádiz
(FOTO / TEXTO: Eulogio García)
hía de Cádi
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