La Universidad de Cádiz ha recibido de manos del delegado territorial de Medio Ambiente la simbólica llave de la nueva puerta de cierre de las Salinas de la Esperanza, en el término municipal de Puerto Real. Se trata de la primera de las ocho puertas previstas en las salinas del Parque Natural Bahía de Cádiz. La Junta ha proyectado, en colaboración con la UCA, la mejora de este espacio protegido y su conexión para potenciar su atractivo económico y turístico.
La Universidad de Cádiz ha recibido de manos del delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, Federico Fernández Ruiz, la simbólica llave de la nueva puerta de cierre de las Salinas de la Esperanza, en el término municipal de Puerto Real. El Vicerrector de Investigación de la UCA, Casimiro Mantell, ha sido el encargado de recepcionarla. El acto contó con la presencia de los directores generales de Investigación y de Relaciones Institucionales de la UCA, Javier Benavente y Salustiano Martínez, respectivamente, así como de Antonio Gómez, director conservador del Parque Natural Bahía de Cádiz, y de Felipe Oliveros, jefe de servicios de Espacios Protegidos en la provincia.
Se trata de la primera de las ocho puertas previstas en las salinas del Parque Natural Bahía de Cádiz. Una acción que se incluye dentro un proyecto integral de recuperación y mejora de la conexión de estos espacios protegidos para potenciar su atractivo económico y turístico en la zona, que se desarrollará a lo largo de los próximos meses y que cuenta con un presupuesto de 250.000 euros.
Junto a la investigación y transferencia de resultados al tejido socioeconómico del entorno, otro aspecto importante en la recuperación de las salinas tradicionales de la Bahía es la divulgación entre la ciudadanía de este conocimiento. Un objetivo que comparte la UCA con el proyecto de la consejería de Medio Ambiente de puertas del Parque Natural, diseñado para conectar este espacio protegido de la red ecológica Natura 2000 con las áreas metropolitanas colindantes.
La finalidad de la administración autonómica es acercar a la ciudadanía este enclave natural, facilitando su acceso y haciéndolo más visible, al ubicar de forma estratégica ocho puertas de entrada en los cinco municipios que conforman este espacio declarado Zona Especial de Conservación (ZEC) y Zona de Especial Conservación para las Aves (ZEPA): Cádiz, San Fernando, El Puerto de Santa María, Chiclana y Puerto Real. Esta decisión está sustentada en datos: los espacios protegidos de la provincia suman unas 39.000 visitas anuales, del total de 285.000 de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA). Una tendencia creciente de la que podrían aprovecharse los espacios salineros.
En opinión del vicerrector de Investigación de la UCA, “se trata, sin duda, de unas llaves para la esperanza, nunca mejor dicho, que forman parte de un proyecto integral para la mejora de este espacio protegido y su conexión con los municipios donde se asienta, así como para la recuperación del sector salinero tradicional y el impulso de proyectos de investigación y divulgación de este conocimiento milenario por parte de la Universidad de Cádiz. Un sector que forma parte destacada de nuestro proyecto de la Economía Azul en Andalucía”.
Además, en este proyecto de puesta en valor y mejora de la conexión de las salinas de la Bahía de Cádiz tienen un destacado papel los sectores económicos del enclave (salinas, piscifactorías, establecimientos de restauración y empresas de turismo activo, etc.). Por este motivo, las puertas se colocan en las principales zonas de contacto entre cada población y la marisma con el objetivo de visibilizar el tránsito del espacio urbano al natural, además de facilitar su uso, permitiendo la movilidad sostenible entre diferentes localidades a través del parque (a pie, en bicicleta, a caballo) en conexión con la red de equipamientos de uso público del espacio protegido con las terminales de transporte público.
En cuanto a su diseño, se recrean las tradicionales puertas salineras para su plena integración en el entorno. A su vez, se señalizarán todos los puntos de acceso recomendados del Parque a través de sus senderos dentro de una compleja red de caños, esteros y marismas. En una primera fase, se colocarán cinco de estas puertas. Asimismo, las principales dispondrán de un mirador para que los visitantes dispongan de una buena perspectiva para disfrutar de este singular paisaje.
EL PAPEL DE LA UCA EN LA RECUPERACIÓN DE LAS SALINAS
En las últimas décadas, la Universidad de Cádiz recuerda en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz que ha desarrollado diversas actuaciones encaminadas a la recuperación de las salinas artesanales ante la pérdida de valores culturales, económicos y ambientales que el abandono de estas instalaciones estaba produciendo en el Arco Atlántico y, más concretamente, en la Bahía de Cádiz. En este contexto, la UCA, a través del Grupo de Conservación de Humedales Costeros ha liderado el proyecto INTERREG SAL para la revalorización de las salinas artesanales, la mejora de su interés biológico, su rehabilitación y explotación, la organización y estructuración de la profesión de salicultor, el reconocimiento y revalorización de la sal tradicional producida en las zonas de Espacio Atlántico, la puesta en valor turístico del sector o la apuesta por una gestión integrada y sostenible.
Este trabajo conjunto de años ha permitido que la UCA sea la titular de los derechos concesionales de las Fincas Salinas de la Esperanza, que comprenden terrenos con naturaleza de dominio público marítimo terrestre en donde ha desplegado distintas acciones de explotación de sal artesanal y de flor de sal, desarrollo de actividades de educación ambiental y ecoturismo, impulso de acciones de investigación y conservación de la biodiversidad, entre otras. Una actividad que ha permitido la realización de proyectos de investigación, tesis doctorales, seguimientos de avifauna, muestreo de macro y macroinvertebrados, acciones de manejo y restauración de la marisma salinera, campos de trabajo, voluntariados, actividades de difusión, revalorización de aspectos culturales, económicos y medioambientales de la marisma salinera, etc.
Durante el primer mes, la cooperativa que gestiona y mantiene las Salinas de la Esperanza ha producido más de 40 toneladas de sal virgen y más de 32 toneladas de flor de sal. En este mismo periodo de tiempo, ha sido visitada por más de un centenar de personas (tanto nacionales como extranjeras) que han participado en actividades relacionadas con la explotación tradicional y con el avistamiento de aves.
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