Si hace 25 años parecía inevitable que el destino de las salinas y marismas de la Bahía de Cádiz era su desecación y su urbanización, con la declaración en 1989 del Parque Natural se invirtió esta tendencia permitiendo que el paisaje singular formado por los caños y esteros “siga más vivo que nunca y pueda ser conocido y disfrutado por vecinos y visitantes”. Al respecto, el campus de la UCA de Puerto Real ha acogido unas Jornadas Participativas del XXV aniversario del Parque, en las que se ha analizado en ponencias y mesas redondas el pasado, presente y futuro de un espacio protegido que “tiene unos valores que no tienen nada que envidiar a Doñana”.
Si hace 25 años parecía inevitable que el destino de las salinas y marismas de la Bahía de Cádiz era su desecación y su urbanización, con la declaración del Parque Natural se invirtió esta tendencia permitiendo que el paisaje singular formado por los caños y esteros característicos de la zona “siga más vivo que nunca y pueda ser conocido y disfrutado por vecinos y visitantes”.
Al respecto, el campus de Puerto Real de la Universidad de Cádiz ha celebrado los días 20 y 21 las Jornadas Participativas del XXV aniversario del Parque Natural Bahía de Cádiz. Esta iniciativa, que contaron con la organización de la UCA y de la consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, ha analizado en ponencias y mesas redondas especializadas el pasado, presente y futuro de un “espacio protegido para la sostenibilidad y el bienestar humano”, como sintetiza su epígrafe.
De este modo, entre el jueves y el viernes, el salón de actos de la Facultad de Ciencias de la UCA acogía distintas sesiones donde se abordaron los retos actuales del Parque: la interpretación de su entorno como un espacio sociológico, la identificación y difusión de los requisitos de la sostenibilidad del bienestar humano en su ámbito; la creación de un espacio de reflexión en la búsqueda de claves para mejorar la gobernanza del territorio o la asunción de la participación en la gestión como un asunto de interés público.
Precisamente, el campus universitario del Río San Pedro suma, a sus potencialidades académicas y científicas, la singularidad de su ubicación al estar situado en pleno espacio protegido, en pleno Parque Natural Bahía de Cádiz. Esta extraordinaria especificidad en el mapa de las universidades españolas ha motivado que la UCA haya elaborado en los últimos meses documentación técnica para solicitar a las administraciones la distinción de Campus Natura con la finalidad de estrechar y potenciar aún más la relación de este campus universitario y el parque donde queda asentado.
DE VERTEDERO A PARQUE NATURAL
Para poder hacer una valoración de lo que supuso la declaración del Parque Natural Bahía de Cádiz hace 25 años resulta necesario recordar la situación en la que se encontraba este espacio en 1989. Las salinas y marismas que rodean a los núcleos urbanos de la Bahía (Cádiz, San Fernando, Puerto Real, Chiclana de la Frontera y El Puerto de Santa María) fueron objeto desde mediados del siglo XX de un proceso de abandono y degradación de su paisaje y de sus valores naturales. Fue la época de los rellenos constantes de salinas para albergar otros usos (crecimiento de las ciudades, polígonos industriales, vertederos de basuras…). Este proceso se desarrolla hasta finales de la década de los 80 cuando se dan dos hitos fundamentales: la aprobación de la Ley de Costas en 1988 y la declaración del Parque Natural Bahía de Cádiz en 1989.
La declaración del Parque Natural supuso un freno al proceso de deterioro ambiental que sufrían las salinas y marismas características de este paisaje y el inicio de su recuperación. Posteriormente se lograría la erradicación de las chatarrerías y escombreras que se distribuían por toda la orla perimetral de parque natural. “Comienza la historia de lo que pudo ser un vertedero y hoy es un Parque Natural”, se resalta en el dossier remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
No se trata de parque al uso sino que sus singularidades le confieren un carácter diferente al resto de los cinco parques de la provincia gaditana. Es en Parque Natural que abarca más de 10.500 hectáreas dentro de un área metropolitana. De hecho, los ciudadanos salen de su casa y entran en el Parque; que se lo digan a los vecinos de San Fernando. No son bosques ni montañas, pero posee valores naturales y paisajísticos sobresalientes.
LOGROS DE ESTOS 25 AÑOS
En estos 25 años de Parque Natural Bahía de Cádiz se resalta el impulso para la recuperación de las salinas y la apuesta por la acuicultura. Actualmente existen nueve salinas en funcionamiento y siete granjas marinas. Esta recuperación con criterios ambientales ha supuesto además que se incremente la biodiversidad existente en ellas generando por tanto no sólo un beneficio económico sino que estos espacios se conviertan en refugio para miles de aves.
También es destacable el trabajo realizado para determinar la importancia de esta zona para las aves. Se han sistematizado los censos con unos resultados que ponen de manifiesto la relevancia internacional de este espacio para muchas especies (avoceta, el charrancito, el chorlitejo patinegro, la espátula y el águila pescadora) que en la actualidad han consolidado su nidificación en este espacio. El reconocimiento internacional llegó con la inclusión de la Bahía de Cádiz como Humedal de Relevancia Internacional. Actualmente hay en el Parque unas 80.000 aves de 60 especies diferentes.
Por otro lado, se ha cambiado la percepción de los ciudadanos y administraciones del Parque Natural como un espacio carente de valor, vacío, que sólo servía para implantar infraestructuras. “La gente ya sabe que se trata de un espacio valioso. Se ha consolidado la marca PN Bahía de Cádiz”, consideran desde la Junta, que recuerda la importante red de equipamientos de uso público que ya posee: siete senderos (entre los más visitados de Andalucía), siete observatorios de aves, tres miradores, un jardín botánico y el centro de visitantes de San Fernando.
Además, bajo el paraguas del Parque se han creado centros gestionados por terceros como el Parque Metropolitano de Los Toruños, el Centro de Recursos Ambientales Coto de las Isleta o el Centro de Recursos Ambientales Salinas de Chiclana. Considerando todos estos equipamientos de uso público, el número de usuarios del Parque Natural se sitúa en torno al medio millón de personas.
LOS RETOS
Pero no todo ha podido considerase positivo a lo largo de estos años. Entre las asignaturas pendientes están: la ordenación e incrementar la rentabilidad socioeconómica del marisqueo; seguir trabajando frente al alto grado de abandono de las fincas salineras y acuícolas; conseguir la colaboración de Ministerio de Medio Ambiente y ayuntamientos para recuperar el extraordinario patrimonio cultural del Parque; y trabajar día a día en la vinculación e identificación que la población metropolitana tiene con este espacio natural.
Actualmente el trabajo de la Junta de Andalucía en el Parque se centra en la potenciación del desarrollo sostenible mediante actividades compatibles en el ámbito del parque natural. En este sentido acuicultura, producción de sal y ecoturismo, son los tres pilares sobre los que se trabajan para fortalecer el papel socioeconómico del Parque Natural Bahía de Cádiz. Aquí se producen millones de toneladas de pescado que se exportan a medio mundo, se persigue que la sal pase a considerarse producto agroalimentario y no minero, y la potencialidad del parque como referente nacional de turismo ornitológico sigue latente.
“El Parque Bahía tiene unos valores que no tienen nada que envidiar a Doñana, la situación estratégica del parque rodeado de ciudades, cercano al aeropuerto de Jerez, al puerto de Cádiz al que llegan miles de cruceristas, lo convierten en un espacio envidiable. El futuro de los próximos 25 años depende del valor que le demos a este lugar singular y de la capacidad que tengamos todas las administraciones (Ministerio de Medio Ambiente, Junta y ayuntamientos) para defender lo que puede ser nuestro mayor valor añadido”, sentencian desde el Gobierno regional.
Vaya por delante que soy un enamorado del Parque Natural, y sobre todo de nuestro Río San Pedro y la Algaida de Puerto Real. El trabajo realizado en estos años ha sido realmente bueno. Pero quiero pensar que en estas jornadas que acaba de celebrar la UCA habrá habido voces que hayan reclamado la reparación del destrozo y la retirada de la suciedad (sobre todo restos de obras) que la adecuación del tramo de carretera y el acerado en esta zona de universidad frente al CASEM junto al al pabellón deportivo han dejado. De la misma manera la Universidad debe ser la que termine de hacer las cosas bien hechas, y retirar todos los escombros y materiales de desecho que ha dejado desparramados a un lado y otro de la nueva la Universidad de Ingeniería. Los Puertorrealeños y Puertorrealeñas queremos a la universidad, hagan lo por el bien de todos.