La Asamblea Ciclista Bahía de Cádiz estudia elevar al Defensor del Pueblo Andaluz la vía ciclista paralela al futuro tranvía metropolitano, conectando Chiclana, San Fernando y Cádiz. Proyecto ya culminado, tras una inversión de 1,8 millones, y presentado días atrás como “una alternativa sostenible a los desplazamientos a motor con fines laborales”. Sin embargo, este colectivo evidencia que “la realidad dista mucho de ese concepto debido a la enorme cantidad de errores de diseño que presenta”.
La Asamblea Ciclista Bahía de Cádiz estudia elevar al Defensor del Pueblo Andaluz y a organismos europeos (al contar con fondos de la UE) la ejecución de la vía ciclista paralela a la línea 1 del futuro tranvía metropolitano, conectando Chiclana, San Fernando y Cádiz.
Una infraestructura en la que se asegura que se han invertido unos 1,8 millones de euros, y que la delegación territorial de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, en una reciente comparecencia ante los medios junto al Ayuntamiento isleño, presentaba como “una alternativa sostenible a los desplazamientos a motor con fines laborales”. Sin embargo, para este colectivo, “la realidad dista mucho de ese concepto debido a la enorme cantidad de errores de diseño que presenta, teniendo un carácter más deportivo y de ocio que otra cosa”.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se insiste en que la apuesta “por un cambio real hacia una movilidad sostenible” pasa por, entre otros objetivos, “crear infraestructuras ciclistas de calidad, diseñadas bajo buenos criterios técnicos”. Sin embargo, se entiende, “el dinero comunitario se está malgastando en una red ciclista que incumple los criterios mínimos de calidad y que no permite su uso como vía de transporte sino sólo como algo deportivo o de ocio”. Y se la reprocha a la Junta que no tener más en cuenta a los colectivos ciclistas, “que están demostrando mayor capacidad y criterio que los técnicos que tienen a cargo estos proyectos”.
En concreto, esta vía ciclista vinculada al tranvía de la Bahía de Cádiz “contiene un cúmulo de despropósitos técnicos”. La Asamblea Ciclista Bahía de Cádiz destaca algunos de ellos, partiendo del cambio de trazado del proyecto original, “ilógico y en absoluto justificado”, que obligará a los ciclistas a realizar casi tres kilómetros de más (ciclistas de la zona sur de San Fernando que quieran desplazarse a Cádiz, y que tendrán que ir primero hasta Bahía Sur, para luego retroceder, o ciclistas de la capital que quieran desplazarse hasta Camposoto, por ejemplo).
De este modo, el proyecto inicial contemplaba el trazado más directo entre las localidades vecinas de San Fernando y Cádiz: una conexión a la altura de la Ardila, que salvaba la autovía mediante un voladizo que se añadía a la infraestructura creada desde hace años para el tranvía, en el conocido como ‘salto del carnero’. Finalmente, la Junta desechaba esta idea por no recibir la autorización del Ministerio de Fomento por “razones de seguridad” para el tráfico de la CA-33 (durante la ejecución de este añadido a la infraestructura) y los propios ciclistas.
Por otro lado, en el proyecto ejecutado existe un “exceso de invasión del espacio peatonal para crear aceras bici”, en lugar de restarle espacio a la calzada, tal y como recomienda el propio Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB).
También se critica que al menos 300.000 euros de esta inversión total se ha gastado en reponer la solería de la calle Real de La Isla –en lamentable estado poco tiempo después de la obra del tranvía-, en dos kilómetros “por los que no va ninguna vía ciclista y que se podían haber aprovechado para hacer un auténtico carril bici por alguna avenida paralela”. De la misma forma se han utilizado estos fondos “para gastos que no son en realidad una vía ciclista, como la sustitución de farolas en el acceso a Bahía Sur”.
Asimismo se evidencia que muchos kilómetros de ciclo-senda recorren “una superficie nada apta para bicicletas urbanas”, y que en la práctica restringen su uso a bicicletas de montaña o MTB. Se trata de los tramos interurbanos entre Chiclana y San Fernando y sobre todo camino de la capital.
Y la Asamblea Ciclista también señala zonas “inconexas” de la vía ciclista, como el tramo final de la calle Real, a la altura de la Venta Vargas con la zona ferial, o el enlace inexistente con los carriles bicis municipales en la Avenida Poeta Rafael Alberti. “Por cierto, aceras bicis municipales que además incumplen sistemáticamente la normativa de accesibilidad y los criterios mínimos de seguridad exigidos para una vía ciclista, con lo que la continuidad de la vía es muy dudosa”, se apostilla.
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