La asociación Hispania Nostra ha incluido las casas salineras de la Bahía de Cádiz en su llamada ‘Lista Roja del Patrimonio’ “por el riesgo de derrumbe que presentan”. Se trata de 140 casas datadas entre los siglos XVIII y XIX que dan fe de la pujanza de esta industria en la zona durante esa época, pero que se encuentran ahora “en un estado ruinoso”. “Su futuro, dado que carecen de protección legal y la mayoría son de propiedad privada, se presenta muy oscuro”, se advierte.
La asociación Hispania Nostra ha incluido las casas salineras de la Bahía de Cádiz en su llamada ‘Lista Roja del Patrimonio’ “por el riesgo de derrumbe que presentan”. Se trata de 140 casas datadas entre los siglos XVIII y XIX que dan fe de la pujanza de esta industria en la zona durante esa época, pero que se encuentran ahora “en un estado ruinoso”.
Esta ‘Lista Roja del Patrimonio’ (AQUÍ) recopila aquellos elementos del patrimonio cultural del país que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, “al objeto de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración”.
Los orígenes de la explotación de las marismas gaditanas fueron fenicios, que cambiaban sal por plomo y estaño y otros productos manufacturados, según Estrabón. También los romanos extrajeron sal y aún se conservan los restos de alguna de sus estructuras.
Curiosamente y a pesar de su potencial, sólo comenzaron a ser transformadas con cierta intensidad desde el siglo XVIII, en un proceso cuya culminación pareció producirse en la segunda mitad del XIX. Las salinas constituyeron una de las industrias claves de la Bahía, y mantuvieron una importancia estratégica en la economía de los pueblos de la zona hasta bien entrado el siglo XX.
A causa de lo dificultoso de los desplazamientos en el medio, fue surgiendo sobre estas llanuras una diversidad de casas dispersas, de reducidas dimensiones, que significaron muy pronto un elemento fundamental en la configuración de su paisaje, un rasgo visible que manifestaba, más que ningún otro hecho, la ocupación que los hombres estaban realizando de estas superficies anegables. En ellas vivían los salineros y sus cuadrillas. Estas casas y sus formas derivan de una actividad, de modo que desaparecida ésta, cayeron en el abandono y en la ruina.
“Ello no quita que deban ser protegidas y conservadas como elementos del patrimonio industrial, paisajístico, etnográfico y arqueológico aunque su futuro, dado que carecen de protección legal y la mayoría son de propiedad privada, se presenta muy oscuro. Su avanzada y rápida degradación nos hará perder una importante seña de identidad de aquella Bahía”, lamentan desde Hispania Nostra en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Las casas tenían una zona de habitación, cuadras para las caballerías de labor y de transporte, almacén para aperos y todas contaban con un aljibe para agua dulce. Sin apenas cimentación, estaban dotadas de contrafuertes para darles solidez. La dificultad del transporte de materiales de construcción hizo que se levantaran con piedra ostionera y sus fachadas estaban cubiertas con numerosas capas de encalado. Algunas llegaron a tener patio.
Sólo hay un pequeño número de casas salineras restauradas y conservadas y muy pocas en explotación. La mayoría se encuentra en distintos grados de ruina por abandono. Parte de estas casas abandonadas es irrecuperable.
La asociación Hispania Nostra es una asociación no lucrativa, declarada de utilidad pública, constituida en 1976 con la finalidad de defender, salvaguardar y poner en valor el patrimonio cultural español, en el entorno de participación de la sociedad civil. Se trata de la única asociación que vela por el patrimonio a nivel estatal.
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Gracias por ese magnífico titular. La Lista Roja es exactamente una forma de proteger ese patrimonio que se nos va, difundiendo su existencia y concienciando a los ciudadanos sobre su valor.
Carlos Morenés. Vicepresidente ejecutivo de Hispania Nostra