Delegados de diferentes empresas auxiliares del sector aeronáutico en la Bahía de Cádiz han trasladado su apoyo expreso a los compañeros de las empresas auxiliares del sector naval, movilizados desde hace unos días, logrando paralizar prácticamente los astilleros de Puerto Real y San Fernando.
“Vivimos en una tierra demasiado castigada por la precariedad y el desempleo, donde todos debemos defender como si de una trinchera se tratara cada puesto de trabajo, cada derecho social y cada servicio público… no queremos aspirar únicamente a ser ‘mayordomos vacacionales’ de quienes sí se puedan permitir disfrutar de nuestra tierra”, subrayan en su comunicado conjunto representantes de las plantillas de Kuehne Nagel, Moncobra, Ferrovial, Eulen e Intec Air.
Al respecto, trabajadores de estas contratas del sector aerospacial gaditano subrayan como en los últimos días “estamos viendo con estupor como medios de comunicación, empresarios, la alcaldesa de Puerto Real y San Fernando, e incluso el propio comité de Navantia criminalizan a los compañeros de la industria auxiliar en Matagorda por las acciones que este colectivo de forma legítima y asamblearia están llevando a cabo”.
Desde el lunes, la Coordinadora de Profesionales del Metal de la Bahía de Cádiz promueve la paralización de la actividad en el astillero puertorrealeño y el de La Isla hasta que “se readmita a los trabajadores despedidos como represalia” tras las protestas de hace unos días; varios de ellos han acampado en la entrada a Matagorda. De este modo, a la demanda de carga de trabajo “digna” y al cumplimiento del convenio, se suma ahora esta exigencia. En paralelo, la Federación de Empresarios del Metal de la provincia (Femca) ya ha amenazado con un cierre patronal.
“Todos en la Bahía somos conscientes de las condiciones laborales en las empresas auxiliares del sector naval, jornadas de 12 horas de lunes a domingo, incumplimientos sistemáticos y flagrantes del convenio, amenazas constantes, represión, contratos por horas, nula Prevención de Riesgos Laborales, etc.”, aseveran estos trabajadores del sector aeronáutico en un nota; y por ello, entienden que apoyar a los compañeras de la Coordinadora del Metal “y por ende a todos los trabajadores que de forma histórica han decidido decir basta a estas condiciones de semiesclavitud” es “una obligación de todas las organizaciones sindicales, independientemente de las siglas de estas”.
Esta situación de precariedad laboral extrema, se añade, “se viene forjando desde hace décadas, con el silencio cómplice de quienes deberían haberle puesto freno hace tiempo y ahora se rasgan las vestiduras en los medios por el hartazgo y rebeldía de los trabajadores de las contratas, trabajadores que literalmente en demasiadas ocasiones se dejan la vida en el puesto de trabajo”.
En este punto, se compara la situación con el sector aeronáutico: “tenemos la fortuna de contar con unos compañeros en la empresa matriz (Airbus) que históricamente han defendido y apoyado el cumplimiento íntegro de los convenios, así como el acompañamiento a los trabajadores en los distintos conflictos en los que nos hemos encontrado envueltos las diferentes empresas auxiliares”. Es por ello “por lo que sabemos perfectamente que es posible y obligatoria otra actitud por parte del comité de Navantia de Puerto Real, y como compañeros incluso de sindicato (CCOO) así se lo exigimos de forma rotunda”.
“AHORA NOS TOCA A NOSOTROS PELEAR”
Estos delegados de empresas auxiliares del sector aeronáutico en la provincia terminan reflexionando que “en nuestra tierra somos conocedores de la historia de luchas históricas del sector naval; todos tenemos algún familiar que participó en esas batallas campales por las calles de Cádiz y Puerto Real, todos tenemos historias propias de lavadoras volando, pelotas de goma y demás… Es nuestra historia y estamos orgullosos de nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, pues gracias a ellos los astilleros a día de hoy no son un ‘resort’, y la Bahía otro ‘Benidorm’”.
Así, sentencian que “ahora nos toca a nosotros pelear por el pan de muchas familias, con más precariedad, más incertidumbre, más miedo, pero con la misma determinación que nuestros padres; no queremos aspirar únicamente a ser ‘mayordomos vacacionales’ de quienes si se puedan permitir disfrutar de nuestra tierra”.