Una semana después de permitirse la reactivación de ciertas actividades no esenciales (principalmente industria y construcción), en el marco del estado de alarma decretado en España por la crisis sanitaria del coronavirus, Navantia ha decidido poner en marcha la recuperación de la actividad en sus astilleros (incluyendo los tres que tiene en la Bahía, en Cádiz, San Fernando y Puerto Real); eso sí, “priorizando la garantía de seguridad y salud laboral, tanto para la plantilla como para las industrias colaboradoras”, tal y como, asegura, lo había hecho desde el inicio de la pandemia.
La empresa estatal anunciaba nada más declarar el Gobierno central el estado de alarma, a mediados de marzo, la suspensión de la actividad tanto en las plantas gaditanas, como en el resto; en estas semanas sólo han acudido a los centros el personal imprescindible para labores de mantenimiento, mientras se ha tratado de mantener, por teletrabajo, aquellas actividades que no requieren presencia física.
De cara a la reapertura de los astilleros, en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se apunta que se ha elaborado un protocolo corporativo de Seguridad y Salud Laboral, siguiendo las pautas establecidas por el Ministerio de Industria y el Ministerio de Sanidad, con el objetivo de determinar las medidas de control necesarias antes y durante la reanudación de la actividad. Sirve como punto de partida para afrontar los cambios que se pudieran producir en los diferentes escenarios, los cuales serán sometidos a consulta en el Comité Intercentros, y en el caso de que hubiese que añadir alguna medida concreta en un centro de trabajo, se debatirá en los Comités Centrales de Seguridad, Salud Laboral y Medio Ambiente de cada centro y se trasladará al Comité de Seguimiento de Covid-19.
En primer lugar, Navantia sigue promoviendo las medidas de flexibilidad y trabajos en remoto para todos aquellos procesos que sean posibles cuando las funciones y recursos técnicos así lo permitan. Se facilita el uso de herramientas online, se suspenden las actividades de formación y se aconseja evitar los viajes.
Cuando la presencia en el puesto de trabajo sea necesaria, la empresa estatal asegura que garantizará a todos los Equipos de Protección Individual (EPI) y les informará de sus uso adecuado y responsable (las mascarillas y los guantes se deberán usar atendiendo a las directrices de la OMS, Ministerio de Sanidad y autoridades competentes).
Por su lado, los Comités de Emergencia de cada astillero organizarán la entradas y salidas, que serán escalonadas en franjas horarias para evitar aglomeraciones, a lo que se sumarán las señalizaciones y dispositivos necesarios para garantizar la distancia de 2 metros entre personas. A este respecto, Seguridad Industrial reforzará las medidas de vigilancia para garantizar el cumplimiento del distanciamiento. Del mismo modo, se llevará a cabo un control de la temperatura corporal en todos los accesos a las instalaciones, y en el transporte colectivo se mantendrá la misma distancia de seguridad, para lo que se garantiza un número suficiente de autobuses, a la vez que unas estrictas medidas de limpieza y desinfección.
En cuanto a la limpieza diaria y desinfección de los puestos de trabajo y zonas comunes, se realizará al finalizar cada turno de trabajo, en teclados, pantallas táctiles, ratones, pomos de puertas, interruptores, barandillas, máquinas de vending, talleres, inodoros, vestuarios… Además, se favorecerán las prácticas de autolimpieza de los equipos, tanto personales como compartidos.
El uso de espacios comunes también estará controlado por señalizaciones en el suelo marcando las distancias de seguridad, y los vestuarios contarán con un acceso organizado, una ventilación adecuada y la presencia fija del personal de limpieza durante los horarios de entrada y salida, con el fin de garantizar una correcta desinfección.
Por último, y para velar por la salud laboral, Navantia va a determinar un listado de trabajadores especialmente sensibles, en función de la información sobre patologías y condiciones de salud que aportan las autoridades sanitarias, y les garantizará el trabajo remoto siempre que sea posible, una adaptación de su puesto si esto no fuera posible, o una incapacidad temporal si la patología lo requiere
Los astilleros de Cádiz, Puerto Real y San Fernando actualmente llevan a cabo trabajos de reparación de cruceros, de construcción de plataformas eólicas y sobre todo se ejecutan las controvertidas corbetas para Arabia Saudí. Antes de la suspensión de la actividad entraban cada día en ellos unos 1.500 empleados propios, y muchos más de contratas.