El grito de “Airbus Puerto Real no se cierra” ha resonado este miércoles en la enésima movilización frente al temido cierre de la planta, lo que supondría a su vez un pasito más en la sangría que viene soportando el sector industrial de Bahía de Cádiz desde hace años.
En esta ocasión, la plantilla propia y de contratas, arropada por políticos de diferentes partidos (PSOE, Podemos, Adelante, AxSí…), y por los alcaldes de Puerto Real y de Cádiz, Elena Amaya y José María González ‘Kichi’, respectivamente, han partido un poco antes del mediodía desde la factoría en El Trocadero, han cruzado el segundo puente (en autobús) y han caminado hasta la Subdelegación del Gobierno central, en la capital (donde también se han hecho patente las protestas de Navantia Puerto Real, que se queda sin faena en apenas unos meses, y la orden de ejecución del BAM-IS no termina de llegar). Allí no les ha podido recibir el subdelegado, José Pacheco, que durante la mañana se encontraba en Algeciras.
Una marcha convocada por el comité de empresa (en el marco de su nuevo calendario de acciones que se prolongará, al menos, hasta el 2 de julio con diferentes acciones -el 17 de junio contempla otra manifestación desde la antigua factoría CASA en Cádiz hasta la Delegación de Empleo de la Junta-) que se desarrollaba tras una mañana de mucha indignación en la que los trabajadores habían paralizado la producción después de trascender conversaciones de la dirección de la factoría con operarios y mandos dando por hecho el cierre a finales de 2022, y animándoles a trasladarse a la otra planta gaditana de Airbus, la de El Puerto
El comité ha insistido en que la planta de Puerto Real tiene futuro, y que este pasa por la hibernación mientras el sector se recupera del impacto de la pandemia, por no trasladar carga de trabajo a otra planta y prolongar los ERTE. Al tiempo que ha vuelto a rechazar lo negociado en Madrid por las federaciones sindicales de CCOO y UGT y el Ministerio de Industria, y que el gigante aeronáutico no ve con malos ojos: ese acuerdo habla de transformar la factoría puertorrealeña en un centro de industria 4.0 gestionado por el Estado, ya fuera del paraguas de Airbus.
“Puerto Real no se debe cerrar, hay que mantenerla abierta aunque sea bajo esa hibernación, convencidos de que esa carga de trabajo vendrá y será real y haga de Puerto Real lo que tiene que seguir siendo”, ha subrayado la alcaldesa de la Villa, Elena Amaya, al inicio de la marcha –acompañada entre otros socialistas por los senadores María Jesús Castro y Fernando López Gil, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz-, reclamando que “todas las administraciones deben ir todas a una, así que quienes tienen la responsabilidad en cada una de ellas tiene que apostar por que esta planta no se cierre”.
Por su lado, su homólogo de la capital, José María González ‘Kichi’, que se incorporaba a la protesta un poco más tarde –no ha faltado tampoco la parlamentaria y líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez-, ha reiterado en sus redes sociales un mensaje contundente: “que quede bien claro, que suene bien alto: ‘Airbus Puerto Real no se cierra’. Nos jugamos el presente y el futuro de nuestra tierra y vamos a dejarnos la piel y el alma”.
MARCHA AL MINISTERIO DE INDUSTRIA
Esta manifestación se celebra en la víspera de la marcha convocada por CGT este viernes día 11 desde la planta de Airbus en Getafe hasta el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
La Federación Estatal de Sindicatos de la Industria Metalúrgica de CGT está detrás de esta protesta con la que trasladar hasta Madrid la “situación muy complicada” que se sufre en la factoría gaditana. “Al incierto futuro que se le vaticinaba”, hay que “sumar”, la “traición que ha supuesto” el acuerdo al que han llegado CCOO y UGT con el Gobierno de España, se afirma.
Además, este sindicato mantiene la convocatoria de una huelga de 24 horas en todos los centros de Airbus del país para el 18 de junio, en la misma jornada en la que se llama a una huelga general a la provincia de Cádiz.