El consejo de la SEPI ha nombrado como nuevo presidente de Navantia al gallego Esteban García Vilasánchez, que cuenta con “una amplia experiencia en el sector naval”. Tendrá como primer reto el nuevo Plan Industrial de la empresa estatal. Releva a José Manuel Revuelta, en el cargo desde hace cinco años quien dice que “ha cerrado una etapa”. CCOO valora este cambio, ya que Revuelta “ha llevado a la compañía a una de las etapas más críticas, desoladoras y vergonzantes”.
El consejo de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) ha nombrado como nuevo presidente de Navantia al gallego Esteban García Vilasánchez, que cuenta con “una amplia experiencia en el sector naval” y era anteriormente el director de Programas. Releva en el cargo a José Manuel Revuelta.
García Vilasánchez inició su carrera profesional en 1990 en el área Off-Shore de esta misma empresa pública, alcanzando en 2004 el puesto de director de Reparaciones de Ferrol-Fene. En 2009 fue nombrado director del astillero de construcción naval de Ferrol-Fene interviniendo en el programa de fragatas para Noruega, las fragatas F100 y el LHD Juan Carlos I para la Armada española y el programa LHD para la Armada australiana. En 2012 fue nombrado director Industrial y posteriormente director de Programas, cargo que ha ostentado hasta la actualidad.
Según destacan desde la SEPI en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, el flamante presidente de los astilleros públicos –en la Bahía gaditana tenemos tres de ellos, en Cádiz, San Fernando y Puerto Real- deberá abordar el demandado por las plantillas, sindicatos y diversos partidos, nuevo Plan Industrial para Navantia, que por fin está siendo impulsado por SEPI –que tiene el 100% de acciones de la empresa- con la finalidad de “reforzar la eficiencia y sostenibilidad de la compañía, potenciando su impacto sobre las áreas económicas donde se ubican sus astilleros”.
Esteban García reemplaza a José Manuel Revuelta quien llegaba al cargo en abril de 2012 –procedente de la empresa privada, del grupo Cementos Portland, filial de la constructora FCC-, y había solicitado su relevo a la también nueva presidenta de la SEPI, Pilar Platero, al considerar que “había cerrado una etapa” en la que entiende se han conseguido nuevos contratos y promovido un “plan de transformación” que ahora debe consolidarse con el Plan Estratégico para la compañía.
Por cierto, Platero, aprovechando la reciente botadura del BAM que se construye en los astilleros de La Isla, visitó las tres plantas de la Bahía para insistir ante los comités de empresa en que ese Plan Industrial está en marcha.
CCOO APLAUDE CON RESERVA LA LLEGADA DE GARCÍA VILASÁNCHEZ
La Federación de CCOO Industria ha valorado de forma positiva este relevo –se entiende que Revuelta “ha llevado a la compañía a una de las etapas más críticas, desoladoras y vergonzantes”- y lo ve como “una gran oportunidad para reconstruir el destrozo que ha provocado con sus políticas y sus formas de gestionar la empresa absolutamente nefastas”.
“Un cese –continúa este sindicato- que se ganó a pulso por su incompetencia y su despotismo; no en vano tiene en su haber la consecución del reiterado record histórico de pérdidas de la compañía, el destrozo del sistema organizativo y métodos de trabajo, el vergonzante proceso de la negociación y firma del IV Convenio Colectivo anulado posteriormente por el Tribunal Supremo, y el haber sido cómplice, amparando y ocultando actitudes absolutamente indecorosas y obscenas por parte de algunos de sus íntimos colaboradores provocando la ruptura de las relaciones laborales”.
Sobre el nuevo presidente de Navantia, se aplaude que García Vilasánchez sea “un profesional contrastado, con conocimiento del sector y de la propia casa, siendo la primera vez en la historia democrática que esto ha sucedido, y no utilizar a Navantia, una vez más, como centro de recolocación de los amigos del Gobierno de turno”.
No obstante, se pone como pero que Esteban García ya era miembro relevante del comité de dirección bajo el mandato de Revuelta, “y por tanto, corresponsable de la gestión realizada y de las decisiones adoptadas a lo largo de estos últimos cinco años”. “Tendrá que aclarar si estamos ante un verdadero cambio de rumbo de la compañía, o si por el contrario, estamos ante una política meramente cosmética y continuista”, subrayan desde CCOO.
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