La plantilla del servicio marítimo regular de viajeros de la Bahía de Cádiz exige a la concesionaria “soluciones inmediatas” a los incumplimientos del convenio colectivo así como a la “mala calidad” del servicio que se viene realizando. Si no hay cambios, se amenaza con presionar con “las medidas necesarias”, o sea, paros y huelga.
Este servicio de catamaranes que depende del Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz (enlazando la capital con El Puerto y con Rota) es el único con estas características que se presta en el ámbito andaluz. En funcionamiento desde 2006, y a punto de cumplir 15 años prestando servicio (sin modificaciones, aunque en su momento se llegó a hablar de otras líneas hasta Puerto Real o San Fernando), la movilidad asociada a este modo de transporte público ha superado los 6,2 millones de viajeros, con importante acogida en periodos como carnavales o durante eventos veraniegos; y un parón casi total durante los meses más duros de pandemia.
El Consorcio de Transportes anunciaba el pasado mayo que el servicio recuperaba salidas tras el estado de alarma, y al tiempo, que sacaba a licitación la explotación del mismo por hasta 4,2 millones de euros (para un plazo de tres años, con la posibilidad de prórroga de una anualidad más). El vigente contrato, bajo la modalidad de gestión interesada, se encuentra en fase de prórroga hasta que el nuevo contratista se haga cargo. Actualmente está en manos de Socibus (que también gestiona la estación de autobuses de Cádiz).
En este contexto, UGT denuncia en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz la falta de personal, “reducido a la mínima expresión”, lo que está conllevando “una escasa calidad en el servicio al usuario, al tener que realizar los trabajadores en ocasiones tareas que no les corresponden o para las que no tienen la formación adecuada, lo cual repercute en una disminución en la efectividad del servicio”. Así, en ocasiones se quedan viajeros en tierra ante la imposibilidad de absorber el flujo de gente que desean sacar billete,
Asimismo, “no existe para cada operación una figura específica que controle el acceso desde la embarcación, poniéndose en riesgo el embarque y desembarque de los pasajeros”.
En otro orden de cosas, la plantilla advierte del lamentable estado de las embarcaciones tras sus 15 años de servicio, y de la dejadez en el mantenimiento de las mismas, “al carecer éstas, entre otras cosas, de aire acondicionado tanto para el pasaje como para el personal de abordo”.
Entre las denuncias, UGT asegura que la actual concesionaria “viene retrasando los pagos de nóminas, y las entregas de las mismas, hasta fechas superiores a las marcadas en convenio, así como liquidando una cantidad inferior a la que corresponde por la llamada paga de vinculación; incumpliendo así el convenio colectivo de aplicación”.
Y frente a ello, el Consorcio de Transportes, que depende principalmente de la Junta de Andalucía, “parece hacer la vista gorda, al no advertir en la reducción de personal que la empresa ha efectuado para este verano, a pesar de la afluencia disparada de pasaje que se viene produciendo desde hace unos meses”. “Como entidad pública, debe apostar por la creación y el mantenimiento del empleo, y no poner en bandeja la posibilidad de reducción de plantilla al exigir al operador un menor número de servicios a cubrir”, apostilla este sindicato.